Cazadora de Titanes ||Cancelada||

Capitulo 7

|| Una libreta llena de sentimientos. ||

❝Los extraño.❞

❝Creeme, sé lo que sientes.❞
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Eran alrededor de las 20pm. Karin y Sakura le habían pedido a Hanji, Levi y Erwin si podían reunirse en la oficina del último.
Estos aceptaron.

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-Ya en la oficina-

—¿En serio pasó eso?—Preguntó por cuarta vez Hanji, al parecer, bastante emocionada.

—Sí, los Titanes nos observaban sin perderse ningún movimiento, no tenían intención de comernos. Movíamos un dedo y ellos lo seguían con la mirada.—Habló Karin, en forma muy seria.

—Es... ¡Es sorprendente! ¡Maravilloso!—Hanji parecía una niña. Sus ojos brillaban, y todos los presentes lo notaron de inmediato.—¿Esa fue la primera vez que sucedió?—Preguntó.

Ambas amigas se miraron y dudaron de hablar. Erwin lo notó, sin que las mujeres se dieran cuenta le hizo una seña con sus dedos a Levi, y éste entendió.

—Tienen que decirnos. No podemos ayudarlas a regresar a su mundo si ustedes no nos dicen que paso anteriormente, recuerden que Hanji es especialista en casos raros cómo este.
También recuerden que dijimos de ayudarnos mutuamente.—Cada palabra la decía calmado, y sus ojos estaban fijos sólo en Sakura. Porque él lo noto. Ellas al parecer, ya habían averiguado alguna forma para volver a su mundo.

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•FlashBack•

—¡Mierda!

—Hey... Basta ya, Sakura. Fueron demasiados intentos.—Dijo Karin mientras doblaba sus rodillas para llegar a la altura de su amiga.

—¡No! ¡Si pude transportar comida y hacer clones, esto también debe funcionar!—Gritó Sakura.

Estaba desesperada por volver a casa, quería ver a sus amigos, a sus padres. Y karin quería lo mismo.

Pero intentó varias veces invocar una pequeña parte de Katsuyu y en ninguna ocasión pudo.
Se sentía frustrada.

La pelirroja sólo pudo abrazarla. Y sin poder evitarlo lloró.—Extraño a Suigetsu... Los extraño a todos.—Exclamó intentando calmar sus sollozos.

—Karin, tranquila, ya verás cómo regresaremos.
Todo estará bien. En un abrir y cerrar de ojos estaremos en casa.—Sakura lo dijo cálidamente, mientras acariciaba el cabello de su amiga.

Pero por dentro, ella igual extrañaba a todos. Quería llorar igual que Karin, pero era mejor no hacerlo, sino estarían toda la tarde llorando. Sin nadie que las consuele.
En otra ocasión, Sakura lloraría con todas sus fuerzas, y entonces ahí estaría Karin para ella.

—Ya, ya. Vayamos abajo, ¿Sí?

—Sí.—Dijo la pelirroja, y mientras ella se secaba las lágrimas, Sakura le arreglaba el cabello.

Se pusieron de pié, y ambas sonrieron.
Estaban por llegar a la puerta cuando la ojijade paró de golpe.

—¿Sakura?

A pesar del llamado de Karin, Sakura no se movió ni un centímetro.

—¿Frentona?—La de ojos rojos camino unos pasos más hasta quedar frente a su amiga, ahí movió su mano de izquierda a derecha.—¡Sakura!

Pero ésta no le hizo caso.
Mordió su pulgar haciendo que sangré, posicionó su mano derecha en la fría madera de la habitación y dijo.—¡Kuchiyose no Jutsu!