Vida Tras La Muerte

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Mikaella escuchó al día siguiente lo milagroso de la recuperación de Dominique y llena de alegría afrontó el duro día de trabajo, a pesar que la guerra estaba dando sus últimos coletazos los hospitales franceses estaban llenos de pacientes con fragmentos de metralla y deformidades debidas a los tóxicos gases mostaza y pimienta.

Mika aprovechó el descanso para almorzar para ver a su amigo.

-Dominique cómo estás? - pregunta emocionada la enfermera.
A tanta efusividad Dominique respondió con un tenue.
-Te conozco?

Tras esta clara perdida de memoria Mikaella vio la oportunidad de omitir toda la información relacionada con Alice y Frédéric que tanto lo habían hecho sufrir.

Pasaron varios días hablando en los descansos de la joven, cada vez Dominique estaba mejor, ya podía hacer ejercicio, caminar comer una dieta normal e incluso vestirse solo.

Un día, como de costumbre estaban los jóvenes amigos contándose las penurias del día cuando el Dr. Montserrat llegó acompañado de un general que tras aplicar el saludo militar a Dominique dice:

-Buenas tardes capitán Dominique, como representante máximo del ejército de tierra de la República de Francia le doy las gracias por luchar por su nación y demostrar tanto coraje y espíritu en combate, dentro de dos días haremos la entrega de la cruz de guerra y usted está invitado a la gala y posterior entrega de medallas.

-Muchas gracias general, será un honor y privilegio acudir y recibir tales condecoraciones.

Tras los formalismos entre ambos militares el Dr. avisa a Dominique que tiene el alta y que tendrá que abandonar el hospital esa misma noche.
Después de la alegría al saber que es libre de campar a sus anchas, Dominique se dió cuenta que no tenía un lugar donde alojarse y tras comentarle su pequeño problema a su amiga esta le invitó unos días a su casa hasta que no encontrara una casa donde establecerse.

Al día siguiente Dominique despertó a su preciosa amiga con un suculento desayuno servido en una bandeja de madera adornada con una rosa roja y una vela aromática.

-Buenas días enfermerita, que tal dormiste?

-Dominique, esto era innecesario, tontín. Muchas gracias, eres un amor. - contesta aún con claros síntomas de sueño.

Dominique se acomodó al lado de su compañera, en la cama, mientras esta disfrutaba del desayuno. Tras cavilar como hacerle la pregunta, le dice con voz de niño bueno.

-Mikaella, para mi sería un placer que quisieras acompañarme a la gala y entraga de medallas a Versalles...

Antes de que pudiera terminar la frase Mika le corta con un largo y ardiente beso.
Tras la muestra de cariño añade.

-Sí, claro que iré contigo Dom.

Lágrimas De Guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora