DIA 4-2 NUESTRO ENCUENTRO, EN EL CIELO.

168 16 1
                                    

- LO QUE QUIERAS... P-PERO HAZLO RÁPIDO... MHN....- te mordiste los labios -RÁPIDO...-

-LO SIENTO PERO...- me detuve para observarte detenidamente -LO HARÉ DESPACIO... NO QUIERO LASTIMARTE- te susurré en el oído.

-NO T-TE PREOCUPES POR MI...- hundiste una de tus manos en mi cabello para acercarte a mi boca -SÓLO HAZLO...- tu aliento chocó contra el mío y me volvió loco.

Por momentos mi corazón se aceleraba demasiado porque olvidaba respirar, solo quería lamer y morder cada centímetro de tu piel... una y otra vez marca tu cuerpo como mío.

Mantenías tu ojos cerrados fuertemente y tu espalda se curvaba cuando nuestros cuerpos se rozaban...

-H-HYUNG... Y-YA ES -tu voz agitada me excitaba mas- SUFICIENTE... ESTOY L-LISTO...- tu ojos buscaron los míos, suplicando por un poco mas de contacto.

Deslice una de mis manos por tu abdomen marcado, besé cada músculo y lo delinee con mis labios -ERES DEMASIADO...- Suspiré- HERMOSO DAE...- te tenía entre mis manos, por fin.

Presioné la punta con mi pulgar, sintiéndolo húmedo, acaricié toda tu extensión hipnotizado por tus gemidos... trague saliva, sentía nervios, demasiados nervios -¿cómo se supone que debo hacerlo?- me preguntaba a mí mismo, intentaba encontrar la respuesta en mi cabeza...

-AHH...MHNN...- Tus mirada lujuriosa me ordenaba que lo hiciera y sólo por complacerte me acerqué a tu miembro.

Mi aliento cálido te hizo estremecer, tu boca abierta me dio a entender que eso te gustaba... soplé suavemente la punta de tu miembro.

-AHHH...- Volviste a gemir y de repente perdí toda la vergüenza y timidez que formaban parte de mi personalidad.

No me importó el sabor extraño, ni su gran tamaño... solo tu voz me incitaba a seguir succionando y lamiendo.

-BASTA! B-BASTA...- me jalaste del cabello y un hilo de saliva se escurrió por la comisura de mi boca.

-POR QUE? -inspiré un poco de oxigeno -LO HICE MAL?- estaba preocupado.

-NO TIENES QUE PREPRARME, SOLO ENTRA- tu seguridad me asustó, pocas veces te había escuchado hablar así.

Me diste la espalda y revolviste unos cajones.

-AQUÍ ESTÁ!- una sonrisa maliciosa se dibujó en tu cara.

El lubricante que olvidé aquella vez estaba entre tus manos.

Volviste hacia mí y me llevaste hasta la cama. Bajaste tu mirada hacia mi pene por demás erecto y tu sonrisa se borró, una mueca de preocupación la reemplazó.

-SI LO HACES RÁPIDO SERÁ MEJOR...- acariciaste mi rostro con ternura y te recostaste, llevándome contigo. Tus piernas se abrieron y tus manos, humectadas con la vaselina liquida, comenzaron a lubricar mi miembro...

-AGRRR....- rugí extasiado por el placer de tu tacto.

Esparciste el resto del contenido sobre tu entrada y suspiraste.

-HYUNG...- Tus manos se aferraron a mi espalda y tus piernas a mi cintura.

El momento mas feliz de mi vida, tus labios besándome con ternura mientras te entregabas a mí, por completo...

Podía escuchar mis latidos en mis oídos, mi garganta ardía y aun no entraba en ti -VOY A ENTRAR...- anuncié y después de verte asentir con la cabeza acerqué la punta de mi pene a tu pequeña entrada.

-AH... AH... AH...- Te escuché gemir pero esta vez no era de placer.

Tu rostro estaba rojo y tu frente arrugada, sabia que iba a doler y no podía detenerme.

-DAE... NO A-APRIETES TANTO...- Te suplique entre suspiros, ni siquiera iba por la mitad y ya no era capaz de moverme.

-HYUUUNG...AH....SEUNG!- gritabas mientras te retorcías de placer, aunque había lagrimas en tu mejillas no dejabas de gemir.

Inspiré profundamente y me moví bruscamente dentro de tu estrecha cavidad, totalmente cegado por el placer.

Tu cuerpo empezó a temblar, te retorcías de un lado a otro hasta que tu espalada se arqueó.

Una calidez extraña recorrió mi abdomen, de hecho se escurría por él.

Observé sorprendido tu semen sobre mí, levanté la vista y tu rostro llenó de vergüenza fue cubierto rápidamente por una almohada.

-AISHH! NO PUEDE SER... NO ME PUEDE PASAR ESTO A MÍ!- tu voz apagada, debajo de la almohada se escuchaba graciosa.

-AH...- me quejé al ser estrujado por tu cuerpo, todavía no había acabado y seguía duro, mas duro que antes al verte eyacular primero.

Retiraste lentamente un poco la almohada de tu cara -NO TERMINÉ PRIMERO O SI?-

Asentí tímidamente. No quería que te sintieras incomodo ni que dieras por terminada la sesión de sexo.

-DAE... - me acerqué a la almohada -PUEDO MOVERME? - pregunté ilusionado.

-TÚ... NO TE MOVISTE?- cubriste tu rostro otra vez.

-SOLO UNA VEZ Y TAMPOCO ENTRE COMPLETAMENTE...- confesé orgulloso por haberte hecho acabar rápido.

-QUEEEE?- te levantaste provocando que el resto de mi entrara de golpe en tu cuerpo.

-AHHHHHH!- dijimos al unísono.

Tu entrada se contrajo varias veces haciéndome acabar casi al instante.

Caí rendido sobre tu pecho, mi respiración agitada me impedía hablar. Poco a poco fui saliendo de tu cuerpo mientras un liquido espeso se abría paso entre tus glúteos.

Entre jadeos y suspiros nos recuperamos del orgasmo, tu sonrisa brillante y tus ojos cansados me decían que habías disfrutado plenamente.

-DUERME UN POCO... ESTO AUN NO ACABA...- Me besaste profundamente y nos cubriste con las sabanas.

Sonreí sin saber que responder, aun estaba flotando en una nube, y a mi lado descansaba un ángel... mi ángel sonriente.

El Diario de Choi Seung HyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora