Capitulo 2

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Un grupo de numerosos cazadores se organizaron para intervenir en la oficina de la Cónsul, con sus armas listas avanzaban poco a poco para escuchar el mínimo ruido y entrar. La Clave había sido específica con mantenerse unidos ya que eran tiempos impredecibles para siquiera pensar en una división, el principal al mando era Kadir quién se ofreció para ser partícipe de todos los planes que impliquen intervenir dentro del Gard; dentro de sus ropas de combate, Kadir inmediatamente se dibujó una runa de audición, aunque la verdad no pudo oír nada del otro lado. Con sus dedos una señal hizo dándoles órdenes de que él primero entraría, con la valentía de su lado abrió bruscamente ambas puertas y entró sin que nadie le avisara, una daga filosa voló desde lo alto con tan rapidez que resultó sorpresivo para el equipo que venía corriendo desde atrás.

No había nadie, la ventana de Jia había sido rota con un gran agujero y un poco de sangre saliendo de una punta afilada. Kadir se tropezó con sus pies y cayó de espaldas, la daga descansaba unos centímetros bajo su corazón, el sujeto podía sentir lo afilada que andaba y como poco a poco empezaba a sentirse todo diferente: el ambiente, su visión, el frío recorriendo sus huesos y finalmente el líquido que se metían en sus pulmones. Con la boca semiabierta para inhalar pequeñas bocanadas de aire, lo llevaron hasta el Basilias en donde recibiría ayuda de los Hermanos Silenciosos. ¿Cómo era posible que tanta desgracia sucediera en un día? Habían pasado peores cosas pero una vez que Jia, junto con el equipo que ayudó a Kadir, visitarán nuevamente su oficina, ella se levantó detrás de su escritorio y tragó un poco de saliva.

-¿Qué sucede Cónsul?- Preguntó algunos de ellos viéndola alarmado.

- Lo encontró - Dijo sin titubear.

***

-¡Es increíble lo que has hecho!- Gritó Clary caminando de un lado al otro en la habitación que ella había tomado en la casa de Amatis. Se volvió a Simon con las cejas juntas - Eres un completo idiota, el licántropo podría haberte matado y a ti solo se te da darte lo de sarcástico -

Simon gruñó, ¿Qué más podía hacer? Ya lucía bastante demacrado con esos golpes saliendo alrededor de su ojo izquierdo y las pequeñas puntadas que recibió por el brujo, Clary no quería hacerle una iratze, ella había sido muy clara con el brujo y con sus amigos.

- Si alguno de ustedes piensa siquiera en hacerlo, le arrancaré esas orejas y haré que se las traguen por la nariz - La pelirroja tenía la fosas nasales tan abiertas y el rostro tan rojo de furia que era sorprendente que ninguno de ellos se riera.

Aunque Alec levantó la mano para opinar - Eso es imposible -

Clary volvió sus ojos hacía él - Haré que pienses lo contrario.

Eso bastó para que todos salieran del living de la casa de Amatis, y aunque Isabelle lucía como querer decir algo al respecto, mantuvo la compostura y salió hacia su hogar.

Y ahora Simon se encontraba tendido en la cama no pudiendo hablar con sus pequeñas lesiones en la mandíbula y defenderse por lo que prefirió hacer sonidos raros para que Clary intentase imaginar cómo se sentía. No resultó bien ya que su mejor amiga no tenía cuando parar de hablar.

-¿Tienes algo que decir?- Preguntó con una ceja alzada, eso le dio un poco de miedo a Simon.

-Hfmdfm..hfmr-

-¿Qué..? Oh cierto - Se inclinó y con las yemas de los dedos corrió la venda que ajustaba la mandíbula de Simon -¿Mejor?-

- Alivia un poco - Dijo respirando profundo - Mira lo lamento, solo quería investigar un poco por mi cuenta, terminó siendo una mala idea -

Clary rió secamente -¿Tú crees? Tienes que aprender sobre el trabajo en equipo, Simon. Tienes que saber que no todo es sencillo -

La Caída de IdrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora