-Capítulo 7-

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-¿Me estais diciendo que esa patética camarera es Cenicienta?-preguntó Eleanor.

-Sí, totalmente. Ella siempre ha tenido envidia de ti y quería a Louis para ella y pensó que esta era la mejor manera.-dijo Ashley.

-Osea, que esa... chica-se calló la boca, ya que iba a decir mucho más que chica-pretende robarme a mi novio, ¿no?

-Sí, es que es mala, ¡amenazo con matarnos si lo contábamos!-dijo Brittany.

-Muy bien, pues esa camarera del tres al cuarto se va a enterar de quién es Eleanor Calder. Chicas, voy a necesitar vuestra ayuda.

-Cuenta con nosotras-dijo Ashley, malvadamente.

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Iba por el instituto cuando, la chica que da las noticias en el instituto (la retransmisora) interrumpió mis pensamientos.

-Cenicienta, si me estás escuchando quiero que vayas a la concentración de las animadoras después del entrenamiento de fútbol, Louis.-vaya, ya sabía donde ir. Pero no sin Liam y Niall, por supuesto. Fui a buscarles y me les llevé a la zona de concentración. 

-A continuación, las animadoras han preparado una pequeña historieta para animar al equipo, ¡aquí las tenemos!-todo el mundo aplaudió, incluída yo. Pobre de mí, no sabía la que me esperaba.

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-Había una vez una gran rana, que tenía todo lo que quería-empezó a contar Eleanor, mientras Brittany estaba haciendo de rana-jugaba al fúltbol, tenía un padre que era el dueño de toda la charca y novia guapísima a la que dio plantón...pero no era feliz.-Louis, que estaba en la primera fila escuchando se puso tenso. No le gustaba la historia, se temía lo peor.-Pero entonces llegó alguien que le cambió, su princesa, con la que hablaba por emails.-Ashley salió vestida de princesa.

-ChicaPrinceton, a veces siento que nadie me entiende, excepto tú. Estoy viviendo en un mundo en el que todo el mundo finje ser lo que no es. Quiero conocerte.-decía Brittany.

-BooBear, tengo miedo y es que... ¡nunca me han besado! Me da mucha vergüenza...-respondía Brittany. En ese momento, las personas que peor se sentían eran Louis y ___, ya que claramente estaban hablando de ellos.

-Es increíble, están leyendo nuestros emails-dijo ___ a Niall y Liam.

-Vámonos, no me gusta como pinta esto-me dijo Niall, pero no me moví, era incapaz de moverme.

-Pero nuestra princesa tenía un secreto, y es que no era de sangre azul. Era una empleada, una sirvienta, una fracasada-Ashley salió vestida de camarera, cayéndose en una tarta-una camarera. Y esa impostora tenía nombre, un aplauso para la camarera de pacotilla, ¡____ ____(Tu apellido)!-Todo el mundo se giró a verme y yo estaba ya llorando.

-¡Camarera, camarera! ¡Camarera, camarera!-gritaba todo el mundo, y mis lágrimas no podían dejar de salir. En ese momento, Louis se giró a mirarme, sorprendido y con cara triste. Aunque desde luego no tanto como yo.

-Venga, vamos-me dijo Liam. Tanto él como Niall y yo nos fuimos, ya me habían destrozado bastante.

-____, ¿estás bien, pequeña?-me preguntó Niall, abrazándome.

-Chicos lo siento, tengo que irme-les dije, separándome de Niall-sois los mejores, de verdad. Os quiero.-me fui corriendo a casa, sin dar explicaciones ni nada, yo estaba rota por dentro.

Cuando llegué a mi casa me encerré en mi cuarto y me puse la canción adecuada para esta ocasión, Torn. Así estaba yo, rota.

-¿___?-me preguntó Caroline desde el otro lado de la puerta.

-¡Déjame en paz!-le chillé.

-Pero... ha llegado una carta de Princeton.-fui y le abrí la puerta a Caroline. Ella me tendió la carta y yo la abrí, impaciente. Al ver lo que ponía, de verdad, mi mundo se derrumbó totalmente.

-No me han aceptado-dije mostrando mi tristeza.

-Bueno...míralo por el lado bueno, ahora podrás trabajar en la cafetería todo el tiempo-y se fue, dejándome allí. Cogí un cuento que me había regalado mi padre, de hecho, lo único que tenía de él. Príncipes y princesas, decía.

-Papá, ¿a qué universidad van las princesas?

-Pues supongo que a la misma que los príncipes... a Princeton.

-Yo quiero ir ahí, papá.

-Seguro que lo consigues, porque tú ya eres mi princesa-mi padre y yo nos abrazamos, no quería soltarle nunca por miedo a perderle. 

Al final lo perdí. Enfadada, conmigo misma y con el mundo (a parte de destrozada y triste) tiré el libro al suelo. No existen los cuentos ni los finales felices. Y nunca existirán. Al igual que los príncipes. Todo es una pura tontería.

Como Cenicienta (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora