Capítulo I: El final.
Creo que no me encontraría atrapada en esté sótano si la conexión de internet no hubiera fallado. En serio.
Me echaría a reír como histérica si no tuviera la boca tapada por una enorme mano. Daddy. Otra se cierra alrededor de mi cuello y yo suelto una respiración temblorosa. Daddy sonríe y mueve las caderas con más dureza. Le gusta cuando ruego.
Todo comenzó un miércoles por la tarde. Me encontraba sentada en mi cama con un montón de notas incompletas regadas por todas partes. Estuve apunto de entrar en un ataque de pánico cuando la conexión de internet falló. Mi madre estaba en el trabajo así que decidí ir en bicicleta hasta una plaza que había cerca dónde había una biblioteca y dos librerías. Y en el área de comida había wifi gratis.
Fue la primera vez que me sentí vigilada.
No recuerdo mucho sobre ese día, tan sólo que pase un par de horas leyendo en la biblioteca y compré dos libros en la librería que estaba cerca del área de comida. Creo que comí un sándwich de albóndigas y manche un libro con salsa.
Daddy estaba ahí. Recuerdo que me fui porque había unos chicos del colegio que se estaban burlando de mí. En mi camino a casa me sentí vigilada de nuevo, pero al mirar por todos lados no encontré a nadie.
Ese día yo no lo vi, pero él me vio a mí. Hasta el día de hoy me arrepiento de no haber puesto más atención.
