God Of Sex [ADAPTACIÓN]

Capítulo 21 (I)

...

PARTE 1

...

Año 2011.

YoonGi abrió los ojos y EunJi fue la primera persona que estuvo allí para recibirlo de su recorrido por el infierno. Ella casi saltó sobre él, feliz de que hubiese despertado al fin. YoonGi sintió el olor de su perfume caro y se le revolvió el estómago, pero no la apartó porque EunJi era la única clienta por la cual no sentía un rechazo absoluto. La explicación era muy simple. Ella mostraba interés en él más allá del simple servicio sexual. Ella parecía querer ayudarlo y escucharlo.

- ¿Cómo te sientes, bonito? - le pregunto. YoonGi respondió que se sentía como si una enorme grúa hubiese pasado sobre él varias veces. Resultar vivo de tamaño ataque, bien podía explicar cómo se sentía su cuerpo. EunJi sonrió un poco antes de plantarle un beso en la frente - Eres muy fuerte, cariño. Creo que hace falta mucho más para hacerte caer.

- Bueno, yo me sentí bastante por el suelo - respondió YoonGi. Tuvo que carraspear un poco para aclarar su garganta. La necesidad imperiosa de un poco de agua lo llevó a desviar la mirada hacia un lado, donde había mesa con una botella sobre ella. EunJi le alcanzó la botella de agua y le ayudó a tomarla.

El médico de turno llegó pocos minutos después acompañado de DongWon, que venía interpretando un papel excelente de padre preocupado. YoonGi lamentó no tener la libertad ni la fuerza suficiente para apartarlo de un empujón cuando esté se acercó para acariciarle el cabello.

- No sabes lo asustado que estaba, hijo - le dijo, fingiéndose devastado. Enseguida se acercó mucho a él para hablarle al oído - ¿Estabas intentando abandonarme, eh, pequeño traidor?

YoonGi no se molestó en responder porque tampoco DongWon buscaba una respuesta. Se incorporó, volviendo a adoptar esa postura de padre dispuesto a hacer cualquier cosa por la salud de su pequeño hijo. El médico se acercó a YoonGi para hacerle algunas preguntas respecto de su estado físico y se mostró satisfecho con las respuestas. YoonGi se había zafado con mucha suerte. Descontando el tema de la adicción y la rehabilitación, YoonGi estaba bastante bien. Solo que, el médico no sabía que en realidad YoonGi estaba peor que nunca. Había despertado de un viaje al infierno del dolor físico y la agonía de estar a punto de morir, pero solo para meterse en otro infierno muy diferente. El infierno de estar vivo y de tener esa vida. La muerte no era tan mala cuando la vida se mostraba tan desastrosa.

Cuando las horas de visita terminaron y se encontró de nuevo solo en la habitación de hospital, YoonGi volvió a pensar en lo que le había dicho ese hombre tan parecido a él. Que había sido abandonado por sus padres. Que nunca nadie lo había querido y que su madre estaba muerta, pero que su padre seguía vivo en algún lugar del mundo sin deseos ni intenciones de saber de él. Un bastardo abandonado. Y un maldito prostituto. ¿Podía ser peor? ¿Podían ser las cosas peor, joder? Tuvo deseos de desconectar el suero de su cuerpo y aguardar porque la inanición lo matara, pero era una idea estúpida. Cerró los ojos. Despertar de un infierno para entrar en otro aun peor...

...

Año 2011, Septiembre y Octubre.

Había una carta sobre la mesita de noche junto a su escritorio que él no había querido abrir aun. Le daba miedo el contenido de esa carta, porque sabía que cuando la leyera se sentiría terriblemente culpable. Y no quería sentirse así. No debía sentirse así, en realidad. Porque ella había tomado su decisión y él estaba medio amarrado a la suya. Además, nada lo hacía realmente por él. Si estaba en Corea era por el hogar de niños, porque ellos lo necesitarían cuando estuviese todo listo y porque no podía dejarlos a su suerte ahora que había decidido ayudarlos. Y si hubiese ido a China, tampoco habría sido por él, sino por ella, por seguirla a ella y asegurarse de que ambos compartirían el dolor y la mierda juntos. Después de todo, siempre parecía menos dolorosa la situación cuando la vivías con alguien más. Un consuelo pobre, pero el consuelo que seguramente ella había esperado sentir aun cuando le pidió que se quedara. Y YoonGi sabía que si leía esa carta vería ese deseo no revelado.