Fanfics de Gears of War.

Garron Paduck

Garron Paduck, ex comandante de Gorasnaya, ex prisionero de guerra, ex soldado de la CGO. Ahora, es una sombra entre los escombros de lo que alguna ves fue Halvo Bay, una silueta que emerge en las noches en busca de recursos para sobrevivir en una base que él mismo levantó hace ya más de seis años. Paduck se convirtió en un sobreviviente.

Paduck, había abandonado el refugio que le sirvió de hogar durante unos años después de haber dejado las filas de la Coalición con Sofia. Ahora, el ex comandante era prisionero de la soledad y de la frustración dentro de los escombros de un edificio de Halvo Bay, era un pequeño lugar con un aspecto desaliñado, la fachada del edificio tenía pintado el signo de la URI, aunque esta había desaparecido hace tiempo, aún quedaba de pie su ex comandante.
Dentro de la estructura, que podía venirse abajo en cualquier momento, se encontraba una mesa con una botella de alcohol sobre ella y una silla que hacía juego con la mesa, un viejo colchón donde solía Paduck dormir de ves en cuando y pósters de la CGO tachados y otros destrozados, Paduck le guardaba rencor a la Coalición.
La vida solitaria que ahora llevaba, no era fácil. Todas las noches Paduck era atormentado con lo mismo, el secuestro de Sofia lo había afectado. Por las oscuras noches solía pensar en ello, daba vueltas en el colchón y terminaba en lo mismo, con la botella de alcohol en las manos y dándole largos tragos, el alcohol descendía y quemaba su garganta mientras una sonrisa ebria de satisfacción se dibujaba en su rostro. Así, ahogaba sus penas.

Seis años antes, refugio de sobrevivientes.

Era una noche como los demás, un día más al que sobrevivir, la noche no tenía nada en especial. El cielo oscuro que comenzaba a iluminarse por las miles de estrellas brillantes que se elevaban en los cielos. Una noche normal.

-Paduck.- dijo un sobreviviente.
-¿Ocurre algo? - contestó.
-¿Es cierto que esta noche solo patrullará Sofia? - preguntó.
-¿Tiene algo de malo? - se opuso Garron.
-La noche está muy silenciosa algo extraño se puede sentir.- contestó.
-Siéntete afortunado, alguien con buenos instintos, vale mucho en la Coalición.- dijo Paduck con un tono burlón. -Todo está bajo control, muchacho. -
-Me sentiría mejor si alguien patrullará con Sofia. Sabes, una mujer siempre debe ser acompañada.- insistió el sobreviviente.
-¿Con qué una mujer debe ser siempre acompañada? No lo creo, cariño. - apareció Sofia.
-Solo decía, cadete. - dijo el soldado.
-Nada de cadete, no pertenezco más a la Coalición. - dijo Sofia.
-Nosotros nos jugamos la vida, aquí fuera. - dijo Paduck.
-Estoy entrenada para disparar a todo lo que se mueva, la noche es tranquila así que no creo que sea necesario gastar una sola bala. - afirmó Sofia.
-Eso es lo malo, la noche está demasiado tranquila. Ya sabes, ahora a lo tranquilo y silencioso hay que tenerle más cuidado. - comentó el sobreviviente.
-Estará bien.- dijo Paduck.
-Solo es una noche más.- dijo Sofia colocando la lancer en su hombro derecho.

Paduck y Sofia caminaron a las puertas del refugio. Ella permanecería toda la noche fuera de la construcción patrullando el norte del lugar y protegerla ante lo que fuera. Sus puertas eran automáticas y pesadas, no eran tan fácil derribarlas y por su peso al cerrar y abrirlas tardaba un poco.

-Suerte ahí fuera. - dijo Paduck.
-Prometo que tendré cuidado. Te veré en la mañana. - aseguró Sofia mientras salía y las puertas se cerraban detrás.

La noche, al principio, transcurrió sin ningún inconveniente. La luz de la luna daba un aspecto cálido a la ciudad. A lo lejos se escuchaban disparos pero eran lo suficientemente distantes para ignóralos y concluir que no iban a llegar a donde ellos se encontraban. Paduck estaba recostado en su cama viendo hacia el techo y comenzaba a adentrarse en un sueño, algo que era un logro.

Al cabo de un rato Paduck escuchó ruido proveniente del norte. Se sobresaltó se incorporó de su cama y espero unos segundos esperando otro ruido, el cual por su puesto apareció. Paduck se levantó y camino con rapidez a las puertas que los distanciaban con el mundo exterior, se colocó en la mirilla.