Parte. 385- El portador de la Plaga

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En tan sólo una ciudad especial, en algún país que aún no hayas visitado, ve al motel más barato situado en el centro de la ciudad. Lo reconocerás por el olor y su deteriorado aspecto. Cuanto estés seguro de estar solo en el vestíbulo, aproxímate al escritorio principal, no digas nada y desliza hacia el recepcionista un pedazo de papel que tenga escrito: "Solicito una audiencia con El portador de la plaga". Si alguien entra en el vestíbulo mientras este intercambio toma lugar, tu vida se desechará.

Una vez lea el trozo de papel, una mirada de piedad cruzará su rostro, así como su piel comenzará a burbujear y ampollarse, sus ojos se volverán negros como el vacío, e insectos no identificados empezarán a salir por todos los orificios. Entonces levantará su mano y apuntará hacia una serie de puertas en el muro. Espera que el pus negruzco haga erupción de su dedo, y éste te indicará la puerta correcta. Sólo debes dirigirte allí. No mires de regreso al recepcionista si quieres que sobreviva.

La primera cosa que notarás mientras cruzas la puerta, es el hedor putrefacto que atacará tus fosas nasales. Respira profundamente estos aromas de muerte, decaimiento y pudrición, pues imbuirán tus sentidos con la fuerza que necesitarás para enfrentar aquello que buscas. Segundo, verás que los muros, piso y techo estarán hechos con carne infestada de gusanos, elásticos y blandos bajo tus pies. Comenzarás a oír el sonido seco de la descomposición biológica, amplificado y acelerado mil veces, para depredar tu cordura como un enjambre de insectos anidando en tus oídos. Mientras te adentras más en este Salón de la Repugnancia, lloverá sangre maloliente desde el techo. No trates de limpiarla, pues provee de otra barrera que te mantendrá seguro de los peligros del portador.

Pronto, llegarás ante una puerta hecha de piezas desmembradas de cuerpos. Posa tu mano en ella y enfoca tus pensamientos sobre el portador que buscas. Cuando tu llamada sea respondida, la puerta se desmoronará pieza a pieza, desde la parte superior y hará ruidos sordos apagados y húmedos al caer sobre el manchado suelo de sangre, peinado de gusanos y carne. Ahora puedes entrar en el Oubliette de la Infección.

Flotando a unos metros por encima del suelo, suspendida en el aire por un enjambre de langostas funestas, una ennegrecida forma humanoide tiene espasmos a velocidad preternatural. "La proximidad a la muerte se encuentra siete veces entre lo cercano y lo lejano. ¿En qué lugar te dejaremos?". El portador de la Plaga te preguntará, su voz sonará más bien inhalada y exhalada misteriosamente, procedente de las paredes en lugar de su rostro. Algunos de sus esbirros insectos aterrizarán a tus pies y comenzarán a arrastrarse por tus piernas a este punto, pero no les pongas atención. Sólo intentan distraerte.

Ve hacia el portador, pon tu mano en el centro de su pecho, y con una voz fuerte, grita: Estoy en Su camino. No me dejarás en ninguna parte. Siempre que hayas tomado tu tiempo en controlar la sobrecarga de tus sentidos mientras recorrías el Salón de la Repugnancia, habrás recibido suficiente sangre que te proteja de la infección del portador y su peste, por el que explotará en una cegadora cascada de tinieblas. Si no, morirás de una forma lenta y exquisitamente agonizante, mientras te vuelves parte de la estructura viva del reino del portador.

Regresa por donde viniste, corriendo tan rápido como puedas. Ve a tu hogar, toma un baño y duerme. Cuando despiertes a la mañana siguiente, encontrarás una huella de una mano color verde oscuro sobre tu estómago, que se encuentra bajo tu piel, de una forma diferente a como se vería un tatuaje. Se contrae a voluntad, enviando una sensación violenta de picazón a tus terminaciones nerviosas cada vez que lo haga.

Has encontrado el Objeto 385 de 538. La Marca de la Corrosión es ahora tuya para hacer su llamamiento cuando sea necesario.

Los portadodes (the holders) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora