Padre soltero

El primer encuentro

Itachi y Karin se encontraban al pie de la rueda de la fortuna esperando la llegada de Sasuke, quien traería a Kisho. El mayor de los hermanos había sugerido ese lugar para darles privacidad en los carritos del juego —muy pese a Sasuke, quien no gustó de la idea—, mas en Karin se encontraba la duda de la reacción que su hijo tendría. Uchiha le había dicho que él la quería a pesar de no conocerla, pero desde que ella dio a luz, cada día no dejaba de preguntarse si acaso Kisho la odiaría por lo que hizo.

—Tranquila. Estoy seguro que le encantará la idea de que tú seas su madre —musitó Itachi notando la tensión de la joven mujer— Te amará en cuanto sepa quién eres.

—Sólo lo seré un tiempo —musitó con la garganta seca, mas lo que Itachi pudo captar, fue una insensibilidad en aquellas palabras— Nunca he sido su madre.

Serio, Itachi la miró dudoso. ¿Sería que de verdad ella era tan frívola? O ¿acaso ella sentía dolor e intentaba ocultárselo? No hubo tiempo para una meditación, pues notó que su hermano llegaba de la mano de su sobrino.

—Ahí vienen —anunció a la mujer.

Prácticamente Kisho halaba a su padre queriendo correr al encuentro de su madre; dadas las diferencias de fuerza y peso, al niño sólo le quedaba saltar y arrear a su padre, mientras con la mirada buscaba por todas partes esperando poder reconocer a su madre con sólo verla. Cuando notó a su tío acompañado, supuso que la persona a lado se trataba de ella, más no pudo distinguirla entre la gente que obstruía su visión; soltó a su padre y echó a correr queriendo recibirla con un abrazo, pero al notar a "la señorita del restaurante" se quedó helado, parado frente a ella.

Tanto en madre e hijo el corazón se les había acelerado al saberse cercanos, mas la situación cambió de rumbo al quedar frente a frente: Kisho quedó desilusionado al ver a la pelirroja, una mujer que ya conocía no podía ser su madre; por otro lado, Karin sintió una punzada filosa y profunda al notar la desilusión de su hijo, y enseguida creyó que su mayor temor se hacía realidad.

—¿Y mamá?

Sasuke llegó a tiempo para oír la cuestión de su hijo. Se arregló la voz y se agachó a la altura del niño por detrás mientras lo sostenía por los hombros. Entendía que el niño estuviera confundido.

—Kisho, ella es Karin, tu mamá.

Mujer e infante se miraron mudos y Sasuke buscó la vista de la pelirroja para indicarle que hiciera algo. Aquella reacción no resultaba nada maternal y se suponía que ella tenía que actuar como sí lo quisiera.

Pese a haberle dado la indicación a la mujer con un gesto bastante brusco, Karin no hizo ni dijo nada.

—Papá, prometiste traer a mamá. Sí ibas a conseguirme una nueva me lo hubieras dicho —se volvió a su padre reprochando— ¿Por qué no me dijiste antes que ya me estabas buscando mamá?

—Kisho —llamó Itachi, quien dio un empujoncito a la fémina para que saliera de su pasmo.

—Yo soy... tu mamá —decía nerviosa— No es que sea una nueva.

Ante la mirada de todos, Kisho se notó cabizbajo y triste. Los hermanos no entendían cuál era su decepción, y tanto Sasuke como Karin, pensaron de inmediato que aquello no fue una buena idea, por lo que era mejor detener lo planeado antes de lastimar más al pequeño, pero Itachi intervino previamente.

—Hay muchas cosas que quieres preguntarle a tu mamá ¿no es verdad? —dio una señal al encargado que ayudaba a la gente a subir a los carritos para que les diera el paso— ¿Por qué no la invitas a subir contigo a la rueda de la fortuna para platicar?

—¿De verdad eres mi mamá?

Inconscientemente ella asintió a pesar de no querer seguir con todo aquello, pues la decepción de su hijo le había provocado demasiado dolor.

—Sí no quieres hablar con ella puedes volver con tus amigos —habló Sasuke levantándose y tratado de alejar al niño— No estás obligado a nada.

—Si quiero subir —respondió con seguridad a lo que desconcertó a sus padres— ¿Vamos? —miró a la pelirroja.

—Kisho...

—Vamos a dejarlos —intervino Itachi antes de que Sasuke terminara por alejarlos— Anden, los esperamos aquí abajo.

Una vez más Sasuke quiso detener esa charla que ya parecía un fracaso con tan sólo haberse conocido, pero su hermano no lo permitió subiendo a Kisho precipitadamente al juego mecánico y prácticamente empujando a la mujer dentro.

—¿Qué crees que estás haciendo?

—Confía en mi —Sasuke lo miró mal— Velo de éste modo, si no aclaran esto ahora, Kisho volverá a querer saber de su madre biológica—el menor frunció el ceño— Sí ella logra convencerlo de que es su madre y quedan mal, Kisho no querrá volver a saber de ella —siguió— ¿No sería eso la solución a tú problema?

El mentado juego duraba casi cuatro minutos, y para Sasuke, aquél tiempo le estaba resultando eterno. ¿Qué pasaría allí dentro? ¿A caso su hijo saldría con el corazón roto? ¿Volvería a insistir en querer ver a su madre ahora que pensaba que su verdadera madre era sólo una novia? ¿Cómo le explicaría que ella no era su novia? Aquello de haber llamado a Karin a la fiesta de cumpleaños había sido una pésima idea, sin quererlo, había arruinad el cumpleaños de su hijo y no podía dejar de pensar en todo eso dando vueltas al dichoso juego mecánico.

—Ya párale hermanito —habló Itachi que se había limitado a mirarlo— Vas a hacer una zanja alrededor del juego.

—¡La maldita culpa es tuya!

—¿Mía? Yo no me inventé un montón de mentiras.

—¡Vas a decirme que desde siempre debí decirle a Kisho que no tenía una madre? —preguntó alterado.

—Tu primera mentira y error fue decirte a ti mismo que no amarías jamás a ninguna mujer —respondió Itachi dejando a su hermano menor en shock que intentó disimular— Especialmente no debiste decirlo cuando supiste que no era así.

—No sé de lo que estás hablando.

—Hablé con Suigetsu —el menor permaneció callado— Quizá él no se dio cuenta pero te conozco bastante bien hermanito —esperó alguna reacción por parte de Sasuke pero no la hubo— Lo que no me dijo y no pude deducir es porqué la odias tanto ahora.

Sasuke miró con dureza a su hermano, mas no tuvo que contestar, pues el juego ya había terminado su ronda y el menor de los Uchiha corrió en espera de su hijo. Kisho y su madre tardaron algunos minutos en bajar, pues no eran los únicos en las canastillas y había que esperar turno para bajar.

Tras haber visto la primera reacción de su hijo ante el encuentro de su madre, Sasuke esperaba ver a su hijo deshecho o resentido tras bajar del juego, mas quedó sorprendido cuando su pequeño bajó contento de la mano de Karin.

—¿Está todo bien? —preguntó Itachi, pues Sasuke parecía no estar seguro de qué decir.