La historia de Peter

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"El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad." -Aristóteles.

Black, se había dirigido hacia la cama adoselada y se había echado encima, ocultando el rostro con mano temblorosa. Crookshanks y la pantera saltaron a su lado, Crookshanks se subió en sus rodillas ronroneando. Ron se alejó, arrastrando la pierna.

—No he ayudado a Sirius —dijo Lupin—. Si me dejáis, os lo explicaré. Mirad... —Separó las varitas de Harry, Ron y Hermione y las lanzó hacia sus respectivos dueños. Harry cogió la suya asombrado—. Ya veis —prosiguió Lupin, guardándose su propia varita en el cinto—. Ahora vosotros estáis armados y nosotros no. ¿Queréis escucharme?

Harry no sabía qué pensar. ¿Sería un truco?

—Si no lo ha estado ayudando —dijo mirando furiosamente a Black—, ¿cómo sabía que se encontraba aquí?

—Por el mapa —explicó Lupin—. Por el mapa del merodeador. Estaba en mi despacho examinándolo...

—¿Sabe utilizarlo? —le preguntó Harry con suspicacia.

—Por supuesto —contestó Lupin, haciendo con la mano un ademán de impaciencia—. Yo colaboré en su elaboración. Yo soy Lunático... Es el apodo que me pusieron mis amigos en el colegio.

—¿Usted hizo...?

—Lo importante es que esta tarde lo estaba examinando porque tenía la idea de que tú, Ron y Hermione intentaríais salir furtivamente del castillo para visitar a Hagrid antes de que su hipogrifo fuera ejecutado. Y estaba en lo cierto, ¿a que sí? —Comenzó a pasear sin dejar de mirarlos, levantando el polvo con los pies—. Supuse que os cubriríais con la vieja capa de tu padre, Harry.

—¿Cómo sabe lo de la capa?

—¡La de veces que vi a James desaparecer bajo ella! —dijo Lupin, repitiendo el ademán de impaciencia—. Que llevéis una capa invisible no os impide aparecer en el mapa del merodeador. Os vi cruzar los terrenos del colegio y entrar en la cabaña de Hagrid. Veinte minutos más tarde dejasteis a Hagrid y volvisteis hacia el castillo. Pero en aquella ocasión os acompañaba alguien.

—¿Qué dice? —interrumpió Harry—. Nada de eso. No nos acompañaba nadie.

—No podía creer lo que veía —prosiguió Lupin, todavía paseando, sin escuchar a Harry—. Creía que el mapa estaría estropeado. ¿Cómo podía estar con vosotros?

—¡No había nadie con nosotros!

—Y entonces vi otro punto que se os acercaba rápidamente, con la inscripción «Sirius Black». Vi que chocaba con vosotros, vi que arrastraba a dos de vosotros hasta el interior del sauce boxeador.

—¡A uno de nosotros! —dijo Ron enfadado.

—No, Ron —dijo Lupin—. A dos.

Dejó de pasearse y miró a Ron.

—¿Me dejas echarle un vistazo a la rata? —dijo con amabilidad.

—¿Qué? —preguntó Ron—. ¿Qué tiene que ver Scabbers en todo esto?

—Todo —respondió Lupin—. ¿Podría echarle un vistazo, por favor?

Ron dudó. Metió la mano en la túnica. Scabbers salió agitándose como loca. Ron tuvo que agarrarla por la larga cola sin pelo para impedirle escapar. Crookshanks, todavía en las rodillas de Black, se levantó y dio un suave bufido.

Lupin se acercó más a Ron. Contuvo el aliento mientras examinaba detenidamente a Scabbers.

—¿Qué? —volvió a preguntar Ron, con cara de asustado y manteniendo a Scabbers junto a él—. ¿Qué tiene que ver la rata en todo esto?

—No es una rata —graznó de repente Sirius Black.

—¿Qué quiere decir? ¡Claro que es una rata!

—No lo es —dijo Lupin en voz baja—. Es un mago.

—Un animago —aclaró Black— llamado PeterPettigrew. 

Era tan absurdo que les costó un rato comprender lo que había dicho. Luego, Ron dijo lo mismo que Harry pensaba:

—Están ustedes locos.

—¡Absurdo! —dijo Hermione con voz débil.

—¡Peter Pettigrew está muerto! ¡Lo mató hace doce años!

Señaló a Black, cuya cara sufría en ese momento un movimiento espasmódico.

—Tal fue mi intención —explicó, enseñando los dientes amarillos—, pero el pequeño Peter me venció. ¡Pero esta vez me vengaré!

La pantera saltó y Black dejó en el suelo a Crookshanks antes de abalanzarse sobre Scabbers; Ron gritó de dolor cuando Black cayó sobre su pierna rota.

—¡Sirius, NO! —gritó Lupin, corriendo hacia ellos y separando a Black de Ron—. ¡ESPERA! ¡No puedes hacerlo así! ¡Tienen que comprender! ¡Tenemos que explicárselo!

—Podemos explicarlo después —gruñó Black, intentando desprenderse de Lupin y dando un zarpazo al aire para atrapar a Scabbers, que gritaba como un cochinillo y arañaba a Ron en la cara y en el cuello, tratando de escapar.

—¡Tienen derecho... a saberlo... todo! —jadeó Lupin sujetando a Black—. ¡Es la mascota de Ron! ¡Hay cosas que ni siquiera yo comprendo! ¡Y Harry...! ¡Tienes que explicarle la verdad a Harry, Sirius! ¿Y qué me dices de ____?

Black dejó de forcejear; aunque mantuvo los hundidos ojos fijos en Scabbers, a la que Ron protegía con sus manos arañadas, mordidas y manchadas de sangre.

—De acuerdo, pues —dijo Black, sin apartar la mirada de la rata—. Explícales lo que quieras, pero date prisa, Remus. Quiero cometer el asesinato por el que fui encarcelado...

—Están locos los dos —dijo Ron con voz trémula, mirando a Harry y a Hermione, en busca de apoyo—. Ya he tenido bastante. Me marcho.

Intentó incorporarse sobre su pierna sana, pero Lupin volvió a levantar la varita apuntando a Scabbers.

—Me vas a escuchar hasta el final, Ron —dijo en voz baja—. Pero sujeta bien a Peter mientras escuchas.

—¡NO ES PETER, ES SCABBERS! —gritó Ron, obligando a la rata a meterse en su bolsillo delantero, aunque se resistía demasiado. Ron perdió el equilibrio. Harry lo cogió y lo tendió en la cama. Sin hacer caso de Black, Harry se volvió hacia Lupin.

—Hubo testigos que vieron morir a Pettigrew —dijo—. Toda una calle llena de testigos.

—¡No vieron, creyeron ver! —respondió Black con furia, vigilando a Scabbers, que se debatía en las manos de Ron.

—Todo el mundo creyó que Sirius mató a Peter—confirmó Lupin—. Yo mismo lo creía hasta que he visto el mapa esta noche.Porque el mapa del merodeador nunca miente... Peter está vivo. Ron lo tieneentre las manos, Harry. 

Entonces habló Hermione, con una voz temblorosa que pretendía parecer calmada, como si quisiera que el profesor Lupin recobrara la sensatez.

—Pero profesor Lupin: Scabbers no puede ser Pettigrew... Sencillamente es imposible, usted lo sabe.

—¿Por qué no puede serlo? —preguntó Lupin tranquilamente, como si estuvieran en clase y Hermione se limitara a plantear un problema en un experimento con grindylows.

—Porque si Peter Pettigrew hubiera sido un animago, la gente lo habría sabido. Estudiamos a los animagos con la profesora McGonagall. Y yo los estudié en la enciclopedia cuando preparaba el trabajo. El Ministerio vigila a los magos que pueden convertirse en animales. Hay un registro que indica en qué animal se convierten y las señales que tienen. Yo busqué «Profesora McGonagall» en el registro, y vi que en este siglo sólo ha habido siete animagos. El nombre de Peter Pettigrew no figuraba en la lista.

Iba a asombrarse Harry de la escrupulosidad con que Hermione hacía los deberes cuando Lupin se echó a reír.

—¡Bien otra vez, Hermione! —dijo—. Pero elMinisterio ignora la existencia de otros cuatro animagos en Hogwarts.    

If we knew the future #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora