"Confianza no es saber todo del otro, es no necesitar saberlo." -Anónimo.
Otro silencio inundó la sala.
—Mira —dijo Ron, tratando de cambiar de tema y romper el silencio—, ¡estamos en vacaciones! ¡Casi es Navidad! Vamos a ver a Hagrid. No le hemos visitado desde hace un montón de tiempo.
—¡No! —dijo Hermione rápidamente—. Harry no debe abandonar el castillo, Ron.
—Sí, vamos —dijo Harry un poco distraído, luego salió de su ensueño—. ¡Y le preguntaré por qué no mencionó nunca a Black al hablarme de mis padres!
Seguir discutiendo sobre Sirius Black no era lo que Ron había pretendido.
—Podríamos echar una partida de ajedrez —dijo apresuradamente—. O de gobstones. Percy dejó un juego.
—No. Vamos a ver a Hagrid —dijo Harry con firmeza.
Así que recogieron las capas de los dormitorios y se pusieron en camino, cruzando el agujero del retrato («¡En guardia, felones, malandrines!»). Recorrieron el castillo vacío y salieron por las puertas principales de roble. _____ no se encontraba por ningún sitio.
Caminaron lentamente por el césped, dejando sus huellas en la nieve blanda y brillante, mojando y congelando los calcetines y el borde inferior de las capas. El bosque prohibido parecía ahora encantado. Cada árbol brillaba como plata y la cabaña de Hagrid parecía una tarta helada. Pronto se dieron cuenta de que había otras huellas en la nieve, se estaban borrando un poco, pero se notaban. Las huellas se dirigían a la casa del guardabosque, eran muy pequeñas para ser las de Hagrid, y claramente eran humanas. Los chicos se miraron extrañados y llegaron a la puerta de la cabaña. Iban a tocar, pero oyeron que alguien estaba hablando.
-...No se lo digas a nadie, Hagrid –le decía una voz femenina que pronto identificaron como la de ____ -No quiero problemas, y menos ahora.
-Descuida –le contestó la voz grave de Hagrid –No se lo diré ni a McGonagall ni a Harry, pero no lo vuelvas a hacer ¿entendido? Te pudo pasar algo...
-Lo sé, perdón. ¿Qué paso con lo otro?
-Ay, _____... –la voz de Hagrid se quebró – No sé que voy a hacer...
-Calma, no te preocupes todo estará bien... -de pronto, ella dejó de hablar- sssh –dijo _____, los dos se callaron y los tres chicos de afuera se acercaron más –Hay alguien afuera, mejor me voy, y créeme todo saldrá bien... –susurró la chica.
Ron llamó a la puerta, pero no obtuvo respuesta.
—¿De qué estarán hablando? —preguntó Hermione casi en un susurro, temblando bajo la capa.
Ron pegó más la oreja a la puerta.
—Hay un ruido extraño —dijo—. Escuchen. ¿Es Fang?
Harry y Hermione también pegaron más el oído a la puerta. Dentro de la cabaña se oían unos suspiros de dolor.
—¿Piensan que deberíamos ir a buscar a alguien? —dijo Ron, nervioso.
—¡Hagrid! —gritó Harry, golpeando la puerta—. Hagrid, ¿estás ahí?
Hubo un rumor de pasos, un sonido de la puerta trasera y antes de que los chicos pudieran ver quién salió, la puerta delantera se abrió con un chirrido. Hagrid estaba allí, con los ojos rojos e hinchados, con lágrimas que le salpicaban la parte delantera del chaleco de cuero.
—¡Lo habéis oído! —gritó, y se arrojó al cuello de Harry.
Como Hagrid tenía un tamaño que era por lo menos el doble de lo normal, aquello no era cuestión de risa. Harry estuvo a punto de caer bajo el peso del otro, pero Ron y Hermione lo rescataron, cogieron a Hagrid cada uno de un brazo y lo metieron en la cabaña, con la ayuda de Harry Hagrid se dejó llevar hasta una silla y se derrumbó sobre la mesa, sollozando de forma incontrolada. Tenía el rostro lleno de lágrimas que le goteaban sobre la barba revuelta.
—¿Qué pasa, Hagrid? —le preguntó Hermione aterrada.
Harry vio sobre la mesa una carta que parecía oficial.
—¿Qué es, Hagrid?
Hagrid redobló los sollozos, entregándole la carta a Harry, que la leyó en voz alta:
Estimado Señor Hagrid:
En relación con nuestra indagación sobre el ataque de un hipogrifo a un alumno que tuvo lugar en una de sus clases, hemos aceptado la garantía del profesor Dumbledore de que usted no tiene responsabilidad en tan lamentable incidente.
—Estupendo, Hagrid —dijo Ron, dándole una palmadita en el hombro.
Pero Hagrid continuó sollozando y movió una de sus manos gigantescas, invitando a Harry a que siguiera leyendo.
Sin embargo, debemos hacer constar nuestra preocupación en lo que concierne al mencionado hipogrifo. Hemos decidido dar curso a la queja oficial presentada por el señor Lucius Malfoy, y este asunto será, por lo tanto, llevado ante la Comisión para las Criaturas Peligrosas. La vista tendrá lugar el día 20 de abril. Le rogamos que se presente con el hipogrifo en las oficinas londinenses de la Comisión, en el día indicado. Mientras tanto, el hipogrifo deberá permanecer atado y aislado.
Atentamente...
Seguía la relación de los miembros del ConsejoEscolar.
Por fin, después de que le prometieran ayuda más veces y con una humeante taza de té delante, Hagrid se sonó la nariz con un pañuelo del tamaño de un mantel, y dijo:
—Tenéis razón. No puedo dejarme abatir. Tengo que recobrarme... ____ me dijo que todo iría bien, espero tenga razón...
Fang, eljabalinero, salió tímidamente de debajo de la mesa y apoyó la cabeza en unarodilla de Hagrid.
La visita a la cabaña de Hagrid, aunque no había resultado divertida, había tenido el efecto que Ron y Hermione deseaban. Harry no se había olvidado de Black, pero tampoco podía estar rumiando continuamente su venganza y al mismo tiempo ayudar a Hagrid a ganar su caso. Él, Ron y Hermione fueron al día siguiente a la biblioteca y volvieron a la sala común cargados con libros que podían ser de ayuda para preparar la defensa de Buckbeak. Los tres se sentaron delante del abundante fuego, pasando lentamente las páginas de los volúmenes polvorientos que trataban de casos famosos de animales merodeadores. Cuando alguno encontraba algo relevante, lo comentaba a los otros.
—Aquí hay algo. Hubo un caso, en 1722... pero el hipogrifo fue declarado culpable. ¡Uf! Mirad lo que le hicieron. Es repugnante.
—Esto podría sernos útil. Mirad. Una mantícora atacó a alguien salvajemente en 1296 y fue absuelta... ¡Oh, no! Lo fue porque a todo el mundo le daba demasiado miedo acercarse...
____ llegó nuevamente cansada, pero feliz, entró por el retrato y se recargó en el al cerrarlo, suspirando de alivio y cansancio. Una sonrisa se impregnaba en su pálido rostro, se incorporó y se sentó al lado de Harry. Los tres chicos la vieron confundidos.
-¿No es maravillosa la Navidad? –preguntó la chica, y, sin previo aviso, abrazó por el cuello a Harry. Ron y Hermione rieron por lo bajo.
-¿Estás bien, ____? –le preguntó Ron riendo.
-¡De maravilla!
Harry aprovechó el buen humor de la chica para preguntarle algo que lo traía muy preocupado.
-_____... –empezó algo tímido, pero la sonrisa de ella lo animó a continuar –me... ¿me podrías perdonar? –la chica le devolvió una mirada confundida –Por lo del otro día, no quería que te molestaras, tienes razón, no soy el único con problemas, sólo que... -suspiró –estaba muy enfadado por lo que escuché.
-Lo sé, Harry –el humor de la chica cambió radicalmente, paso de sentirse feliz de la vida, a sentirse incómoda por el rumbo de la conversación, y poco a poco fue separándose de Harry –Creo que los dos nos portamos como tontos, yo tampoco debí gritarte, pero no me gusta hablar de S... Black –se corrigió rápidamente -¿Podríamos hablar de otra cosa? ese tema me pone incómoda.
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If we knew the future #3
FanfictionTodo parecería volver a la normalidad en Hogwarts... ¿Será cierto? Problemas, inseguridades, celos, miedos y secretos que saldrán a la luz. Con un asesino suelto... las preguntas surgirán ¿De que lado estará la última Black? Pero de algo estamos seg...