Cap.8

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Pov: Amelía

    No y Si...contestaron ambos a la vez. 

   Me quede totalmente petrificada, en lo que tengo viviendo en la casa de Leonardo nunca lo había escuchado negarle nada a su mujer, es increíble de creer para mi y también un alivio, pues no seré el almuerzo de esa chupa sangre hermana de Lauren.

    Pero en la sala yo no soy la única sorprendida, los padres de Lauren miran a Leonardo como si tuviera tres cabezas, Lauren le mira interrogante y molesta a la vez y la pequeña vampiresa no deja de mirar entre su hermana y su cuñado haciendo pucheros. Increíble.

-Pero... ¿Por...?- empieza Lauren a decir, pero es interrumpida por Leonardo.

-No te otorgue a Mía como mucama para que se la des a cualquiera y la desangre, recuerda que ella significa el trato de paz. - dice Leonardo con un deje de desden al referirse a mí.

-Pero..-

-He dicho que no!!!.- le grita sin dejarla terminar. - todos, incluyéndome damos un respingo en nuestros lugares.

   Leonardo me mira y en su mirada veo reflejado su odio hacia mi, Lauren sale echando humos de la sala y su hermana le sigue. Los padres de Lauren miran a Leonardo asustados y les entiendo.

       Un Leonardo enojado, es como ver al mismo lucifer en persona.

-Disculpe a mis hijas su artesa.- dice el padre de Lauren, luego ambos se levantan y hacen una reverencia.

   ¿Enserio?

Pero si son sus suegros por amor a Dios!!.

    Leonardo ni les mira, su mirada se mantiene en mi, lo se porque siento un gran peso en los hombros, es como si estuviera cargando un saco de piedras en la espalda.

................*_*

    El día paso volando, después del momento tenso en el que pase con Leonardo, su esposa y la familia de su esposa las cosas se fueron dando sin más contratiempos. Lauren se la paso con su hermana en su habitación, los padres de ella se la pasaron tratando de contentar a Leonardo con chistes que ni yo le encontraba la gracia y Leonardo con su cara amarrada, que si lo pinchaban no votaba una gota de sangre.

         Un burdock pues.

-Señora Berta, digale a Lauren que es tiempo de irnos.- le dice Leonardo a su suegra.

-Si, alteza.- responde con una inclinación.

    Unos diez minutos después, veo como la señora Berta desciende por las escaleras con cara de susto. Leonardo la mira enarcando una ceja en signo de pregunta y ella hace un gesto de negación con la cabeza.

-Mi señor, ella no se encuentra bien. Es mejor si no le molesta que la deje quedarse hoy a pasar la noche y mañana temprano...-

-Callese Berta. Usted no es nadie para decidir nada.- le dice Leonardo molesto y sin más se encamina a las escaleras.

   Yo me hago más pequeña de lo que estoy a causa de la mirada envenenada de la madre de Lauren. No pasan tres minutos cuando escucho pasos en la escalera. No me atrevo a mirar ya que se, que ambos vienen bajando por la cantidad de pasos.

-Adiós alteza.- escucho que dicen los padres de Lauren a la vez y luego la puerta abrirse. Se que es la señal para irme así que levanto el rostro y me encaminó a la puerta. Al salir veo que ambos ya se encuentran en el auto así que me dispongo a subir también.

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