Amantes del Odio

Capítulo 12

 "No sé qué hacer, si seguir engañándome con el presente, destruirme con el pasado o... Remendarlo en el futuro." – Madara Uchiha

Para Madara los meses pasaban como una especie de tortura. Llevaba más de 10 meses de relación con Hashirama mientras que su hermano seguramente llevaba ya un año de relación con Tobirama
A pesar de que ya había pasado suficiente tiempo no podía quitarse el dolor de ver al albino con alguien más, y que ese alguien más fuese su propio hermanito.

Todos sabían que él era pareja de Hashirama. Todos estaban ansiosos de que podría dar el gran paso y casarse con el Senju... Tenía que dar el gran paso de tener también una relación con su mejor amigo.
Ya varias veces Hashirama le había propuesto tener relaciones sexuales, incluso trato de excitarlo pero no tuvo excito alguno. Logró evadirlo diciendo que estaba muy cansado como para ello.
No tenía nada de ese estilo con Hashirama por dos interrogantes... ¿Quién sería el pasivo? ¿Realmente deseaba esto?

Lo único que sabía era que su asquerosa mente deseaba tener a Senju Tobirama bajo suyo, que gimiera su nombre como lo hacía en aquellos días.
Se acostumbró a ser el dominante en toda la relación, sería realmente extraño ser el pasivo.

Ahora mismo Madara se encontraba en su propia casa, arreglando todo para charlar. Hashirama llegaría pronto y vendría acompañado de Tobirama.
Todo ese arreglo tenía un fin que él desconocía, lo único que sabía por parte de Izuna era que se iba a dar una gran noticia.
Juraba que si esa noticia era sobre que él llevaba un año de relación con Tobirama, le terminaría arrancando literalmente los ojos.

(...)

Una vez que los Senju llegaron los cuatro ya se encontraban sentados en la mesa.
Sentía que le estaba por dar un infarto. Veía un anillo, sí, un anillo en la mano de Izuna. ¿Porqué? Sabía perfectamente que Izuna odiaba tener cualquier tipo de joya o alhaja, la excusa era que lo hacía sentirse mujer. ¿Acaso aquello era...?
No terminó ni su propia interrogante mental cuando su vista fue en busca de las manos de Tobirama. No las pudo ver, las tenía bajo la mesa.
Sus pensamientos fueron arrebatados por la voz de Izuna:

—Así que... Aún no tienen relaciones ¿Eh? ¿Eh? —Izuna lo golpeó con el codo luego de decir esas palabras.

—La verdad... No me siento muy seguro de hacerlo... Ya saben, soy reservado. —Dijo Madara tratando de cambiar el tema, pero lo único que logró fue empeorar las cosas.

—Conmigo no eras para nada reservado. —Susurró Tobirama. Madara agradecía a todos los dioses que solo él había escuchado a Tobirama, eso lo deducía ya que Izuna y Hashirama no comentaron nada.

—Tú solo dime cuando estés listo Maddy —Odiaba con toda su alma aquel apodo que le colocó Hashirama.

Trató de calmarse, pero con las siguientes palabras sintió su corazón pararse:

—Bueno Madara... —Habló nuevamente Hashirama. —Cómo no estás listo no quise presionarte, así que le pedí a Izuna y a Tobirama que dieran el siguiente paso. Por nosotros, por la aldea y por los clanes.

Su mente comenzó a quedar en blanco, tratando de recalcular las palabras, seguramente los tres presentes se dieron cuenta de su semblante. No entendía nada... Acaso era....

—¡Boda Aniki! ¡Me casaré con Tobirama! —Dijo Izuna alegremente.

Todo se volvió negro. Parecía que cerró los ojos, que todo dio vueltas. Sentía un dolor por un impacto y las voces a los lejos.
Su corazón dolía horrores... Se había desmayado.

¿Tanto le afectaba eso?
Todo por un Senju de cabellos blancos, ojos y marcas carmesí...