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Cuando llegaron a casa de la muchacha lo invitó a pasar y éste aceptó, Fernando abrió la puerta haciendo saltar a su hermana de la emoción para abrazarlo siendo que no era de su conocimiento la visita inesperada, pronto hizo pasar a Alex quien no necesitó de una presentación formal por conocer a Fer desde antes únicamente chocaron el puño y el hermano mayor anunció que su estancia sería de dos semanas, provocando ovaciones por parte de cada integrante de la familia y consecutivamente les introdujo a su novia española; Judith, muy emocionada de volver a visitar México, –­– encantada de conocerte Judith–­– dijo Vane –­– chicas hablen un momento, Alex y yo tenemos que charlar–­– indicó guiando a su cuñado a la cocina mostrando una pequeña mueca de malicia. Por lo tanto ella y Judith se sentaron en la terraza para disfrutar del hermoso clima caluroso, fue impresionante lo bien que pudo hablar con ella, ya que las novias anteriores de su hermano siempre eran muy reservadas y preocupadas por causar una buena impresión, ésta le contó bastante de la vida que llevaban del otro lado del mundo y también le platicó lo enamorada que se encontraba de su hermano, nunca antes pensó escuchar a una chica hablar de esa manera sobre su hermano, con ilusión en su mirada y suspirando de alegría, –­– una vez que terminemos nuestros estudios planeamos mudarnos juntos aquí, para emprender una franquicia hotelera de la cual mi padre es dueño–­– contó sus planes futuros –­– eso suena excelente–­– admitió Vane. Judith era una chica muy alta bronceada y con el cabello lacio y largo hasta las caderas teñido de rubio, usaba lentes que atrapaban sus pequeños ojos verdes; físicamente era muy guapa y en cuanto a su personalidad, era alguien humilde y perseverante. Realmente alegró a Vane ver que Fer estaba con alguien extraordinaria pues él también era una persona sorprendente. No terminaron la conversación cuando los chicos salieron de la cocina abrazados riendo igual que grandes camaradas, –­–es hora de irme bonita–­– le comentó Alex a su novia quien hizo pucheros negándose a dejarlo ir, después de forcejeos juguetones cedió acompañándolo hasta su coche: antes de que se subiera le cuestionó –­–¿qué te dijo tu cuñado? –­–sonrojándose un poco –­– supongo que fue lo que todos los hermanos mayores hacen, recordarte que son más fuertes y grandes que tú en caso de que decidas lastimar a su pequeña hermana, lo vas a lamentar, aunque utilizó palabras sutiles para comunicarme sus intenciones, también me dijo lo mucho que le agradamos como pareja y nos apoya totalmente–­– le explicó pacientemente moviendo incesantemente sus manos, Vane las tomó para que se detuviera –­– tranquilo, no hay presiones–­– dijo viéndolo fijamente, –­– le tengo un poco de miedo a tu hermano–­–  confesó agachando la cabeza,–­– no debes temerle–­–  aseguró con una dulce voz, y Alex volvió a levantar la mirada para encontrar la de ella aun tomándole sus delicadas manos, acercándose poco a poco hacia ella hasta que un par de centímetros quedaban separándolos y ahora la mirada del chico estaba enfocada en los labios de ella, él se aproximó otro tanto y ella hizo lo mismo cerrando el espacio libre entre sus bocas plantándole un suave beso en los labios cerrando lentamente los ojos, sus manos se soltaron y él la abrazó rodeando su cintura para estar más cerca de ella si es que era posible, las manos de ella fueron subiendo delicadamente hasta de los hombros de Alex para luego seguir su camino y rodear su cuello con ambas manos entrelazando sus dedos tocando con las yemas el cabello de la nuca del muchacho haciéndolo sonreír sin dejar de besarla. Todavía se sentía como la primera vez que se besaron al iniciar su noviazgo, ahora era menos incómodo pero seguía provocando una sensación indescriptible en ellos, en su mayor parte ocasionada por la oxitocina y endorfinas liberadas en sus cuerpos haciendo que nunca se volviera rutinario. Cuando se separaron principalmente porque se encontraban frente a la casa de Vane y en cualquier momento alguien podría asomarse, nadie de los integrantes de ambas familias estaba completamente de acuerdo con que los adolescentes se besaran en espacios públicos dando "espectáculos", Alex acarició suavemente la mejilla de Vane –­–eres espectacular–­– dijo besándola rápidamente en los labios fastidiándola para dejarla esperando un beso de mayor duración y subiéndose a su coche. Esa noche cuando ya casi todos se encontraban dormidos, Karla se escabulló de su cama hasta la de su hermana para despertarla, –­–¡psst!, ¡psst! –­– susurraba picándola para que se levantara, –­– Vanessa–­– musitaba sigilosamente hasta obtener respuesta –­– ¿qué quieres niña? –­– preguntó modorra tallándose los párpados, –­– levántate y ponte un suéter –­– ordenó caminando hacia la puerta –­– ¿Qué hora es? –­– preguntó bostezando –­– obedece ya–­– exigió tajante, y Vanessa medio dormida siguió las instrucciones torpemente y causando mucho ruido, –­– ¡niña ya! –­– susurró su hermana perdiendo la paciencia y tomándola para guiarla a la puerta del cuarto y por el pasillo, escaleras abajo caminó al patio, donde una gran tienda de acampar las esperaba –­– ¿qué es esto? –­–  preguntó sorprendida, y entonces Fer apareció de adentro de ésta –­– ¿contraseña? –­– pidió y ambas chicas voltearon a verse una a la otra confundidas, –­– contraseña–­– demandó nuevamente el joven, –­–ábrete sésamo–­– dijo dudando Karla con vagos recuerdos de su infancia y los juegos de niños en los que Fer siempre exigía algún tipo de código, –­–adelante–­–dijo moviéndose a un lado para dejarlas pasar, dentro había tres bolsas de dormir,una morada para Karla, una azul para él y una rosa para ella, también estaban sobre el suelo dos tazones, uno lleno con malvaviscos y el otro con gomitas agridulces en forma de gusanos, –­– ¿eras parte de esto? –­– preguntó Vane a su hermanita acusativa, –­–únicamente estaba enterada que teníamos que venir aquí–­–dijo en su defensa levantando los hombros, –­–todo fue mi plan, gracias–­– Fer intervino sarcásticamente –­–hace mucho que no las veía y necesito estar al corriente en todo así que no dormiremos–­– habló mostrando seriedad. Eso hicieron, primero Fer sermoneó a Vanessa luego de que nadie lo hubiera hecho en el momento del accidente en la motocicleta y sus malas decisiones, ella lo escuchó atentamente sin rezongar aceptando todos los consejos que le proporcionó, comieron las golosinas sin medida terminándose el contenido de ambos tazones, él les platicó de su nueva experiencia, lo mucho que ha visto y aprendido durante el viaje, aunque extrañó demasiado a su familia, también les contó más acerca de su novia y sus planes para un futuro cercano a pesar de que ya eran del conocimiento de Vane. Conforme avanzaba la noche iban recordando aventuras que vivieron juntos y empezaron a planear nuevas, como ir a visitarlo antes de entrar a clases en el otoño, turistear por España tomando millones de fotos para el álbum familiar. Las 8:00 de la mañana llegaron y los tres chicos Andrade estaban muy despiertos, llenos de energía debido a la ingesta de azúcar, cuando sus padres los llamaron para que bajaran a desayunar y ellos llegaron desde el jardín, asustaron a su madre que gritó y hasta saltó un poco poniendo sus manos sobre su pecho –­– ¡Van a terminar matándome! –­–exclamó enojada golpeándolos cariñosamente con una toalla de cocina –­– ¿Qué hacían allá afuera? –­– los cuestionó y antes de que proporcionaran una respuesta su padre llegó dando los buenos días, besando a su esposa –­–parece que nuestros hijos adolescentes estaban acampando afuera Bárbara–­– aclaró su papá, mientras todos tomaban lugar en el comedor familiar y Fer subía para traer a Judith a desayunar, fue una adorable reunión con mucha comida y todos en pijamas aunque sólo Joaquín, Bárbara y Judith desayunaron con un excelente apetito dado que los demás no tenían hambre y tomaron varios vasos de agua para eliminar el empalagoso sabor que quedó impregnado en sus papilas gustativas –­– Parece que tienen 7 años chicos y estuvieron comiendo dulces toda la noche, es increíble que creyeran que no lo notaría–­– los regañó su madre recogiendo sus platillos intactos –­–¿Puedes guardarlos por favor mami? –­– solicitó Karla, –­–ella tiene razón, tendremos hambre en unas horas–­– añadió Fernando logrando que su mamá accediera y los guardara para que lo calentaran en el momento que se sintieran hambrientos.

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