Lágrimas De Guerra.

No Saber Perder

-Maldito bastardo, como se atreve a robarme a mi hija y luego a amenazarme... - dice Anthoine entre dientes.

Tras degradar la figura del marido de su hija, Anthoine decidió mirar en el parte de bajas del ejército, cosa que lo excitaba bastante. Cuando vio el nombre de su cuñado.
Al leerlo su expresión varió dibujando en su semblante una fría sonrisa que helaria al psicópata más sanguinario.

Tras su grato descubrimiento decidió recompensarse con una bien merecida copa de whisky que se prolongó durante toda la noche.
Al día siguiente y a pesar de estar fichado por la policía, Anthoine sabía bien que en estos momentos la autoridad prefería a un maltratador que a un desertor por lo que se dirigió a la comisaría más cercana.

-Buenos días agente Alier- dice mirando la placa identificatoria de su uniforme.

-Dígame, a que se debe su presencia- dice el agente.

-Bueno, conozco la identidad y domicilio de un desertor de nuestra bien querida república.- dice Anthoine poniendo una cara que carece de expresión.

-Gracias por su información, estudiaremos el caso señor... - dice el agente con intención de que este le digera su nombre.

-Buenos días agente- dice Anthoine saliendo de la comisaría.

Al día siguiente una patrulla de reconocimiento decidió mirar la zona en busca del desertor, cuando lo vió acompañado de una joven muy atractiva a la que rodeaba por la cintura.
El soplo era real, ahora había que avisar a la guardia militar, no se podía permitir ese comportamiento en una guerra.