Amantes del Odio

Capítulo 10

"Di lo que podía, pero a media puerta se cerró mi corazón... ¿Por qué siempre soy yo el de la mala suerte?... No, no pasa nada si el amor no es perfecto, siempre y cuando sea honesto." – Madara Uchiha.

Habían pasado semanas y las semanas finalmente se convirtieron en meses. Madara no sabía que hacen en todo ese tiempo.
Se encontraba todos los días con la nueva pareja, Izuna y Tobirama. Con solo verlos sentía una lluvia de apuñaladas en su corazón. Debía de admitirlo, no podía abandonar los sentimientos que sentía por ese maldito alvino de ojos rojos.

No quería preocupar a su pequeño hermano o que pensara que su sufrir fuese culpa suya, así que disimulaba todo como si no hubiese sucedido nada en lo absoluto.
La alegría de Izuna era su amargura. Izuna siempre le contaba sobre sus días al lado del albino, en como poco a poco Tobirama parecía abrir sus sentimientos y comenzar a sonreír. Incluso en esas charlas se le escapaba cierta información vergonzosa sobre ciertos encuentros pasionales... Todo eso lo lastimaba.

Madara ya no sabía cuántas veces había tratado de olvidar a ese albino, había tratado de olvidarlo estando con otras personas, desde hombres hasta mujeres, pero nada parecía dar efecto positivo. Llegó incluso a dejarse penetrar, pero aun así no era lo mismo y tampoco podía olvidar... No podía quitarse de la cabeza a ese maldito Senju.
¿Por qué a mí? ¿Qué le había hecho al Senju? Eran las interrogantes que rondaban en su cabeza. Según él lo único que habían hecho era complacerse sexualmente el uno al otro.

Lo que más le había causado dolor a Madara era llegar a escuchar los gemidos de Tobirama provenir de la habitación de su hermano menor. No sabía si esos gemidos de por si eran altos o si el Senju los hacía con ese volumen solo para que él escuchara y sufriera.
A veces se preguntaba si hasta los fingía, según él su propio hermano la tiene chiquita.

En todo ese tiempo no le había quedado más opción que buscar un abrazo por parte de Hashirama, quien gustosamente se lo otorgó. Le otorgó incluso momentos para pasar juntos aunque sin intimidar todavía.
Madara ya suponía... Que se tendría que rendir e ir por Hashirama. Remplazar un hermano por otro.