Black secrets

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"La verdad duele una vez, la mentira cada vez que la recuerdas." -Anónimo.

— ¡Black! ¡Sirius Black! ¡Con un cuchillo!

— ¿Qué?

— ¡Aquí! ¡Ahora mismo! ¡Rasgó las cortinas! ¡Me despertó!

— ¿No estarías soñando, Ron? —preguntó Dean.

— ¡Miren las cortinas! ¡Les digo que estaba aquí!

Todos se levantaron de la cama; Harry fue el primero en llegar a la puerta del dormitorio. Se lanzaron por la escalera. Las puertas se abrían tras ellos y los interpelaban voces soñolientas:

— ¿Quién ha gritado?

— ¿Qué hacen?

La sala común estaba iluminada por los últimos rescoldos del fuego y llena de restos de la fiesta. No había nadie allí.

— ¿Estás seguro de que no soñabas, Ron?

— ¡Les digo que lo vi!

— ¿Por qué arman tanto jaleo?

— ¡La profesora McGonagall nos ha mandado acostarnos!

Algunas chicas habían bajado poniéndose la bata y bostezando.

—Estupendo, ¿continuamos? —preguntó Fred Weasley con animación.

— ¡Todo el mundo a la cama! —ordenó Percy, entrando aprisa en la sala común y poniéndose, mientras hablaba, su insignia de Premio Anual en el pijama.

—Percy... ¡Sirius Black! —dijo Ron, con voz débil—. ¡En nuestro dormitorio! ¡Con un cuchillo! ¡Me despertó!

Todos contuvieron la respiración.

— ¡Absurdo! —Dijo Percy con cara de susto—. Has comido demasiado, Ron. Has tenido una pesadilla.

—Te digo que...

— ¡Venga, ya basta!

Llegó la profesora McGonagall. Cerró la puerta de la sala común y miró furiosa a su alrededor.

— ¡Me encanta que Gryffindor haya ganado el partido, pero esto es ridículo! ¡Percy, no esperaba esto de ti!

— ¡Le aseguro que no he dado permiso, profesora! —dijo Percy, indignado—. ¡Precisamente les estaba diciendo a todos que regresaran a la cama! ¡Mi hermano Ron tuvo una pesadilla...!

 

— ¡NO FUE UNA PESADILLA! —Gritó Ron—. ¡PROFESORA, ME DESPERTÉ Y SIRIUS BLACK ESTABA DELANTE DE MÍ, CON UN CUCHILLO EN LA MANO!

 

                  

La profesora McGonagall lo miró fijamente.

—No digas tonterías, Weasley. ¿Cómo iba a pasar por el retrato?

— ¡Hay que preguntarle! —Dijo Ron, señalando con el dedo la parte trasera del cuadro de sir Cadogan—. Hay que preguntarle si ha visto...

Mirando a Ron con recelo, la profesora McGonagall abrió el retrato y salió. Todos los de la sala común escucharon conteniendo la respiración.

—Sir Cadogan, ¿ha dejado entrar a un hombre en la torre de Gryffindor?

— ¡Sí, gentil señora! —gritó sir Cadogan.

Todos, dentro y fuera de la sala común, se quedaron callados, anonadados.

If we knew the future #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora