ღ Capítulo 93 ღ

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Sentía escalofríos recorrer todo mi cuerpo al mismo tiempo que miraba a mi alrededor, la cárcel era un lugar muy solitario, con las paredes completamente grises además del frío que reinaba el sitio. Alexander y yo llegamos a la sala de visitas sentándonos en el lado de una mesa... y entonces lo vi, Paul caminaba hacia nosotros con la misma sonrisa burlona de siempre y sin más se sentó frente a nosotros.

-   ¡Vaya! –dijo- no me esperaba esta grata visita

-   A pesar de estar aquí –dijo mi padrastro- sigues siendo el mismo im.bécil

-  ¿A qué vienes Alexander? ¿A reclamarme por la muerte de tu hijo?

-   No... no lo lograste, mi hijo no murió

-   Para lo próxima lo lograré

-   No habrá próxima

-   Ya dime... ¿Por qué viniste?

-   Por qué quiero que me digas con tus propias palabras lo que le hiciste a mi hijo

-   Vaya que eres masoquista

No pude evitar mirar a Alexander, sus manos eran dos puños y ni hablar de su expresión, jamás lo había visto tan enojado, de repente una de sus manos golpeo fuertemente la mesa

-   Dime ahora mismo

-   Pues –dijo con una sonrisa- cada noche desde sus siete años llegaba y lo golpeaba con el cinturón o con mis manos, me encantaba verlo llorar y lo dejaba encerrado en el sótano toda la noche mientras que gritaba para que alguien le abriera... ¿Quieres escuchar cómo le hice la cicatriz?

Cubrí mis labios con mis manos intentando retener las lágrimas y el coraje que se acumuló en mi interior. Alexander estaba sufriendo... lo veía en sus ojos, en su mirada

-   No –grite- no queremos escucharlo... vámonos de aquí Alexander, no necesitas escuchar lo que este im.bécil tenga que decir, mejor miremos hacia el futuro, dejemos el pasado atrás

-   Eso es imposible jamás me podrán olvidar–dijo Paul- pues mi objetivo era destruirte Alexander

-   Pues lo lograste –dijo mi padrastro con lágrimas en sus ojos- estoy completamente destruido... pero no importa, porque a partir de hoy yo seré el padre que no estuvo ahí, le daré a mi hijo toda la felicidad que no tuvo, mientras que tu... terminarás pudriéndote en la cárcel

Paul solo cerro sus manos en dos puños y sin decir nada más ambos nos fuimos de ahí.

✽ ✽ ✽ ✽ ✽

Louis

Tosía y tosía, aunque intentaba detenerme no podía hacerlo, el cuello me dolía demasiado mucho más que todo mi cuerpo. En ese momento solo vi a ______ entrar por la puerta

-   ¿Estás bien? –pregunto-

-   Sí, solo me duele el cuello

-   Pronto estarás mejor

-   Pues ahora que estás aquí me siento mucho mejor, por cierto. ¿Qué era lo que me ibas a contar?

-   Te diré cuando salgas de aquí

-   ¿Es algo bueno o malo?

-   No sé cómo lo vayas a tomar

-   No te entiendo...

-   No seas ansioso –dijo acariciando mi mejilla- prometo que te diré cuando salgas de aquí, mejor dime. ¿Me extrañaste cuando te fuiste?

-   No –mentí con una sonrisa- no te extrañe para nada

-   Eres un mentiroso –susurro riendo- apuesto que me extrañaste mucho y no dejaste de pensar en mí

-   No, no te extrañe... apuesto que es al revés que tu no dejabas de pensar en mí

-   Fuiste lo primero que se me olvido... hasta fui novia de Isaac

-   De ese im.bécil, odiaba verte con él

-   ¿Por qué? ¿Acaso Louis Tomlinson estaba celoso?

-   Sí, estaba muerto de celos, no soportaba verte con él

-   Eso significa que si me extrañaste

-   Claro que te extrañe –dije colocando un mechón de cabello tras su oreja- ¿Cómo no voy a extrañar a la única personita en la vida que me hace sonreír?

-   Pues yo mantengo mi palabra...no te extrañe para nada

-   Oh vamos, admite que si me extrañaste

-   Con una condición

-   ¿Cuál?

-   Esta

Ella se acercó a mí uniendo sus labios con los míos, no pude evitar sonreír pues amaba tenerla tan cerca, sentir su calor, la calidez que ella me brinda con su tacto. Lentamente alcé mi cuello para acercarme más a ella pero al instante me separé dejando escapar un fuerte grito pues aún sentía como mi cuello dolía más que nada

-   Lo siento, lo siento

-   No, no te preocupes

-   ¿Aún te duele mucho tu cuello?

-   No –mentí-

-   Sé que me mientes

-   Ok, si me duele mucho, juro darte un regalo si me quitas este collarín

-  No puedo quitarte el collarín –dijo riendo- lo necesitas para recuperarte

-   No sabes que incómodo es

-   Lo sé

-   ¿Lo sabes?

-   Sí, cuando era niña me rompí el cuello

-   ¿Por qué?

-   Por qué de niña me aventé de un árbol pensando que podía volar

De un momento a otro el silencio reino la situación pero no tarde ni dos segundo y rompí a reír sin importarme que me doliera el cuello y el estómago, ella solo cruzo sus brazos enojada

-   ¡No te rías!

-   Lo siento, no pude evitarlo

-   No es gracioso –dijo ella reteniendo la risa-ya cállate

-   Me río porque te ves tan linda cuando te enojas

-   Y tú te ves tan lindo con ese collarín apretando el cuello

-   Muy graciosa

-   Bien, debes dormir, mañana vendré temprano

-   No te vayas

-   Alexander te cuidara hoy y yo mañana

-   Está bien

-   Debes descansar, intenta dormir

-   No puedo

-   ¿Por qué no?

-   Mis pesadillas han empeorado, no dejo de soñar con Paul

Ella acarició mi cabello y sin más su mano se acercó a mí hombro acariciando la cicatriz ocasionando que yo cerrara los ojos

-   Louis... estás a salvo, ya no tengas más miedo

-   Ya no lo tengo

-   Yo sé que sí, pero a partir de ahora todo cambiará... verás que seremos muy felices

-   Lo sé


Enséñame a amar [ Louis & tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora