La Selección - Kriss Ambers

Habría dado mi corazón

JAYSON'S POV

La luz me quema la cara, y hace arder mis párpados, que se entrecierran.

- No veo nada. - dice una voz. Es una voz cálida, tierna. Una voz que creía que no volvería a oír jamás. No después de lo que le hice. Que la dejé embarazada, joder. No es algo que pase cada día. Sé que debería sentirme mal, pero lo único que siento es una emoción que me hace querer saltar, gritar y bailar. Sí, ya sé que parecer cursi, pero es la verdad. Quiero saber si será niño o niña, quiero saber su nombre, si tendrá mi pelo rubio y sus ojos. Si tendrá mi alta altura o su baja estatura. Si reirá por cualquier cosa o será una persona reservada.

- ¿En qué piensas?

- En nosotros - contesto, y ella desvia su mirada. Aún no está acostumbrada a que alguien le diga este tipo de cosas; Kyle no era precisamente un novio detallista. Eso sí, era la persona más cuidadosa y detallista del mundo cuando se trataba de Meryl. Siempre pensé que sentía algo por ella, y mi teoría se confirmó cuando empezaron a salir. Unas semanas después, vieron que no funcionaba y volvieron a ser amigos.

- ¿Qué te pasa?

Mi pregunta es demasiado directa, así que ella se remueve incómoda en el sofá, apartando la manta de sus piernas. Se levanta, y se quita pelusa de su pelo. Sí, el sofá no es el mejor sitio para dormir.

- Suz.

No contesta. Suspiro, y me levanto. Ella cierra los ojos, y yo le rodeo la cintura con mis brazos.

- Sabes porque lo hago - susurro en su oído.

- Pero no hace que duela menos.

Tiene razón; soy un idiota por no sólo dejarla en su estado, sino por dejarla a ella en general por dinero. Porque esta es la única razón por la que iré a la Selección; quiero conseguir el suficiente dinero para comprarme una casa donde Suz y yo podamos vivir y ver crecer a nuestro hijo o hija.

Esto es lo que me haría más feliz, y ella lo sabe. Y aunque no sea lo que ella quisiera, lo acepta.

Por esto y por muchas cosas más la quiero.

MERYL'S POV

- Yo sólo quería tener vestidos bonitos y comer bien por primera vez en mi vida... - me quejo, y mordisqueo lo que queda de mi manzana. Me paso una mano por el pelo, despeinado a causa de mi maravilloso defecte de olvidarme de peinarme por las mañanas. Lee frunce el ceño y me mira, pero no dice nada.

Bien por mí.

Después de nuestra fantástica e inspiradora charla [noten el sarcasmo], cuatro hombres me han llevado a rastras a un carruaje [sí, a un carruaje, no lo habéis oído mal] y me han dicho que como no me callar me dispararían a la cabeza. He mirado a Lee, en busca de ayuda, pero éste solo ha reído.

- Yo siempre quise un caballo, y nunca lo tuve. La vida es dura.

Su voz me molesta, pero lo que me pone nerviosa de verdad es su sarcasmo. En mi familia y mi círculo de amistades yo era la sarcástica, la macabra. Y ahora viene este y me roba el papel.

No, ahora en serio. Estoy un poco muerta de miedo. Vale, bastante muerta de miedo. Casi que me da un infarto; pero esto Lee nunca lo sabrá.

El resto del trayecto lo paso escuchando a uno de los cuatro hombres, al parecer, llamado Richard, hablando sobre lo que pasará a continuación; me llevarán al sistema principal, y allí hablaré con el supuesto "jefe", el que está al mando de todo lo que ha pasado.

- ¿Y dónde está este sistema? - pregunto en una ocasión.

Nadie responde, pero no se me escapa la sonrisa de Lee. Vale, me empieza a dar mal rollo.

KRISS' POV

- No puede ser.

No lo puedo creer. En serio que pensaba que America realmente amaba a Maxon, y la única razón por la que intenté continuar adelante, aunque fracasara, fue que sabía que ella y Maxon estaban hechos el uno para el otro. Pero después de lo que me ha contado, ya no sé qué pensar.

- Yo tampoco me lo creí, Kriss. ¿Te lo imaginas? Estoy destrozado.

Su voz nerviosa, y su respiración desesperada me preocupan. No, no. Kriss, no.

Hacía veinte años que no lo veía. No puede volver a pasar. Tú no te puedes enamorar, Kriss, no otra vez. Pero aún soy estúpida, y enamorada, así que lo abrazo, dejándolo perplejo, y susurro:

- Estoy aquí para ayudarte en todo lo que pueda. Siempre lo he estado.

Y luego es cuando pasa lo que me rompe el corazón. Maxon se pone a llorar.

- Yo... Nunca le-le he hecho nada... Yo siempre la he amado incondicionalmente... He aguantado todos los días que-que estaba de mal humor... Joder, hasta habría dado mi vida por ella, y aún lo daría.

Y lo que me duele más es que sé que tiene razón.