No había luz, todo estaba oscuro y las cortinas estaban cerradas -menos mal, pensó. Levantó su cabeza unos centimetros y se fijo en la hora, no era muy temprano, ni muy tarde pero no se preocupo de aquello ya que era domingo, era su unico día libre, por fin. Llevaba varias semanas trabajando para la floreria de su madre, se sentia feliz, aunque no era el trabajo soñado, le pagaban y lo mantenia ocupado durante el día y eso era lo que importaba. Quizo volver a quedarse dormido, bajo sus suaves sabanas pero no le resultó mucho, ya que ni un ojo pudo pegar despues de varios minutos intentandolo. Se sentó en su cama y reviso su celular, ya que ultimamente las chicas solían perseguirlo mucho y anotaban sus numeros ahi. A veces quería borrarlos, ocupaban memoria pero luego se arrepentía, quizás algún día, le serviría para llamarlas, cuando estuviera solo y necesitara compañía. Se levantó ya cansado y fue a su baño. Frunció el ceño al ver su cuello...otra vez tenía marcas y esta vez eran muchas, por los dos costados tenía chupetones morados. ¡Diablos!
Al principio no le había tomado atención a las marcas que le dejaban las chicas, luego le habían gustado, ahora lo incomodaban seriamente. Su madre le preguntaba cosas y él no sabía como responderle y mas de alguna vez habían tenido una pelea. Adela tenía miedo de que Manuel se convirtiera en esos chicos los cuales jugaban con las chicas siempre, que no eran para nada serios y se les podía ver con mujeres distintas todos los días, sospechaba tantas salidas, tantas marcas y _______ la chica que lo había esperado afuera de la casa alguna vez y que había provocado el cierto brillo especial que había visto en sus ojos, ya no venía. ¿Que estaba sucediendo?
Le había preguntado varias veces, pero el no respondía nada y a veces dejaba el tema de lado para hablar de la florería u otro cosa.
Manuel ladeó la cabeza tratando de buscar la manera en que no se le notara nada.¿Debía aplicarse maquillaje?, ¿Usar una bufanda con el calor incipiente que aún había en la zona?
No ninguna de las dos, se quedaría así y trataría de afrontar las preguntas que les hiciera su madre o alguna otra prsona.
Un mensaje en su celular, lo hizo detenerse en su carrera a vestirse. Abrió el mensaje de un número desconocido.
"Gran noche Manuel, ojalá se repita. Besos."Sonrió unos pocos segundos, porque luego se preguntó de quien sería el mensaje. La noche anterior había ido de fiesta otra vez como había estado repitiendo por casi un mes. De fiesta en fiesta ya era casi conocido en todas las discos de la ciudad y del estado obviamente. Recordó que había llegado a la fiesta, había conversado con una chica rubia, había bailado y no había pasado mas allá de unos besos calientes, por lo que la rubia quedaba descartada. Luego había bailado con una chica alta y de cabello castaño, había pasado lo mismo con ella y hasta un poco más....Luego había conocido a una chica de pelo negro y piel extremadamente blanca con una sonrisa encantadora -por lo menos eso recordaba -habían ido al baño de damas y....
Si quizás fuera ella, pero no recordaba su nombre, se encogió de hombros y borró el mensaje.
—¡Manuel! -un gritó de su madre, llegó hasta sus oídos- ¡El almuerzo esta listo!
—Ya va -murmuró y se dió cuenta de que ya era bastante tarde.
Mientras se vestía se preguntó, si sus amigos andaban con resaca, bueno a exepción de su castaño amigo no había salido con ellos, y extrañamente no salía con ellos desde hace semanas. Lo llamaban constantemente y él sólo decía que estaba ocupado o no podía. Estaba extraño y ya no lo llamaba y lo visitaba. Bueno Manuel tampoco podía visitarlo, trabajaba todo el día en la florería y los fines de semanas era la única oportunidad donde podía verlo, cosa que hasta ahora no había sucedido.'Se quedó satisfecho con saber que pronto le hablaría o lo llamaría, ¿le habría sucedido algo?
Bajó a almorzar con naturalidad, sin miedo a esconder aquellas marcas, se había puesto una polera simple que apenas le tapaba la base del cuello. Al llegar a la cocina Adela lo había mirado con asombro pero luego se había encogido de hombros y le había servido la comida, sin hacerle alguna pregunta -cosa que agradeció mentalmente.
Se había puesto a conversar de temas triviales, y de la florería. Siempre habían almorzado los dos solos, o bueno eso sucedía desde la separación de sus padres. También la ayudaba a recoger los platos, los lavaba y luego su madre los guardaba.
—¿Puedes ir al supermercado? -le preguntó Adela.
—Si -se encogió de hombros- No tengo nada que hacer.
Kathy le dió una lista con algunas cosas que necesitaba para hacer un postre o un dulce o algo así. Decidió ir caminando, no quedaba tan lejos al final y al cabo.
Comenzó a buscar entre los pasillo lo ultimo que salía en la lista pero era imposible encontrarlo que había escrito allí.
—¿Por que habrían distintos tipos de harina? -se preguntó para si mismo- Todas son blancas -bufó hasta que encontró la que había escrito su madre. Dió un paso hacia atras al agarrarla y chocó con un cuerpo corpulento. Se giró extrañado y vió a su mejor amigo con una mueca extraña en su rostro.
—¡Brandon! -exclamó sonriente- ¿De compras igual?
—Manuel -susurró- Si -hizo un intento de sonrisa- Pero me tengo que ir, así que Adios -se giró rápidamente, pero Manuel lo detuvo a tiempo- ¿Que sucede?
—Dime a ti que te sucede -de pronto su voz cambio, el tono serio que usaba no le estaba gustando para nada.
—A mi nada, eres tú el que ha estado ignorandonos todo estos días -murmuró mirandolo directamente a los ojos.
—¿Seguro que los ignoro? -preguntó el castaño con una sonrisa ¿irónica?- O ¿solo te ignoro a tí? -preguntó y Manuel quedó petrificado ¿Que le sucedía a su mejor amigo?
—Brandon de verdad que te sucede -se acercó un poco a él- Haz estado tan raro y.. -Brandon lo interrumpio.
—No estoy raro -murmuró y otra sonrisa apareció en su rostro- Sólo que mi novia no me deja juntarme con chicos que juegan con el sexo femenino -Manuel se quedó quieto y analizó lentamente las palabras de su...amgio.
—¿Tu novia..? -preguntó extrañado ¿desde cuando el castaño tenía novia?- Y ¿a que te refieres a chicos que juegan con el sexo femenino?
—Eres idiota -murmuró y Manuel frunció el ceño enfadado- Me refieron a ti, tonto, me refiero al chico que esta frente a mi y se acuesta con tres chicas minimo por día.
—Tú no sabes nada -gruñó Manuel.
—Si que lo sé -se encogió de hombros Manuel- Y por eso he decidido no llamarte, ni salir contigo hasta que dejes de jugar con las chicas.
—¿Que deje de hacerlo ?-preguntó y una sonrisa también irónica apareció en su rostro- ¿Por que dejaría de hacerlo, si ellas también han jugado conmigo?
—Manuel no puedes seguir con eso -suspiró fuertemente- Esta bien lo de Monica, pero debes superarlo ya pasó, además ¿______ jugó contigo? -entonces la imagen de ellaa sonriendole lo atacó en su mente.
—No te atrevas meter a ella en este asunto -murmuró y apretó los puños- Y ya superé lo de Monica
—Si claro -dijo el castaño- Si sigues así Manuel tu vida se irá a la mierda enserio -se dio media vuelta y agregó- De verad creí que te conocía Manuel, de verdad eras alguien a quien solía conocer.
Dijo esto y desapareció por el pasillo contiguo. Manuel trató de normalizar la respiración, ¿Su amigo...?
—¡Joder! -exclamó fuerte y pateó una lata que había caído al piso.