Capítulo 13

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«Ella sabe que él no está mas pero jura que a veces escucha su voz cuando el viento sopla, así es que le habla a las sombras esperando que tal vez él la escuche»

La noche de navidad, Ashton y su madre llegaron pronto a mi casa para comenzar a preparar la cena. Vimos las típicas películas navideñas de todos los años sentados en el sillón esperando a que fueran las doce de la noche y poder abrir los esperados regalos.

Ashton acariciaba mi brazo de arriba a abajo mientras reíamos por bromas internas o por lo que veíamos en televisión. Mamá y Ellie se encontraban conversando a unos metros de nosotros. Cuando las doce de la noche llegaron, Ashton y yo estábamos desesperados por abrir nuestros regalos, sin embargo, nos tocó abrirlos de los últimos.

—Espero que te guste —Ashton me besó suavemente mientras me entregaba mi regalo a la vez que yo le entregaba el suyo.

Cuando lo abro puedo notar que es una foto nuestra en el concierto, all time low se encuentran detrás de nosotros cantando, el cuadro lleva pegada un nota en la que pone Última carta. «No abrir hasta diciembre 26», eso es en un día. Lo último que saco de la bolsa de regalo es un libro con pequeños papeles de colores entre las páginas. Lo miro a los ojos antes de acercarme a él para besarlo con emoción, lo abrazo con fuerza y él hace lo mismo.

—All the bright places —Me dice cuando volvemos a nuestros lugares—, el libro tiene muchas frases que me recuerdan a ti, las he marcado todas.

—Es hermoso lo que me has regalado, me ha encantado —Le digo sonriendo—. Muchas gracias, Ashton.

—No es nada, Luce.

—Del uno al diez, ¿cuánto me quieres? —Le pregunto cuando estamos acostados en mi habitación viendo una película.

—¿No es obvio, Luce? Es un diez claramente.

—¿Estás seguro? Porque entendería que no fuese así y que sea sólo un... no lo sé, un tres.

—Oye, escúchame —Toma mi rostro entre en sus manos mirando directamente a mis ojos—. Es un diez, ¿bien? Estoy bastante seguro que es un diez y que no podría ser menos que eso. No lo dudes nunca porque yo no lo haré, hoy es un diez y siempre lo va a hacer —Me envuelve fuertemente entre sus brazos cuando termina de hablar, besa mi frente mientras sube y baja su mano por mi brazo. Estamos así durante varios minutos, en la habitación sólo se pueden escuchar nuestras respiraciones, entonces decide hablar—. Ya duerme, es tarde.

—Buenas noches —Lo beso una última vez antes de caer dormida.

(...)

Cuando despierto por la mañana, Ashton no está a mi lado y tampoco en el primer piso. Le pregunto a mamá por él y dice que ha ido a dar una vuelta y comprar algunas cosas, además pasaría a alimentar a Kitty a su casa.

Hoy es veinticinco. 25 de diciembre. Sólo queda un día para abrir aquellas esperadas cartas y poder leerlas. Se encuentran en la mesa de escritorio que hay en mi habitación, amarradas todas por un elástico, igual que siempre, sólo se acumulaban ahí.

El día pasa lentamente hasta que Ashton regresa cerca de las siete de la tarde, trae pizzas y un montón de películas para ver. Esa noche vimos cada una de las películas, nos reímos como nunca e hicimos el amor por primera vez, incluso besó cada uno de los lunares y cicatrices que habían en mi cuerpo. Cada parte de mí fue amada en ese momento.

Esa noche fue la mejor que tuve en toda mi vida, una noche que me gustaría repetir por siempre, cada vez que fuese posible.

Ashton despertó minutos después que yo y se quedó acostado a mi lado en silencio mirando al techo de mi habitación. Su mano estaba alrededor de mi cintura y la acariciaba lentamente, comenzó a depositar besos en mi hombro antes de comenzar a hablar.

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