Mercy

352 21 10
                                    

10 años después de la guerra Lambet, Mercy.

Dicen que es difícil volver a la normalidad.
Dicen que es difícil afrontar el presente.
Dicen que la unidad y la esperanza pueden hacer todo.
Dicen que intentando todo es posible.
Dicen que la gente construye ciudades.
Dicen que las ciudades construyen historias.
Dicen que así renació Mercy.

Esta ciudad surgió de las cenizas que dejaron la guerra contra la especie Locust y Lambet. La gente empezaba a volver a sus actividades diarias, la ciudad comenzaba a cobrar la sencillez y el encanto que tenía antes; callejones estrechos con caminos de una gama de piedras de todos los tonos y tipos que uno pudiera imaginar, paredes pintadas de un color blanco que combinaban con los techos de un color rojizo que daban un aspecto colonial, el aroma de los bosques que rodeaban la ciudad, el fresco y delicado aroma de los alimentos que traían en la mañana para alimentar a su pueblo. Un paisaje uniforme que te llenaban de alegría con solo mirar el alrededor.

-Cambió mucho después de la última vez que estuvimos aquí. - comentó Marcus
-Ahora está tranquilo, ya no más un pueblo fantasma. - dijo Anya
-Me siento tan diferente aquí.- dijo Sam
-Aunque el lugar haya cambiado de aspecto, los recuerdos del lugar nos vuelven a tiempos nostálgicos. - habló Baird

Sam miró al rubio quien mantenía su vista en el horizonte, bajo la vista a su tosca y grande mano y la tomó.

-Hey! Par de tórtolos, caminen.- dijo Cole codeando a Baird

Caminaron por unos 30 minutos, admirando el hermoso paisaje que la ciudad les brindaban. Las montañas, pájaros que cantaban hermosas melodías, los cálidos rayos de sol, que estaba tan brillante, y el cielo despejado con su tono azul claro. Todo en conjunto, te hacía sentir una algo que no se podría describir.

-No había vuelto a sentirme así desde que salí de la hondonada hace 30 años. - rompió el silencio Baird
-Ahora que todo ha terminado, por fin podemos estar en paz. - dijo Anya
-Es, tal vez, a lo que te refieres Damon. Tener un momento de silencio y tranquilidad es un poco extraño.- comentó Marcus
-¿Qué es lo que sientes papá? - Preguntó la niña de Sam y Baird
Baird miró a su hija, la niña de ojos color verdes-azulados que reflejaban la gran curiosidad e intriga que sentía al querer tener una respuesta.
-Tal vez tu papá siente alivio. Después de tantos años, con la presión de no saber qué va a pasar después, si uno va a volver a la superficie. Ahora que se ha eliminado cualquier riesgo, te hace sentir aliviado. Sin embargo, tu papá sigue conservando esos recuerdos, pues marcaron su vida. -  habló el hijo de Marcus y Anya
Todos miraron al niño sorprendidos. Su padre lo miró con esos ojos azules pálidos que su hijo también había heredado

-¿De dónde sacaste esas palabras?- preguntó Cole
-De unos escritos del abuelo, papá los tenía con clave en el laboratorio. Estuve intentando entrar hasta que lo logré. Dentro cada folder hay una gran historia. - respondió el pequeño
-¡Wow! ¿Descifrar un código? ¿a tu edad? Eso es  sorprendente. Sacaste algo del tío Damon. - Comentó Baird con gran entusiasmo
-Baird, por favor. - dijo Sam
-Si claro, yo solo... solo decía... que. - dijo Baird
-¿Cuántas veces te he dicho que no entres al laboratorio?- Preguntó Anya algo molesta
- Es que es impresionante lo que hacía el abuelo, me hubiera gustado conocerlo. - dijo su hijo dando un suspiro melancólico
-Él está orgulloso de ti. - dijo Cole mientras apuntaba al cielo

Siguieron caminando un rato más hasta llegar a la iglesia del pueblo; una enorme construcción de mármol puro, con grabado de todo tipo de signos y episodios religiosos a lo largo de la historia al igual que frases, las puertas eran gruesas y pesadas acabadas con broches de ónice que sellaban y resguardaban ese sagrado lugar.

-Creo que es mejor que nos llevemos a los niños a otra parte y dejar los a solas.- sugirió Anya con voz baja a Sam

Asintió Sam, embozando una pequeña pero cálida sonrisa.

-Daremos un paseo por la ciudad con los pequeños, en un rato regresaremos.- dijo Anya

Sam y Anya se acercaron a sus, ahora, esposos y les dieron un cálido beso en los labios mientras sus hijos los miraban con inocencia y con un poco de pena.
El pequeño de Marcus, se apartó y se dirigió al tío Cole quien estaba mirando con una sonrisa a las parejas.

-Cuida de mi papá, sé a lo que venimos. No me gustaría verlo nuevamente, ya sabes, mal. Cuida de él por favor. - pidió el niño en voz baja
Cole se arrodilló y puso su gran mano en la espalda del pequeño, cubriéndola en su totalidad.
-Tu padre es más fuerte de lo que crees y de lo que él mismo cree. Sé cómo se pone cuando se trata de este tema. Pero lo haré pequeño,cuidare de él.- aseguró -En cuanto a ti, cuida de las chicas. - agregó Cole mientras le daba una palmada en el hombro
-Gracias, Cole Train. - dijo el pequeño mientras se alejaba

Baird, Cole y Marcus se dirigieron al cementerio que conservaba a todas las victimas a lo largo de las guerras pasadas, ahí yacían los cuerpos de grandes soldados y civiles que ahora descansaban sin ninguna interrupción. Después de todo, cumplieron su misión en la Tierra y sus almas al cielo debieron de ir.

-Hermano, ¿estás seguro de que quieres hacer esto? - preguntó Baird
-Por él, nos enfrentáremos a nuestros más grandes miedos. -aseguró  Marcus

Buscaron la tumba de su hermano; un ángel parado con las alas medio abiertas y con los ojos cerrados, tal como era el tatuaje que había hecho Sam en su brazo después de la muerte de María. La tumba de Dom yacía junto a la tumba de su esposa;  un gran ángel de rodillas con las alas cerradas y con las manos juntas y en el cuello colgaba las COG Tag, que él, había dejado hace 30 años.
Pasaron a la tumba de a lado y guardaron silencio por unos minutos. El silencio fue largo, frío y con un gran vació aunado con tristeza. Baird mantenía su vista en la leyenda que tenía la tumba "Aquí yace Dominic Santiago. Héroe de la guerra. Padre y hermano ejemplar. El sacrificio y lealtad hacía la patria, es un orgullo para la nación."

-Aquí estamos, tal y como lo prometimos.- dijo Marcus colocándose de rodillas
-Moriste como un héroe, siempre lo fuiste. Al igual que tu hermano.- Habló Baird
-La guerra, nos arrebató mucho. Pero la vida ha vuelto a la normalidad. - comentó Marcus
-Marcus y Damon ya tienen descendientes. -dijo Cole con una sonrisa cambiando el ambiente melancólico del momento. -Una hermosa niña de piel morena y cabello negro, como Sam, y de ojos verde-azules, una combinación de los dos. Sacó el carácter de Damon, pero algo bueno, sacó su inteligencia. -  continuó. - En cuanto al niño de Marcus. Tiene los ojos antinaturales azul pálidos como los de él pero pelo rubio como Anya. Sacó el carácter dulce de su madre y la manera de pensar de su abuelo. - agregó  Cole
-Somos una familia, Dom. Los niños me dicen tío y saben que tienen uno que los cuida desde ahí arriba. - concluyó Cole

Los tres permanecieron frente a la tumba mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.   Cole y Baird pusieron sus manos en los hombros de Marcus quien seguía arrodillado.

-Está bien Marcus, nosotros estaremos aquí para apoyarte en lo que necesites. Dom querría eso, hermanos hasta el fin. - dijo Baird
-Recuerdas que siempre ¿te gustaron mis googles? - dijo Baird mientras los retiraba de su cabeza. -Ahora son todo tuyos. - agregó mientras los colocaba en la tumba
-Admirabas al Cole Train, siempre quisiste algo que usó en sus tiempos de gloria.-  dijo Cole mientras sacaba de la bolsa su casco de Trashball con el número 87 en un costado. -Ahora lo tienes.-  comentó mientras lo colocaba a un lado de los googles de Baird.
-Te gustaba pasar tiempo con tu hermano y conmigo. Disfrutabas cada momento que compartías con nosotros y querías que esos momentos nunca se acabaran. Tenía planeado darte este regalo hace unos años, pero el destino tuvo otros planes. - dijo Marcus mientras sacaba de la bolsa una fotografía.
-Esta es la única fotografía que tengo con los dos. Recuerdo ese momento perfectamente y es el mejor momento que pasamos los tres.- terminó mientras la colocaba dentro del casco de Cole.

Los tres colocaron sus brazos alrededor de sus hombros. El cielo comenzaba a cambiar su tono anaranjado a un tono más oscuro, pues la noche comenzaba a entrar. A lo lejos el sol comenzaba a esconderse detrás de las enormes montañas que rodeaban la ciudad, el viento soplaba, la luz de la luna que recién comenzaba a salir cubría todo Mercy y le regresaba el encanto natural de esta ciudad que salió de sus tiempos grises.

-Ahora estás en casa.- dijo Marcus mirando a una estrella que brillaba y se apagaba a un ritmo constante, la más hermosa de la despejada noche.

 Fanfics de Gears of War.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora