Capitulo 8

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Disfruten del segundo capítulo seguido :D




Eso no estaba bien ¿entonces porque demonios lo estaba llevando a la cama? Eso era prácticamente un abuso, lo más seguro es que ese chico no supiera ni siquiera lo que estaba haciendo ¿Por qué no paraba entonces de hacerlo? No podía pensarlo, pero tampoco podía detenerse.

— ¿Quieres seguir?— pregunto en un jadeo ronco aunque para ese entonces ya estuviera en medio de sus piernas.

—Yo creo que si— asintió para jalarlo contra si —No me harás daño ¿verdad?— ¿a qué venía eso? Realmente tenía sus dudas si debía continuar o no.

—Claro que no pero ¿sabes que estamos haciendo, verdad?

—Por supuesto que sí, no te preocupes— realmente eso solo le hacía preocuparse— además tu también quieres hacerlo ¿no? Realmente quiero que lo hagas.

—Es que yo...— no pudo alegar mas cuando sintió como le jalaban para besarlo en labios que rápidamente correspondió ante su tacto tan suave. Tal vez era algo moralmente erróneo, pero tampoco es que su vida se rigiera por la virtud.

Se separo luego de un rato para lamer sus dedos y prepararlo. Vale, que si estaba ansioso por penetrarlo de una buena vez, pero tampoco quería ser un desconsiderado y lastimarlo.

— ¿Qué haces?— pregunto confundido el rubio llamando su atención— ¿Te estás comiendo los dedos?— no sabía si esa pregunta debía causarle ternura o una seria preocupación.

—No, solo quiero prepararte— llevo sus dedos lubricados a la entrada del chico y meter un dedo. Vaya, esperaba que estuviera más estrecho, había entrado con mucha facilidad.

— ¿Qué es eso?— pregunto resistiendo los jadeos que quería salir.

—Para que no te lastime— introdujo el segundo dedo para abrirlos como tijeras. Sus pequeños gemidos de placer lo estaban excitando más o por lo menos eso sentía en su entrepierna.

— ¿Está bien? Solo apúrate, te quiero sentir dentro de mí.

—No seas impaciente— el puchero que le estaba haciendo se le antojaba demasiado tierno— todo a su tiempo, impaciente.

—Tú eres muy lento— le dio un pequeño beso en la mejilla.

No le dio demasiada importancia y cuando sintió que estaba preparado reemplazo sus dedos por su erección, sintiendo ese alivio al sentir aquella calidez que le apresaba. Lentamente comenzó a moverse, embistiéndole de forma pausaba mientras sostenía sus muslos viendo como el menor le seguía el peso. La imagen que tenía enfrente de él era sencilla excitante: ver como aquel rubio se encontraba dejado suyo totalmente desnudo, cubierto en una fina capa de sudor, con la respiración agitada y las mejillas teñidas de rojo por el esfuerzo. Sus gemidos tampoco era algo que dejara atrás; simplemente era armonía para sus oídas.

Conforme pasaba el tiempo decidió ir más rápido, llegar más profundo dentro de su cuerpo hasta tocar aquel punto que lo volvería loco – en un estado metafórico, no podía estar más loco en realidad- Con ese ritmo no tardo demasiado en llegar al orgasmo corriéndose dentro de él, sintiendo la delicia de sus contracciones cuando Bill tuvo su propio climax corriéndose entre ambos.

Cansado y caso sin aliento se tumbo a su lado. Bill se acerco a su lado pata apoyar su cabeza en su pecho algo que aprovecho para jugar con sus cabellos rubios húmedos tanto. Se sentía demasiado relajado por unos momentos hasta que hablo.

—Eso se sintió demasiado bien, nadie me había follado así desde que tenía 10— suspiro Bill realmente satisfecho ignorando la mirada sorprendida de Dipper.

— ¿Qué?— él pensaba que había iniciado su vida sexual muy joven a los 12 años— ¿De que estás hablando?

—Él fue muy amable, en realidad, al menos no dolió como la primera vez cuando tenía ocho para curarme.

—Lo siento— se abrazo a él con fuerza —yo lo siento— ¿Qué había hecho? Sabía que estaba haciendo mal, ni siquiera entendía lo que estaba haciendo. Se sentía un bastardo, como aquellos que se acostaban con él.

— ¿Qué sientes? Me gusto mucho, eres demasiado mono conmigo— se veía preocupado.

—Lamento hacerlo, esta mal.

—No lo está ¿no me quieres?— sujeto su rostro, sintiendo el pecho oprimirse al ver que se echaría a llorar — ¿me quieres?

—Claro que te quiero— beso su frente.

—Entonces es suficiente— se abrazo con fuerza a él ¿realmente lo era asi? Tenia sus dudas pero realmente no quería pensar en eso. No quería pensar en eso.

Continuara.

Espero que le haya gustado

Efecto Alicia (DipBill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora