Parte. 371- El portador del Aburrimiento

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Siéntate en algún lugar delante del escritorio principal, y espera. Prepárate para esperar un largo rato. Si es necesario, podrás comer y beber algo, pero no podrás dormir, y no podrás salir de tu sitio. Al cabo de una cantidad indefinida de tiempo, un hombre con un pesado abrigo se sentará a tu lado. Él lleva un portafolio cerrado, el cual dejará cuidadosamente entre su asiento; esta será tu señal para actuar. Aclara tu garganta, y él te mirará.

Aprovecha esta oportunidad para mirar su color de pelo: si es rojo, discúlpate e inténtalo otro día. Si es negro, entonces que tu dios te ayude, pues su mirara absorberá de tu alma tu voluntad de vida, y sufrirás una muerte extraña, ya que incluso respirar para ti ya no tendrá sentido. Si es rubio, perderás el sentido de tu búsqueda, y el hombre te seguirá, pidiendo que regreses tus Objetos, y como no te importará discutir, lo harás aturdido.

Si su pelo es gris, y rígido por la edad, míralo a los ojos y pregunta por ver a "El portador del Aburrimiento". El rostro del hombre no cambiará, y te mirará por un rato. Luego, con un aspecto perplejo, se pondrá de pie y abrirá su abrigo, revelando que carece de cualquier forma física, sólo un espeso y total miasma gris tomando el lugar de su cuerpo. Te encontrarás inexorablemente atraído hacia el miasma; cierra tus ojos mientras te envuelves en ella, o desperdicia una eternidad flotando en la neblina, solo e incapaz de moverte.

Abre los ojos, y te darás cuenta que el sonido del viento, las risas distantes y el agua han muerto. Estarás en un vacío en blanco. En todo tu alrededor no verás nada, y te sentirás ingrávido. Mira alrededor hasta que veas una mera sugerencia de lo que parezca ser una figura esbozada en la distancia. Comienza lentamente a moverte hacia ella. Bajo ninguna circunstacia la atravieses si no estás seguro de su singularidad. Sólo existe una forma correcta, y desviarse del camino te paralizará, arrojándote hasta que te pierdas en este océano vasto de vacuidad absoluta.

Una vez estés en la ruta correcta, debes estar vigilante. Debes continuar sin cambios; mantén tu velocidad, tu dirección, tu concentración. Si miras a otro lado o te desvías del camino, la figura desaparecerá y estarás perdido para siempre. La figura, al principio, no parecerá moverse, pero mantén el propósito. Continúa.

Finalmente, emergerá del vacío, sosteniendo reverencialmente lo que parece ser un cubo Rubik con sus lados indistinguibles. Su pelo negro sólo será visible entre su capucha. Su cabeza se levantará mientras te acercas, y sus manos presionarán el Cubo. Deberás detenerte y preguntar con claridad: ¿Qué conduce a los Buscadores?

En respuesta, él girará uno de los lados del Cubo, lentamente, y de forma significativa. A medida que se ubica en su lugar, sentirás una fuente de agonía surgir desde tu cuerpo, mientras tu forma corpórea se tambalea entre las dimensiones; podrás sentirte renacer, crecer, o rejuvenecer, comprimirte o descomprimirte, pero por sobre todo, mantén lo que sentías justo antes de la experiencia: la sensación de normalidad.

Él girará el lado del cubo una vez más, y te sentirás repentinamente... centrado. Agudo. Como si cada imperceptible problema en toda tu vida haya sido resuelto. (Nota: Mientras te encuentres en este estado de conciencia acrecentada, aprovecha esta oportunidad para recordar a los Objetos, recordar tu propósito. Esto es crucial). El hombre girará el cubo de nuevo, y sentirás toda tu fuerza de voluntad minada. Te sentirás completamente apático, y estarás en peligro de renunciar a tu búsqueda. Si sucumbes y te rindes, serás despojado de tus sentidos y serás dejado a la deriva en el vacío, sin visión, sin voz y sin tu mente.

Si mantienes tu propósito, el hombre girará otra vez más el Cubo y todo el mundo regresará a su estado original. Viendo que has superado su prueba, el hombre, sonriendo, soltará el cubo. Atrápalo rápido, o caerás en este interminable vacío; ve hacia abajo a toda velocidad y podrás hacerlo. Tan pronto sientas su peso en tus manos, caerás de rodillas, forzado por la inercia, dejándote sentado mientras el vacío se torna en el vestíbulo donde estabas originalmente. Tendrás el Cubo, pero el hombre se habrá ido. Un miembro de la custodia recuperará el portafolio del lugar donde estuvo sentado. Esta es tu señal para salir.

El Cubo Rubik es el Objeto 371 de 538, un recordatorio de que tu búsqueda debe ser implacable y decidida.

Los portadodes (the holders) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora