Consigue un bote, un velero o cualquier medio de transporte donde puedas adentrarte en el mar tanto como puedas. Aléjate de tierra firme hasta que ya no puedas ver nada más que agua en todas direcciones. Espera a que se haga de noche, enciende una vela y susurra al aire: "Esse aestus maris viam mihi ad vincere oblivio". Es posible que nada ocurra, y en ese caso, regresa a tu casa e inténtalo otro día.
Si fuiste bienvenido por el portador, un torbellino acuático succionará lentamente tu nave, descendiendo a través del océano a ritmo constante. Evita mostrar cualquier sensación de miedo, duda o incomodidad, pues si lo haces, nadie volverá a ver tu cadáver. Si miras a tu alrededor, podrás distinguir muchas criaturas marinas, como las que conoces, entre otra especies exóticas y algunas que podrían llenarte de terror con sólo mirarlas, por lo que tendrás que tener cuidado con lo que observas.
Descenderás kilómetros, el agua se hará oscura, y formas desconocidas y demoníacas de especies abisales rondarán a tu alrededor, anhelando un bocado de tu carne. No les muestres aversión o terror, eso es lo que las enloquece. Finalmente, llegarás al foso del remolino, y no podrás ver nada. Estarás en la boca de una caverna, y notarás que por la entrada caerán rocas que obstruirán la luz. Dentro, algas bioluminiscentes te guiarán por el camino correcto, pero su luz proyecta el detrimento de tu cordura, por lo que deberás ser rápido.
Pronto, llegarás hasta un domo, repleto de corales y anémonas, donde en medio hay un trono. En él yace una figura que recuerda a la de Poseidón, pero horrenda y retorcida. Una figura humanoide con escamas astilladas en su contorno, dos aletas en los antebrazos, purulentas y andrajosas, una mandíbula llena de dientes puntiagudos y ensangrentados, ojos profundos que sólo muestran malevolencia y oscuridad. En el pecho tiene dos aberturas de las cuales rezuma sangre verdosa, las cuales dejan al descubierto sus órganos internos, todos visiblemente ulcerosos, con tumores malignos y parásitos marinos. En uno de sus brazos sostendrá una tabla rúnica, tallada con símbolos ininteligibles.
Cuando se dé cuenta de tu presencia, soltará un grito agudo que te aturdirá, y rápidamente las aguas se agitarán. Te llamará al frente, ve donde él. Posará su tabla sobre ti y rápidamente, los símbolos se entremezclarán unos con otros, hasta formar un texto, el cual deberás leer completamente. Mientras lo haces, el portador te contará algunas cosas.
Relatará aquella vez que los Objetos intentaron ser reunidos, las consecuencias que tuvo el evitar que esto sucediera, y todas las cosas a las que la humanidad tuvo que renunciar para lograrlo. La historia en sí no te enloquecerá, pero luego te darás cuenta que lo que esté escrito, será a los que tú deberás renunciar si quieres conseguir tu cometido. Nunca es lo mismo para cada Buscador, pero en suma, es todo lo que tú representas; el significado absoluto de tu existencia.
Voltea la tabla. Allí estarán tallados efigies de tus Objetos anteriores, representaciones de los que ya has obtenido, con una extraña marca en el centro. Entonces, la criatura te preguntará: ¿A qué vas a renunciar?
La tabla se partirá en dos: ambas caras de las runas expuestas a ti para que las veas. Tu crucial decisión se llevará a cabo destruyendo la parte de la tabla que represente a lo que renunciarás. Si escoges conservarte a ti mismo, volverás al mar, con el barco que usaste, y podrás regresar a tu vida normal, pero ya no tendrás Objetos, y si intentas buscarlos nuevamente, las pruebas de los portadores serán imposibles de franquear. Seguirás siendo tú mismo, pero conservarás las experiencias vividas en tu ya inexistente búsqueda, carcomiendo tu subconsciente hasta llevarte a la locura.
De otro modo, apenas hagas trizas la tabla que lleva tu existencia plasmada, la otra tabla se elevará. Deja tu mano sobre la marca del centro y cierra los ojos. El domo colapsará, y las aguas te sumergirán violentamente, pero estarás seguro mientras no quites la mano de la tabla. Soporta esto por unos segundos, y aparecerás ahogándote en la piscina o tina de baño más cercana a tu hogar. Ve a casa. En la puerta estará la tabla, junto con un sobre. En su interior estará el nombre de una persona que conoces. Al momento de aceptar continuar con tu búsqueda, esa persona se ha convertido en el nuevo portador. Ahora tu vida no tiene más motivo de ser que tu búsqueda, pues has renunciado a más de lo que se puede imaginar.
La tabla de la Renuncia es el Objeto 354 de 538. Tu camino es una flecha, y como tal, nunca podrá apuntar atrás.
ESTÁS LEYENDO
Los portadodes (the holders) 2
HorrorThe Holders o los portadores, es una creepy conocida por barios pero quizás muchos de los que quieran leer no sepan de su existencia, esta es una historia que se centra en ti, si tu, tu eres el personaje principal de esta historia, tu eres el "busca...