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La llevó hasta la terraza del departamento y se sentaron a observar la ciudad a pesar del clima: un viento frío y seco casi característico del invierno; presentía que no serían buenas noticias, o al menos no le gustaría lo que estaba por escuchar. — Recibí una beca del 100% para terminar de estudiar mi profesión— habló finalmente e hizo una pausa para estudiar la reacción de su hermana. —Eso es una gran noticia, sin embargo no te ves muy feliz ¿cuál es la parte mala de esto?— preguntó tan nerviosa que no paraba de mover sus manos en espera del final de la noticia. —Es una beca de intercambio a España, terminaré allá mis estudios y después obtendré un trabajo con una empresa muy reconocida—declaró sabiendo que su hermana no estaría totalmente de acuerdo con la decisión. El cambio en su rostro fue apenas visible, pues ocultó su tristeza en una mueca fingiendo estar muy emocionada, estaba orgullosa de su hermano. —Dime, ¿qué piensas?, sé sincera por favor— pidió —Estoy muy orgullosa de ti, y sé que es una oportunidad dentro de un millón, es sólo que, te irás tan lejos, comenzarás tu vida allá, no nos comunicaremos tanto, no tendré quien me dé consejos y comprenda por lo que estoy pasando, cuando menos te des cuenta, habrás conocido a alguien hermosa de aquel lado del mundo y te olvidarás de regresar— confesó finalmente intentando contener las lágrimas y entrando de regreso por los fuertes vientos que comenzaban a soplar. Fernando la siguió inmediatamente para hablar con ella. —No creo que esto se vaya hasta esos extremos, obvio volveré, aunque en realidad es más un aviso, que pedir permiso. Sabes que te quiero mucho hermana y esto es algo que realmente quiero hacer. Deberíamos ir a casa para hablarlo con mis padres también— sugirió tomando las llaves de su coche y abriendo la puerta para que su hermana saliera. El viaje en el coche hasta la casa de sus padres fue bastante incómodo, ninguno habló. Vanessa se bajó del auto un tanto molesta y entró lo más rápido posible a la casa, subió corriendo hasta su habitación donde se encontró con Karla sacando ropa de su closet, en otras situaciones le hubiera gritado pero no se sentía con el humor, simplemente estaba frustrada, como si toda la fuerza se drenará de su cuerpo y la dejara en un estado zombi. Karla al verla intentó ocultar que estaba llevándose su ropa por temor a ser reprochada, sólo que Vanessa ni siquiera la notó y llegó a tirarse directamente a su cama, esto la hizo sospechar que cosas malas sucedían, escuchar la voz de Fernando en la planta baja lo confirmó. Sus padres las llamaron para que bajaran pero Vane se negó, ella ya sabía de qué trataba, por otra parte, Karla le permitió un momento a solas y atendió las indicaciones de sus padres, éstos no objetaron ante la decisión de su hijo, únicamente le externaron su orgullo por él y sus felicitaciones, al fin y alcabo desde el momento en qué se marchó de su casa dejaron de tener decisión sobre él. Como aparentaron aceptar la noticia bastante bien, se retiró a arreglar todo para irse lo antes posible, sus padres estaban tan tristes que pareciera entrarían en una gran depresión, fue un duro golpe saber que su hijo decidía vivir por su cuenta y ahora uno más severo que se fuera a otro país a desenvolverse en la vida, se cuestionaron si habían sido buenos padres, por lo tanto, él estaba  dispuesto a volar por su cuenta, o si habían sido tan malos que intentaba poner un mar de distancia entre ellos. Necesitaban hablar mejor con él por lo que lo citaron unos días despuéspara hablar los tres a solas. Vanessa no habló con él durante ese tiempo, sus padres ya habían hablado los temas que los inquietaban y resuelto conflictos, Karla intentaba unir a sus hermanos sin conseguir nada. Cassandra llegó una tarde en busca de su mejor amiga, Karla la contactó días atrás para pedirle su ayuda, puesto que su hermana no quería salir de su depresión, creía que charlar con alguien de confianza la ayudaría, tenían tanto tiempo sin hacerlo, a pesarde haber vuelto, Cassy ya no estaba en la escuela y no se veían tan a menudo.—Levántate, vamos a salir— le ordenó al entrar a su cuarto, no renegó y obedeció sin más. Era un precioso día afuera, muy soleado con un clima perfecto: no tan caluroso, ni tan fresco. En el trayecto dentro del auto que Cassandra manejaba, Vanessa no pronunciaba palabra alguna, tenía la mirada perdida, inmersa en sus pensamientos, y su rostro no mostraba expresiones.—Vanessa, por el amor de Dios, date cuenta que estás siendo extremadamente pesimista. —exclamó para sacar a su amiga del trance, funcionó, ella volteó aprestarle atención  —Comportarte así también lastimas a tu hermano, eres una de las personas más importantes para él, ¿acaso no decidió contarte las noticias antes?, es una situación difícil, tienes que demostrarle todo tu apoyo y amor, inevitablemente volverá, la sangre es más densa que el agua— sermoneó a su mejor amiga, quien finalmente después de tantos días conteniéndolo soltó el llanto como un bebé. Lloró y lloró, sin pausa por media hora dentro del coche, sin hablar o intentar decir algo, simplemente dejaba que las lágrimas cayeran, al principio Cassandra intentó consolarla con un abrazo pero fue peor; una vez que todos sus sentimientos atrapados abandonaron su cuerpo y logró tranquilizarse, habló —Gracias—. Su rostro estaba completamente rojo, y sus grandes ojos oscuros hinchados,—Necesitaba escuchar la realidad, es una opinión muy sensata y me parece le debo una disculpa a mi hermano— expresó. —Lamento haber sido tan egoísta, ni he preguntado de ti, ¿qué tal las cosas?—añadió. —No hay problema amiga, eso será conversación de otro día, ahora hay que llevarte con tu hermano para que hablen— anunció, encendiendo el motor del auto para dirigirse al departamento de Fernando. Para ser un día tan agradable, la ciudad se encontraba casi desierta por lo que no les tomó más de 10 minutos llegar. Ambas se bajaron del coche y Cassandra fue quien tocó el timbre para meter a su amiga al edificio, —Anda ve, aquí te esperaré— ofreció calmadamente mientras ella entraba. Cassandra estaba hambrienta entonces fue en busca de un lugar para comer algo, subió al coche y manejó un par de cuadras a la derecha donde se ubicaba un lindo restaurante pequeño, se apresuró a ordenar algo por si Vanessa no tardaba. Al llegar su platillo,también lo hizo Carlos, la sorprendió sentándose frente a ella haciéndola saltar —Provecho, bonita— dijo en forma de cumplido con una sonrisa gigante sobre el rostro, Cassandra toda batida desde la punta de la nariz hasta los cachetes intentó responder en vano pues no se comprendió lo que dijo. Se limpió la cara con una servilleta apenada —Gracias Carlos, que coincidencia encontrarte— contestó. —Las coincidencias no existen, se llama destino— habló guiñándole — ¿Hace cuánto estás en la ciudad?—indagó interesado. —Pocos días, de hecho tengo un poco de prisa porque Vane me espera a unas cuadras de aquí—anunció comiendo sin pausas, causando la risa de Carlos —Estoy hablando en serio Carlos, la dejé en casa de su hermano y se supone que la espero afuera— explicó terminando de comer y sacando dinero para pagar la cuenta. — ¿Por qué no entraste con ella?— quiso saber. —Ella está cerrando ciclos por su cuenta—comentó levantando sus cosas para salir del lugar. —Llevas a tu mejor amiga a cerrar ciclos pero tú evades hacerlo— dijo Carlos siguiéndola camino a su automóvil. Tenía razón, sin embargo quería seguir huyendo, entró al auto de la forma más rápida que pudo evitando contestar a lo que dijo, no lo consiguió, Carlos se subió en el lado del copiloto para obtener su respuesta. Sin dejar de mirarla ni hablar, Cassy comenzó a manejar hasta llegar al edificio, a donde por fortuna Vanessa aún no salía, respiró aliviada y se estacionó frente a éste. —Esperaré la respuesta pacientemente Cassandra— puntualizó relajando su cuerpo sobre el asiento. — ¿A qué te refieres con cerrar mis ciclos?— dijo mirándolo con cierta furia en sus ojos. —Tú usaste la expresión, pero la entiendo, significa que termines lo que comiences para poder continuar, ahora nos toca a nosotros, ¿o crees qué olvidé lo que platicamos aquella madrugada en San Miguel?, y después te marchas sin decirme nada, como siempre ocurre, esto es cansado Cassy pero no me doy por vencido y lo sabes. Es el momento perfecto para aclarar las cosas, ¿quieres que siga siendo parte de tu vida o ya no?, dímelo y con sinceridad, no habrá resentimientos, si tu respuesta es no, me voy— exhaló las palabras atoradas. Se quedaron viendo por unos instantes antes de que Cassandra se acercara lentamente a él para besarlo, no hubo objeciones y ambos se besaron con amor como en la época que fueron novios, finalmente se separaron y Carlos estaba tan confundido que sólo exclamó — ¡demonios, Cassandra!— antes de volver a besarla con intensidad, ese beso cambió algo dentro de ellos cuando terminó. —Supongo que esa es una buena respuesta— habló Cassy con un brillo reluciente en su mirada, —Espero no estar equivocado en cuanto a lo que quisiste decir, porque para mí fue una excelente respuesta—expresó Carlos tomándola de la mano.

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