Amantes del Odio

Capítulo 5

"Perdono al que roba y al que mata, pero al que traiciona, nunca." - Hashirama Senju

Hashirama no sabía cómo reaccionar ante aquella vista.

(...)

Todo había comenzado cuando él se encontraba leyendo algunos libros sobre sellos y jutsus. En su lectura se había percatado de unos ruidos bastante raros, una especie de ruidos ahogados. La voz era realmente familiar cada vez que prestaba más atención a esos sonidos hasta descubrir que eran de su hermano menor, Tobirama.

Cuando los sonidos comenzaron a hacerse poco a poco más audibles Hashirama se comenzó a preocupar. Una vez decidido dejo su trabajo de lado para ir a la habitación de su hermano. Como de costumbre cuando llegó a la habitación la abrió sin avisar su llegada, llevándose aquella sorpresa.
No podía formular con claridad alguna palabra ante lo que veía. Su pequeño hermano estaba acostado con su prometido. Hashirama no podía asimilar nada de lo que veía, estaba consciente de que Tobirama sabía que él había estado enamorado de Madara desde que era un niño y él sabía que su hermano menor odiaba a Madara... ¿Por qué se daba aquello?

Hashirama dio un paso hacia atrás cuando logró cruzar su vista con la de su hermano quien al percatarse de su presencia rápidamente se separó de Madara y comenzaba a dar explicaciones mientras que al mismo tiempo trataba de cubrirse.

— P-Pue... ¡PUEDO EXPLICARLO! — Trataba de explicar Tobirama

— Tobirama... ¿Qué me vas a explicar? — Las palabras de Hashirama comenzaron a salir con dureza mientras el chakra aumentaba. — ¿¡QUÉ ME VAS A EXPLICAR!? — Finalmente gritó.

— Yo... — Hashirama podía ver como su hermano buscaba alguna excusa.

— Mejor no expliques nada. — Hashirama dio aquella conclusión con frialdad. La rabia cubría por completo al mayor de los Senju — Y tú. — Soltó nuevamente con frialdad, esta vez hacia el Uchiha mientras lo señalaba. — Lárgate de aquí, ya arreglaré contigo esta situación.

Madara lo veía con asombro mientras asentía y allí rápidamente comenzó a vestirse para proceder a salir rápidamente por la ventana.
Una vez que Madara se había retirado, Hashirama se giró sobre sus propios talones y salió de la habitación de su hermano menor, dejando la puerta abierta.

(...)

20 minutos más tardes, 20 minutos después de aquel suceso Hashirama se encontraba sentado en el borde de la cama mirando hacia el suelo, justamente hacia sus pies mientras que tenía ambas manos juntas encima de sus propias rodillas. Allí alzó su vista hacia la entrada de su propia habitación cuando el sonido de la puerta abrirse llamó su atención.

— Aniki... — Era Tobirama quien ingresaba a la habitación, más Hashirama no se limitó a responder el llamado.

Desde que había muerto su padre la casa había pasado a ser plenamente suya como el cuidado de Tobirama. En todo ese periodo nunca habían vivido uno lejos del otro, siempre ambos compartiendo el mismo tiempo. O eso sería hasta ahora.

— ¿Cómo te atreviste? — Hashirama comenzó a levantarse mientras apretaba con fuerza los puños. Su voz salió bastante grave y dura.

— Puedo explicarlo... Solo déjame... — La voz de Tobirama comenzaba a salir poco a poco con nerviosismo. Hashirama nunca había escuchado a su hermano de esa manera.

— No te quiero ver cerca de mí. — La frialdad de las palabras de Hashirama habían causado asombro en Tobirama, en especial cuando Hashirama le dio la espalda. Ante aquello por primera vez pudo escuchar como su hermano menor rogaba con desesperación.

— ... Para mi has muerto. — Hashirama admitió sin ver en ningún momento a su hermano menor.

Hashirama pensó que su hermano se iría con calma como otras veces o como cuando se hartaba, pero por primera vez lo había visto actuar de tal manera, Tobirama parecía haber explotado.

— ¡BIEN! — Gritó Tobirama. — ¡ME IRÉ Y ESPERO NO VERTE A TI NI A LOS DEMÁS EN LO QUE ME QUEDA DE VIDA! ¡JAMÁS! — Hashirama rápidamente se giró para ver a su hermano con asombro ante tales gritos. — ¡LOS ODIO! ¡A TODOS! — El mayor de los presentes quiso estirar su diestra hacia el menor para sujetarlo, pero no lo logró. Tbirama ya se había retirado rápidamente y en su salida dio un fuerte golpe en la puerta.

Él ya se había ido... Y a Hashirama solo le quedo rogar ese perdón.