Capítulo 13

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Año 2006.

Antes de entrar en la enorme habitación llena de gente, Yoongi vio por encima de su hombro la silueta de Yuri, que corría a esconderse escaleras arriba luego de haber sido descubierta fuera de la cama por uno de los mayordomos de Dongwon. Intercambiaron miradas apenas un instante, pero fue suficiente para que Yoongi se sintiera mal. A ella le esperaba el mismo destino un año después, y él no podría hacer nada para evitarlo.

Dentro, se situó al lado de derecho de Dongwon, mientras Taehyung permanecía impávido al lado izquierdo. Las miradas lo atravesaron, intentado ver más allá de sus ojos negros oscurecidos como nunca antes. No devolvió ninguna. Se mantuvo erguido, escuchando el discurso de presentación de Dongwon, y sintiendo el nudo de la corbata tan apretado como si, en lugar de ello, tuviese atado al cuello una gruesa cuerda.

Cuando Dongwon terminó de hablar, los presentes alzaron sus copas en señal de brindis. Yoongi imitó el movimiento de los demás, y luego bebió un sorbo del líquido amarillento que había en su copa. Amargo el sabor y amarga la sensación de estar allí. No siguió bebiendo, pero mantuvo la copa apretada entre sus dedos, sintiendo el pulso en las yemas. Estaba nervioso. Y asustado.

Dongwon lo arrastró con suavidad hacia un grupo de mujeres y hombres de considerable belleza y elegancia. Ellas lo miraron con galantería. Él se obligó a corresponder las miradas porque así se lo habían enseñado.

Sedúcelas... hazles creer que las deseas.

Se acercó cuando una de ellas extendió una mano hacia él. La beso con suavidad, clavando sus ojos negros en los de ella, y haciéndola sonrojar. Era una mujer muy bonita, pero si estaba allí debía tener el alma podrida como todas las demás. Como Jessica.

Dongwon intervino para presentarla. Yoongi escuchó su nombre, pero enseguida lo olvidó. Ella se acercó un poco más a él, como fascinada, intentado una conversación que no interesaba a ninguno de los dos. No estaban allí para conversar. Dongwon le hizo aquella señal que había aprendido con Jessica, dándole a entender que debía llevarse a esa mujer a un lugar donde pudiera darle lo que ella quería, y después de que la cogió suavemente de la mano, Dongwon lo siguió fuera del gran salón, hacia una de las habitaciones cerradas de la primera planta. Abrió la puerta con un fajo de llaves y los acompañó dentro de la habitación.

Sin mediar palabras, llevó a Yoongi hacia la pequeña mesa de té que había en medio del cuarto y lo hizo sentarse. La mujer también se acomodó allí, observando. Dongwon sacó de su bolsillo una pequeña bolsita con un polvillo blanco. La vertió sobre la mesa y juntó el polvo con algo que parecía el filo de una navaja para afeitar. Le indicó a Yoongi un pequeño tubito, similar a una bombilla.

- Esto te servirá muchísimo, créeme - le dijo, extendiendo el tubito para que Yoongi lo cogiera.

Suponía de qué se trataba aquel polvo blanco, Jessica solía obligarlo a inhalar una pequeña dosis en cada encuentro. Esta vez, sin embargo, debía aspirar una línea completa, y lo hizo porque ya había desobedecido tantas veces que aún no lograba superar el recuerdo de los terribles golpes que recibió. La inmediata sensación fue una desobstrucción de su nariz que le produjo un ardor casi agradable.

Ella también aspiró del polvo blanco. Yoongi la observó hacerlo, en silencio, mientras su cuerpo asimilaba el efecto que producía aquella substancia. Cerró los ojos, aspirando en profundidad, y casi no percibió la despedida de Dongwon. El miedo fluyo desde dentro hacia fuera, alejándose rápidamente de su cuerpo, tan lejos que hasta quiso sonreír. Cuando volvió a abrir los ojos, ella lo miraba con una expresión distinta a la que había tenido mientras charlaban.

God Of Sex [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora