Enséñame a amar [ Louis & tu ]

ღ Capítulo 21 ღ

El clima no hacía más que empeorar, la lluvia caía fuertemente mojando todo a su paso y ni hablar de los relámpagos que iluminaban el cielo oscuro. Toda mi casa estaba completamente a oscuras. Ahí estaba yo en la esquina de la cocina sentada mientras que escondía mi rostro entre mis piernas dejando que las lágrimas salieran a mares por mis ojos, aunque lo intentara no podía parar de llorar, así que me levante rápidamente del piso y sin pensarlo un solo segundo corrí hacia mi baño, hincándome frente a mi escusado. Las manos me temblaban pues no quería hacerlo de nuevo pero no podía evitarlo, dudosamente me acerqué a este y entonces comencé a intentar devolver todo lo que había comido, las lágrimas salían aún más de mis ojos, estaba a punto de lograrlo hasta que escuche... su voz

-   Hey –dijo Louis-

Rápidamente me tomo fuertemente por los hombros obligándome a pararme del piso, inmediatamente me deshice de su agarre mientras que me alejaba de él, sin dudarlo me pegue a la pared de mi baño aferrándome a ella, mis ojos estaban igual o más abiertos que mi boca. Una punzada de dolor apareció en mi pecho, pues me habían descubierto. Louis me había descubierto, no sabía que decir y no podía controlar las lágrimas que aun salían de mis ojos

-   ¿Qué... qué haces? –pregunto Louis débilmente-

-   ¡Lárgate de mi habitación! –grite aun llorando- ¡Lárgate!

-   No lo puedo creer –susurro-

Louis comenzó a caminar hacia mí, y yo solo me aferraba con todas mis fuerzas a la pared queriendo que esto solo fuera un mal sueño. Entonces él llego a mí mirándome directamente a los ojos. Podía notar el dolor que expresaba su mirada

-   ¿Por qué lo haces? –pregunto en voz baja-

-   Comí algo que me hizo daño, eso es todo

-   Claro que no –dijo suavemente- yo te vi, tu misma te provocabas el vómito. ¿Por qué?

-¡Déjame sola! Quiero estar sola

-   Nunca te dejaría sola, estás enferma... tienes

-   ¡No te atrevas a decirlo! –grite aun llorando- yo no tengo nada

-   ¡Claro que sí! –grito él esta vez- Tienes... bulimia

-   ¡Cállate! ¡Yo no tengo nada!

-   Tienes que aceptarlo, tenemos que ir a un médico ahora mismo

Él tomo fuertemente mi brazo y comenzó a caminar jalándome. Sin dudarlo un solo segundo me solté de su agarre al mismo tiempo que lo empujaba bruscamente, él volvió a tomarme por el brazo y yo volví a soltarme. Mis manos se hicieron dos puños ya que la ira se apoderaba de mí, completamente enojada me avente a él mientras que le pegaba en su pecho, pero él no se quedó atrás, me tomo por las muñecas tan fuerte que no podía zafarme

-   ¡Suéltame! –grite sintiendo como más lágrimas salían de mis ojos- Te odio Louis, suéltame

-   ¿No te das cuenta de que lo que tienes es grave?–dijo él dolorosamente- Puedes morir

-   ¡Yo no tengo nada, déjame sola!

Por fin logre soltarme de su agarre así que eche a correr. Salí de mí baño y corrí hacia la puerta de mi habitación dispuesta a irme pero no lo logre pues Louis había vuelto a tomar mi brazo jalándome hacia él, ya no me resistí solo me deje caer en el piso escondiendo mi rostro entre mis manos y rompiendo a llorar. Solo sentí como sus brazos me rodeaban y como sus manos tallaban mi cabello delicadamente

-   Shhh –susurro en mi oído- tranquila

-   ¡Lárgate Louis! –dije aunque en realidad no quería que se fuera-

-   No me iré a ningún lado... ¿Por qué lo haces?

-   No puedo evitarlo –admití llorando- tú no me entiendes

-   Sí lo hago, sí te entiendo, por favor acéptalo, tienes...

-   No lo digas –lo interrumpí-

-   Uhmm –suspiró- por favor levántate del piso

Louis se levantó al mismo tiempo que me tendía su mano, dudosamente la acepte y él me ayudo a levantarme, sin más me senté en mi cama aún con lágrimas en mis ojos, él se sentó a mí lado sin dejar de mirarme

-   Déjame sola Louis

-   Así me lo pidas mil veces, no me iré. Vamos... al doctor

-   ¡No! No quiero ir

-   Estás enferma –dijo él secamente-

-   Tú no entiendes nada

Sin poderlo evitar rompí a llorar sintiendo como la frustración crecía cada vez más adueñándose completamente de mí, de repente sentí como sus brazos me rodeaban nuevamente, yo solo me recargue en él sintiendo la calidez que solo él podía darme. Pasamos varios minutos sin decir nada hasta que por fin Louis hablo

-   Siempre... has querido saber porque murió mi hermanita Meli ¿No es así?

-   Sí –afirmé confundida-

-   Bueno pues –otro suspiró- te lo contaré

-   ¿Qué? ¿Enserio?

-   Sí

Por varios minutos Louis solo se dedicó a mirar al piso como si estuviera armándose de valor para contármelo, como si ese recuerdo le doliera más que otra cosa. Un pesado suspiró salió de su boca y entonces me miro

-   Ella murió a sus 13 años a causa de una enfermedad

-   ¿Qué enfermedad?

-   Meli –dijo cerrando los ojos dolorosamente- mi hermanita murió a causa de la bulimia

Mis ojos se abrieron de par en par, mientras que mi respiración se agitaba mucho más de lo que ya estaba, más que sorprendida desvié mi mirada evitando encontrarme con la de él, las lágrimas nuevamente mojaban mis rojas mejillas

-   Cuando nos dimos cuenta de su enfermedad ya era demasiado tarde pues a los pocos días de enterarnos ella... murió

-   Yo... lo lamento

-   Ya la perdí a ella –dijo él reteniendo sus lágrimas- no te voy a perder a ti

-   No lo puedo controlar Louis –dije rompiendo a llorar- lo intento pero no puedo evitarlo

-   Lo sé, sé lo que sientes, por favor... déjame ayudarte

-   ¿Por qué quieres ayudarme?

-   No tienes idea de cuánto me importas, no quiero que te pase nada... Por favor

-   Es... está bien, solo... no se lo digas a Alexander

-   Luego hablamos de eso, lo mejor será que duermas

-   Quédate conmigo, no me dejes sola

-   Aquí me quedaré contigo

Me recosté en mi cama mientras que Louis ponía las cobijas encima de mí, después él se recostó a mí lado. Yo no lo dude ni un segundo y coloque mi cabeza en su pecho, ya no había lágrimas, ni tristeza, sino todo lo contrario, él me abrazo dando paso a la tranquilidad y entonces lo entendí... entendí que no había lugar más seguro para mí que los brazos de Louis

-   Nunca nadie se ha preocupado tanto por mí. ¿Por qué tu sí?... ¿Por qué te preocupas tanto por mí?

Él no respondió solo se dedicó a mirar hacia el techo, pasaron varios minutos hasta que una pequeña sonrisa se asomó en su rostro y entonces me miro directamente a los ojos decidido a hablar

-   Porqué te amo