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Ese día estuvo destinado a visitar los lugares históricos y dignos de mostrarle a una turista; como la novia de Fer, caminaron y caminaron bajo el sol, y tuvieron un gran día, esa tarde Alex pasó a ver a su novia con el pretexto de distraerla mientras sus hermanos y amigas planeaban una fiesta de cumpleaños que tendría lugar dentro de dos días en su hogar, sin embargo esta vez no se trataría de una reunión sorpresa, porque estaban organizando algo grande con muchos invitados. –­–Escuché que algunos chicos que conocimos en el voluntariado están aquí de vacaciones, debemos invitarlos–­–sugirió cuando las planeaciones tomaban lugar –­–hay que conseguirle un pastel fabuloso–­– dijo Karla, –­–también necesitamos muy buena música–­– les recordaba Julia, –­–todo esto suena excelente, ya casi puedo ver la mejor fiesta del verano–­– fantaseaba Fernando –­–hay un pequeño problema–­– dijo volviendo a la realidad, –­–no hay espacio suficiente en nuestra casa para esto–­– complementó Karla con un poco de tristeza, –­–no necesitan estresarse por eso, hagámosla en mi casa–­–  propuso Cassy, la dueña de la vivienda más grande –­–¿Qué hay de tus mamá? –­– interrogó Julia, –­–ella aceptará sin problemas, adora a Vane y le encantará ayudar–­– confirmó, –­–excelente entonces ya sólo necesitamos pequeños detalles menores.

Al mismo tiempo que una junta tenía lugar en su casa, Vane estaba a las afueras de la cuidad camino a un pequeño concierto de una de sus bandas favoritas para la que su novio consiguió boletos después de que éstos se agotaran en los primeros 5 minutos. Ambos amaban a esa banda con gran fervor y conocían de memoria cada una de sus canciones, estaban emocionados de finalmente asistir a un concierto y tener la oportunidad de escucharlos cantar en vivo.

Llegaron media hora antes de que el concierto diera inicio para encontrarse con el recinto abarrotado de personas, no era posible que un alma más cupiera allí.

El concierto comenzó cerca de una hora después de lo previsto aunque esto no les impidió pasar un rato agradable donde bailaron y cantaron con toda la fuerza que sus potentes pulmones les dio. Cuando todo terminó se quedaron afónicos y satisfechos por la grandiosa actuación, saliendo del concierto Fer y Karla estaban esperando ya a su hermana para llevarla a casa y que Alex no tuviera que desviarse debido a la hora.

Los preparativos para la fiesta seguían marchando de maravilla. Vane sabía muy poco de la fiesta pero no le interesaba saber más y así no tener que ayudar demasiado con las responsabilidades que correspondían, en lugar de apoyar a sus amigos y familia decidió ir a comprar un bellísimo vestido para la noche de su cumpleaños.

En el centro comercial visitó un exagerado número de tiendas y se probó otro tanto de vestidos, muchos de los cuales únicamente tenía curiosidad de ver como se le veían puestos incluso cuando no tuviera el presupuesto suficiente. Después de una exhaustiva búsqueda regresó a la primera tienda que visitó y se probó tres vestidos distintos entre los que no se animaba a decidir por uno, si en su poder hubiera estado ella se llevaba todos a casa, mas no contaba con dinero suficiente para hacer eso, la señorita que estaba apoyando con los vestidos ya no le quedaba ni una gota de paciencia al cabo de media hora viéndola danzar frente a los espejos con un vestido y otro, –­– ¿a qué tipo de fiesta va a asistir señorita? –­–  preguntó intentando un último esfuerzo –­–es mi cumpleaños, nada muy formal, no obstante quiero verme bien y sentirme bonita–­– comentó Vane revisando descuidadamente otros modelos de vestidos, –­–de todos los que ha elegido, estos dos son los más preciosos–­– dijo la señorita tomando dos de sus tres opciones, –­–de hecho estos son los que me agradan–­– confesó Vane observándolos otra vez, –­–si acepta una sugerencia muy personal, yo me llevaría éste–­–  dijo entregándole el vestido en su mano derecha, –­– tomaré su sugerencia y muchas gracias por soportar mis actitudes infantiles–­–  se disculpó Vane pagando por el vestido y despidiéndose de la amable señorita que al final la ayudó más de lo esperado.

Una noche antes de la fiesta, cuando veía las fotos del concierto con Alex, no pudo evitar recordar a Jaime y una terrible nostalgia la invadió, desde el accidente varias noches de insomnio se atormentaba pensando en que ella fue la última oportunidad de Jaime, quien pudo salvarlo de ese terrible destino que casi la arrastra a ella, esa noche sus pensamientos tomaron una dirección distinta y agradeció al cielo estar viva en excelentes condiciones, a la mañana siguiente se dirigiría al panteón con un bellísimo ramo de flores para Jaime. En el camino buscando su tumba se quedó imaginando el aspecto que ésta tendría, abandonada, polvosa y sin ninguna flor que indicara que alguien aun lo recordaba, sabía que mantenía una pésima relación con sus padres y no era alguien lleno de amigos además de ser hijo único. Cuando finalmente la localizó creyó haberse equivocado, estaba viendo una de las más pulcras y llena de flores, tuvo que acercarse bastante a leer el nombre y confirmar que se hallaba en el lugar correcto, colocó su ramo de flores que en ese momento ya parecía ser muy pequeño comparado con los otros y se sentó frente a ésta por unos segundos a pensar, sin esperarlo una señora de mediana edad arribó con agua para las flores, se tensó al verla y se detuvo en seco, de esa forma Vane pudo intuir que ella era la madre de Jaime, no se decidía a hablarle o retirarse del lugar, prefirió la segunda opción hasta que la señora habló –­–alto–­– ordenó y Vane giró para verla, –­–¿eres la chica que acompañaba a mi hijo durante el accidente? –­– preguntó seria, –­– así es–­– respondió en voz muy baja, –­–eres tan solo una niña–­– expresó con dolor en su voz, –­–escuche, de verdad lamento lo de su hijo–­– dijo Vane, –­–no lo haces, nadie lo hace, porque no es posible lamentarlo, únicamente yo sé que se sintió, y ni siquiera su frase de: "te acompaño en tu dolor", todo eso es mentira, me quedó sola, nadie lo comprende ni lo sufre igual que yo–­– despotricó al borde del llanto, –­– sé que no fue tu culpa, tal vez fue mía y por eso lo perdí, gracias por las flores, son hermosas–­– agradeció recobrando la compostura –­–no hay de que–­– dijo Vane marchándose para dejar a la señora sola, comprendía que era una situación muy difícil y ella ya no podía hacer nada para ayudarla. Manejando iba reflexionando lo sucedido,  la rabia de la señora hacia ella misma, y su opinión acerca de las pérdidas de algún ser querido, jamás escuchó a alguien con más razón, es algo que ocurre todos los días sin duda; la muerte y sin embargo no sabemos cómo reaccionar ante ella, ni compartimos el mismo dolor a pesar de haber perdido a la misma persona. Por otra parte le alegró saber que había alguien recordándolo aunque llena de culpa y remordimientos porque los días no fueron suficientes para ella y su hijo, a quien no pudo decirle lo mucho que lo amaba y que lo perdonaba por todas sus malas decisiones antes de que se fuera. A partir de eso, ya no tendría otras noches de insomnio torturándose con la idea de Jaime y su muerte y dejaría de tener sus pesadillas recurrentes donde intentaba todo lo que había en su poder para salvarlo y darse cuenta que ya era muy tarde.

17 y contando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora