God Of Sex [ADAPTACIÓN]

Capítulo 9

¡Hola! Espero que disfruten mucho leyendo este capítulo, es uno de mis favoritos y espero que para ustedes también lo sea!

¡A leer!

...

Año 2004.

Dongwon siempre fue muy riguroso en cuanto a lo que debían comer y lo que estaba descartado de su dieta. Afortunadamente a Yoongi nunca le habían gustado los dulces, de modo que la prohibición terminante de comerlos, no era algo que le afectara. Yuri, sin embargo, lloraba en su cuarto hasta bien entrada la noche, porque Dongwon le negaba los dulces; e incluso casi la había abofeteado una vez al verla comer helado a escondidas. Ellos debían estar bien alimentados, y las golosinas no aportaban nada al organismo; por muy el contrario, provocaban que salieran caries y que se mancharan los dientes, además de ser riesgosas para la salud y muy malos para la figura.

A pesar de que no entendía la obsesión de Dongwon, Yoongi jamás discutía nada que él le imponía. Sí debía salir a trotar con el resto de sus hermanos muy temprano por la mañana, lo hacía. Sí debía beberse unos batidos proteicos que Dongwon aseguraba que le ayudarían a mantener un cabello sano y firme, además de una buena masa muscular para resistir exigencias físicas, se aseguraba de beberlo todo, sin dejar una gota. Yoongi era un niño agradecido. Porque a pesar de que a veces deseaba simplemente tenderse sobre el césped a leer uno de sus libros favoritos, o ver televisión hasta bien entrada la madrugada, sin que Dongwon lo enviara a la cama a las 11 - para evitar que se le formaran horribles ojeras bajo los ojos - no protestaba por no poder hacerlo, porque allí estaba mucho mejor que en el orfanato. Comía bien, dormía en una cama amplia y cómoda, y Dongwon jamás le había levantado la mano. En el orfanato lo habían golpeado un montón de veces; para que terminara toda la comida del plato pese a que estaba muchas veces en mal estado, y también para que dejara de llorar después de que lo golpeaban. Solo cuando anunciaban visitas de posibles padres adoptivos, las mujeres que cuidaban de ellos, fingían ser amables y dulces; y como Yoongi, en aquellos años, era demasiado inocente para comprender el cinismo, se convencía por una sonrisa dulce, que no duraba más que un suspiro. Luego volvían a golpearlo, a jalarlo del cabello y a pincharlo en los labios con el tenedor para que abriera la boca.

Gracias a Dongwon todo eso había quedado en el pasado. Y lo que tenía ahora, no estaba mal. Tal vez no era libre para hacer todo lo que deseaba, pero estaba seguro de que Dongwon lo cuidaba y se preocupaba por su salud física y mental, además de su desarrollo intelectual, porque lo quería. También quería a Yuri y a Taehyung. Con Jonghyun la situación era un poco diferente, pero era porque él corría en dirección contraria casi todo el tiempo. Ese año, Yoongi se dio cuenta de que el comportamiento inestable de Jonghyun, sin embargo, iba mucho peor que años anteriores. Desde que lo había visto acompañando a Dongwon en la reunión con adultos aquella primera vez, que Jonghyun se había vuelto aún más indomable y gruñón. Además, algunas veces incluso, parecía que no estaba en el mundo realmente. Lo veía mirar el vacío, con los ojos desorbitados. O, por el contrario, con las manos ansiosas, moviéndose de un lado a otro y haciendo constantemente un ruidito raro con la nariz, como si le picara o escociera. Sus ojos, antes chispeantes, eran solo un par de pozos de agua seca.

Yoongi llegó a la conclusión de que el cambio en Jonghyun se debía a que no obedecía a Dongwon. A que luchaba contra él, y que eso lo estaba dañando, porque solo quería lo mejor para ellos. Luchar lo estaba matando. Solo que Yoongi no se imaginaba cuan seria era esa lucha en realidad...
.
.
Año 2011. Quinta sesión 9.55 am.

Yoongi se atrevió por primera vez a contar algo de su vida en la sesión de terapia. Lo hizo porque se estaba ahogando con aquellos recuerdos en la mente, como si su cerebro estuviera llenándose hasta el límite, y necesitara alguna vía de escape. Además, todos los presentes estaban en situaciones iguales, e incluso más terribles, que la suya. Y, querían escucharlo. Tal vez eso fuese lo mejor de todo. Que Yoongi sabía que lo escucharían.