Sector 29

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Rob me despierta por la mañana para empezar cuanto antes el entrenamiento. Primero decide enseñarme el combate con armas de fuego.

-¿Alguna vez has disparado una de estas? -me pregunta con lo que parece un fusil en la mano, aunque es demasiado futurista.

-No. ¿Los videojuegos cuentan? -digo riéndome.

-No lo sé, prueba a disparar a esa diana.

A unos 20 metros hay una diana. Apunto y disparo. De el arma no salen balas, como pensaba, sino una bola de energía de color azul del tamaño de una pelota de tenis. Doy justo en el blanco.

-¡Anda! Pues parece que sí, los videojuegos funcionan -me dice sonriendo- Acompañame, voy a enseñarte a pelear.

Llegamos a una habitación cerrada. Hay una luz bastante cegadora en el techo, aunque por suerte está muy alta.

-Venga tío, demuéstrame lo que sabes hacer.

-No quiero hacerte daño -le respondo con burla.

-No lo harás, tranquilo. Ahora, intenta pegarme. ¡Vamos!

-Bueno, tú te lo has buscado.

Le intento dar un puñetazo en la cara, pero me esquiva con agilidad. Me contraataca con un gancho en la barriga. Me deja sin respiración unos instantes y caigo al suelo.

-Tio, ¿estás bien? ¿Ya no puedes más? -me pregunta acercándose a mi.

En cuanto me pone una mano encima, tiro de él hacia el suelo. Pierde el equilibrio y se cae a mi lado. Rápidamente me subo encima de él y lo inmovilizo.

-Eh, ¡eso no vale! Has hecho trampas tío.

-En la guerra y el amor todo vale, ¿no?

Me levanto y le tiendo una mano. Le ayudo a levantarse

-No se te da nada mal, ¿eh? Has hecho lo correcto eligiendo la escuela militar. Tú y yo vamos a ser muy buenos amigos.

-Gracias -digo jadeando- Pienso lo mismo que tú.

Nos damos la mano de forma amistosa y nos dirigimos al comedor. Allí nos reunimos con Vi y Alex, la cual llevaba una camiseta rosa chillón con lentejuelas. No es raro en ella, así que no le doy mucha importancia.

-¿Qué tal el entrenamiento, chicos? ¿Cómo se le da a Nick disparar? ¿Y pelear? Contadme, ¿no? -pide Alex entusiasmada.

-Resulta que Nick es de los militares más fuertes del Sector 29. ¿Quién lo diría? -le responde Rob- ¡Hasta me ha conseguido derribar!

-Sector... ¿29? ¿Hay 29 sectores? -pregunto intrigado.

-Tío, ¿dónde has estado los últimos 10 años?

-Eso no importa mucho ahora. ¿Puedes hacerme un resumen?
Si no es mucho pedir, digo.

-De acuerdo. Pero que te lo cuente Vi, que tengo ganas de comer.

-Pero serás... En fin, no me queda más remedio. Todo empezó hace 10 años, cuando comenzó la guerra. Todos eran los enemigos. La Tierra entera estaba siendo bombardeada, hasta que apareció él. Alfa. Dividió la tierra en Sectores. Originalmente habían 2412 Sectores, aunque la inmensa mayoría fueron destruidos. Muchos otros se unieron y formaron alianzas. Ahora mismo sólo quedan 15 sectores. El Sector 1, el más avanzado, donde vive Alfa. El Sector 5, el que más extensión tiene. El Sector 7, el que más población tiene. El Sector 18, Sector cuyo arsenal es gigantesco. El Sector 29, el nuestro. No destaca mucho de los demás. El sector 30, con el que mantenemos una alianza. Es el más pequeño de todos. Y varios Sectores más bastante lejanos, los cuales no destacan en casi nada.

-Vaya, es bastante interesante. No se si me acordaré de todos, pero lo intentaré.

Todos reímos y charlamos. Al terminar la comida, me dirijo a mi habitación. Estoy destrozado. Necesito descansar.

-¡Nick! ¡Espera! -me grita Alex desde lejos- Quiero presentarte a alguien.

-Mejor mañana, Alex. Estoy cansado y necesito dormir, ¿vale?

-Bueno, vale... ¡Pero mañana a primera hora tienes que venir a mi despacho! ¡Sin falta! ¿Vale?

-Vale. Por cierto, ¿quién es esa persona que quieres presentarme?

-¡Nuestro líder! ¡Alfa! Ha venido expresamente a conocerte. ¡Hasta mañana!

No me lo creo. Él no, por favor. No quiero morir todavía. Por favor, que esto sea tan sólo una pesadilla. Por favor.

Dos versionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora