Enséñame a amar [ Louis & tu ]

мαrαтóɴ 2/4 cαρíтυlo 61

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El frío me hacía temblar de pies a cabeza y los relámpagos me hacían saltar a cada segundo, odiaba las tormentas pero sobre todo odiaba esta casa, extrañaba a Louis, extrañaba a Alexander. Un pesado suspiro escapo de mis labios pues el solo hecho de pensar en ellos dos me hacía pensar en que seguramente se la pasaban peleando. En ese momento alguien toco el timbre, inmediatamente abrí la puerta encontrándome con mi prima Ashley, mis ojos se abrieron de par en par pues traía unas maletas con ella

-   Primita –dijo ella con su sonrisa falsa- ya te extrañaba así que tu madre me invito a vivir un tiempo con ustedes

-   ¿Qué? Eso es imposible, tú no puedes vivir aquí

-   Oh vamos, nos la pasaremos genial –dijo con su voz chillona-

-   No, eso no es verdad. ¿Por qué quieres vivir aquí? Si tú sabes que nos llevamos muy mal

-   Ya te dije que te extrañaba, además quiero dejar esas peleas atrás

Sin más entro en mi casa mientras que subía las escaleras en dirección a mi nueva habitación entrando en ella. Mis manos se hicieron dos puños y sin pensármelo un solo segundo la seguí, al llegar la vi con una foto de Louis entre sus manos

-   Tu novio es súper guapo –dijo ella con una sonrisa-

-   Lo sé, pero como tú lo dijiste es mi novio

-   ¡Ja! ¿Tienes miedo de que te lo quite?

-   No, Louis no se fijaría en ti

-   ¿Ah no? ¿Y por qué no?

-   Porque eres falsa y muy mala persona

-   Eso no es verdad, pero no me retes primita porque al final tú podrías salir perdiendo

Dicho eso salió de mi habitación dejándome más que molesta. La frustración se apodero de mí y sin poderlo evitar corrí hacia la cocina y comencé a comer todo lo que encontraba en mi camino

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Louis

La noche se adueñaba de Londres mientras que la tormenta se encargaba de empeorar el frío que me helaba los huesos, amaba la lluvia pero odiaba sentirme tan solo en esta casa. Baje las escaleras dispuesto a salir a la calle pero de repente escuche mucho ruido en el sótano, tembloroso me acerque y dudosamente entre en él quitando una silla que estaba en la puerta, estaba muy oscuro lo cual ocasionaba que el miedo aumentara, odiaba los sótanos, me daba mucho miedo pues me hacían recordar cada noche que Paul me golpeaba y me encerraba. Baje las escaleras del sótano y entonces vi a Alexander quien me miro más que confundido

-  ¿Qué haces aquí? –pregunto-

-   Escuche mucho ruido

-   No es nada, solo estoy buscando unos papeles... Espera. ¿Moviste la silla que estaba en la puerta?

-   Sí, la moví para entrar

Alexander solo echo a correr mientras que subía las escaleras rápidamente hacía la puerta pero esta se cerró segundos antes de que el llegara

-   No puede ser –dijo enojado- la puerta no sirve por eso puse la silla... estamos atrapados

-   ¿Qué? –pregunte más que asustado- No, no, no, tienes que abrirla, yo no puedo estar aquí