Capítulo 2

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Han pasado dos semanas desde mi encuentro con Suga. Veo televisión en la enorme sala de estar de mi casa mientras como alguna porquería que encontré en la despensa. ¿Todo normal, no? Sí, bueno, mi vida no cambió demasiado después de que perdí la virginidad. Ante mis padres sigo siendo Santa Haeri y mis amigas evitan hablar de temas sexuales porque creen que aún soy virgen. No puedo decirles que hace dos semanas exactamente, un viernes 21, me acosté por primera vez con un hombre al que tuve que pagarle primero. Ni siquiera sé su nombre, porque es evidente que Suga es un nombre falso. La única información que tengo es la que da el sitio web de la Agencia, pero lo más probable es que también sea falsa.

¿Cómo decirle todo eso a mi madre, a mis amigas? Hyon es muy liberal, pero incluso ella se escandalizaría si se lo cuento. ¿Qué tal si tenía sida, Haeri? me preguntaría. ¿Y si te hubiese dejado embarazada? agregaría Shin, con horror.

Pero nada de eso ocurrió. Ya me aseguré. Me hice los exámenes y el mismo sábado después de nuestro encuentro me tomé una pastilla anticonceptiva, de esas que se consiguen en las clínicas, y eliminé toda posibilidad de concebir a un bastardo. De mi encuentro con Suga solo queda el recuerdo. Uno que, sin embargo, me hace despertar feliz cada mañana y sonrojarme luego ante los recuerdos que cruzan mi mente como poderosos destellos de luz.

No me arrepiento de nada. Volvería a hacerlo si alguien me diese la oportunidad de retroceder el tiempo. Volvería a hundirme en el placer prohibido que ofrece un hombre con las características de Suga. E incluso, daría más que una buena cantidad de dinero por volver a tenerlo a mi merced. Una vez más, solo una. Mirar esos ojos negros como la noche, enterrar los dedos en el rebelde cabello azabache y gritar de placer solo una vez más.

Dejo caer el paquete de nachos al suelo mientras mi mente vaga en los recuerdos obscenos. No presto atención al televisor. ¿Cómo podría arrepentirme? Mamá no lo entendería. Si ella conociera a un hombre como Suga probablemente cometería el mismo pecado que yo. Lo reservaría una y otra vez hasta que aprendiera de memoria todas las formas de alcanzar el cielo. Cierro los ojos y lo veo con los ojos de mi mente. Está aquí de pie, observándome a través de sus largas pestañas y con esa sonrisa perversa en sus labios delgados. Aprieto los parpados, el recuerdo es más real a cada minuto. Él avanza hasta los pies del sofá. Se inclina hacia adelante y...

- ¡Haeri! - la voz de mamá estalla a lo lejos. Me incorporo de un brinco. Piso el paquete de nachos cuando dejó caer los pies sobre el suelo para levantarme. Mamá sigue llamándome desde algún lugar de esa enorme casa. Le respondo también en un grito.

- ¡Estoy viendo televisión en la sala!

- ¡Ven al living, he traído a un amigo para que lo conozcas! - anuncia. Ruedo lo ojos. ¿Será otra de aquellas citas planeadas con alguno de los hijos de sus amigos mojigatos?

No me preocupo de arreglar la maraña de pelo en mi cabeza. Llevo puesto ropa de casa, siempre me cambio cuando vuelvo de la universidad para sentirme cómoda y libre. Dejo de lado los tacones y la ropa elegante y me enfundo en una jardinera vieja o un pantalón desgastado. No necesito impresionar a nadie en mi propia casa, ¿verdad?

Cuando llego al living, mamá conversa con un hombre que me da la espalda. Lleva un terno gris que hace un lindo contraste con su cabello negro. Su aspecto es aterradoramente parecido al de Suga, pero la idea de que él esté en medio del living de mi casa, hablando con mamá, es demasiado absurda.

- Ven aquí, Haeri - dice mi madre, haciéndome una seña con la mano que no sostiene una copa de vino. Me acerco, el sujeto misterioso todavía me da la espalda, pero aun cuando no me mira tengo el presentimiento de que lo conozco. Mis intuiciones son bastante acertadas.
Estando a pocos centímetros de distancia, él se voltea, y veo unos ojos negros como la noche sin estrellas, unas largas pestañas oscuras y una boca delgada que se tuerce en una ínfima sonrisa que es mitad reconocimiento y mitad diversión.

God Of Sex [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora