Cazadora de Titanes ||Cancelada||

Capitulo 9

  Karin lo sabe

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Cuatro de la madrugada, seguía despierto. 

 No podía estar sintiendo aquello, era imposible. 

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Cinco, también. 

 Sus ojos jade y su sonrisa seguían en su memoria cómo las ordenes de luchar qué él mismo se impuso.

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Seis, daba círculos en su habitación. 

Pensaba... ¿Y si ella se va, a él le quedará alivio o soledad?

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Siete, se vestía.

Era hora de desayunar. Sus ojeras eran notables, ya que esa no era la primera vez que se desvelaba pensando en ella.

Y estaba seguro, de que no sería la ultima

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En la habitación de Sakura y Karin, ellas ya estaban despiertas.

Se habían dado una refrescante ducha y estaban cambiadas.Hace ya dos semanas que habían devuelto la libreta a Konoha. Y hace diez minutos la pelirrosa la había vuelto a invocar y lo que vieron en ella las desilusionó.

Suspiraron varias veces.

Demasiadas para el gusto de ambas. Entonces la de ojos carmesí fue la primera en pronunciar palabras.

—¿No escribieron nada de nada?—Preguntó Karin. 

—Nada.—Respondió su amiga sin parpadear, y con la vista fija al frente. 

Karin, al notar la mirada de ella, se sorprendió.

—Tal vez no la hayan leído... Deben de están ocupados buscándonos. ¡Sí, eso debe de ser! Tú no te preocupes, bajemos a desayunar.—Le dijo la pelirroja con una sonrisa, no quería que Sakura se desanimara.

La Haruno al ver la sonrisa de Karin no pudo evitar devolver el gesto. Es más, sonrió con mayor entusiasmo.

—¡Bien! Tienes razón, no debemos preocuparnos. Tengo demasiada hambre. Bajemos.

Y así lo hicieron. Todavía no estaba listo el desayuno, habían oído que Sasha se había comido la toda carne para el almuerzo y ahora estaba recibiendo su castigo. Ambas chicas, nuevamente, suspiraron. Esa no era la primera vez que pasaba. Hoy no les tocaba preparar comida a ninguna hora, así que decidieron ir a las caballerizas. Una vez allí, entraron. Hanji estaba dando de comer a los caballos.

—Hey, Hanji.—La llamó Sakura, quién estaba a espaldas de ella.La de anteojos negros se dio medía vuelta y les sonrió.

—Karin, Sakura.

—Dando de comer a los caballos, eh. ¿Supiste lo de Sasha?—Habló Karin. 

Hanji asintió con pesar.—Guardaremos la comida donde ella menos lo espere. Las chicas al oír eso rieron. Sakura estaba por hablar pero se retractó al escuchar unas pisadas. Las tres fijaron su vista hacía el frente, donde se encontraba la única puerta, encontrándose con Auruo y Levi.