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Todo comenzó a dar vueltas, las imágenes se hicieron inentendibles y pronto me vi a mí en brazos de él bailando como dos tontos en medio de la nada. Podía ver esa sonrisa de príncipe encantador en su rostro, iluminándolo e hipnotizándome. Sus ojos brillaban más y le daban un aspecto tierno al rostro pícaro que tenía. ¡Dios! Ese chico me tenía a sus pies. Amaba poder ver su rostro, amaba poder hablar con él, amaba poder sentir como nuestras pieles se rozaban. Amaba que el fuese mi vecino.

Pronto la canción terminó y mis ánimos de escuchar música se acabaron. Decidí tomar una ducha, para poder cambiarme de ropa, la cual estaba empapada. El agua realmente lograba relajarme por completo. La ducha era una de las cosas más placenteras que había en mi mundo. Simplemente, cerrar mis ojos bajo el agua y que esta se encargue de despojarme de los problemas o preocupaciones.

Cuando terminé de ''despojarme'' salí envuelta en una toalla blanca hacía mi habitación. Tenía que pasar por la sala para llegar a la recamara y así lo hice, como siempre, pero en esa oportunidad mi hermano no estaba solo.

-¡Alex! -la voz de mi hermano.

Al darme cuenta rápidamente mis mejillas se tornaron en rojo y mi corazón comenzó a latir fuertemente por la vergüenza.

-Oh Carlos... no sabía que estabas aquí -Dije cuando comprendí que no podía escabullirme a mi pieza ya que él me había visto enredada en una toalla blanca. Miré con odio a mi hermano y luego sonreí nerviosamente. -Creo que iré a mi habitación a cambiarme.

-Me parece bien que te hayas bañado -Comentó mientras miraba como me iba, pero su comentario hizo que me girase.

-¿Discúlpame? ¿Acaso crees que no me baño? -Pregunté mientras reía. No sabía si era una risa irónica o de simple nervios.

- ¡No! Lo decía porque la lluvia estuvo terrible afuera y... em, no sé. Podrías resfriarte.

Lo miré dos segundos y entré rápidamente a mi pieza. Me estaba cuidando, ¡bien! Me cambié lo más rápido que pude, me arregle y salí. No confiaba en lo que dijese mi hermano en mi ausencia frente a él luego de lo que había pasado. Estaban hablando tranquilamente en el living. Se encontraban sentados en la mesa, tomando un par de cervezas y riendo. ¿Eso no podía ser tan grave, o si? Me senté en el medio e intenté captar la conversación.

Como no podía ser de otra manera, una conversación de hombres no tiene mucha inteligencia ni misterio. Basquetbol, fútbol y mujeres de televisión con poca ropa era su principal tema. Los miré a ambos y rodeé los ojos. Estaba a punto de irme a encender la televisión cuando, finalmente, se dieron cuenta de mi existencia.

- ¿Tu que crees, Alexa? ¿Ganaremos el mundial de Brasil? -Preguntó Carlos con esa carita de nene de cinco años y su tema favorito.

Intenté pensar una respuesta inteligente o que no me dejara como una neófita deportiva.

-Ella no sabe nada de fútbol. Con suerte sabe que se juega con una pelota redonda, ah pero eso sí sabe que hacen y quienes son los delanteros.

Se burló mi hermano mientras se paraba a buscar, seguramente, otra cerveza. Lo miré de reojo asesinándolo con la mirada.

-A puesto a que ganaríamos o al menos quedaríamos finales si tú jugarás con ellos. -dije sincera.

Carlos era noticia en este momento por haberse negado nuevamente a ir a jugar con la selección mexicana. El bajo la mirada y mi hermano me dio una patada debajo.

-La verdad es que veo a Alemania como campeón y a la selección Mexicana no se siempre deja que desear, ve calificamos apenas, tú dime tú estuviste ahí antes.

Nadie dijo nada y mi hermano inmediatamente cambio el tema. Si tal vez me había pasado pero tenía que decir algo, además él pidió mi opinión yo le di mi opinión.

Después de un rato mi hermano se levanto y fue a su habitación, su teléfono estaba timbrando así que suponía había ido a contestar.

-Sabes, Alexa, no sabía que tenías un tatuaje en la espalda con tu exhibicionismo pude verlo claramente. ¿Qué es lo que dice?

Mi tatuaje. Me había tatuado en la espalda, en la parte izquierda: Andre. en chino.

-André, el nombre de quien se burla de mí -Respondí emitiendo una pequeña sonrisa. Aun recordaba la sorpresa de mi hermano cuando vio el tatuaje - ¿Tú Tienes tatuajes?

-No, Pero quién sabe después... Tal vez me anime... Me dijo tu hermano que solo irás tú a la fiesta. Me alegrara poder verte allí -Agregó sonriéndome.

¿Era una ilusión o él realmente había dicho que se alegraba de mi asistencia? Le devolví la sonrisa mientras pensaba en decir a eso.

Por el amor de dios, Alexandra, ¡di algo! No te le quedes viendo como una idiota pensando idioteces, ¡No parezcas una idiota, Alexandra!

Y mi conciencia se hacía presente.

-Me alegra poder ir

No, definitivamente, eres una idiota.

''Gracias, querida conciencia''

- ¿Tengo que llevar algo?

Rió. ¿Por qué siempre se reía?

-Sí, treinta y ocho regalos mmm déjame pensar... ¡Ah! Y cuatro cajones de cerveza. No es mucho -Contestó con su típico humor.- Despreocúpate, simplemente lleva tu hermoso cuerpo tatuado a mi departamento a las ocho p.m

Agregó tomando un sorbo de su cerveza. Mi hermano que venía a la sala elevó las cejas mirándome.

- ¡Espera! Eso no sonó bien. -dijo cuando se dio cuenta de mi hermano y dijo. -no tienes que llevar nada, Alexa.

-Ten... -le dio una cerveza a Carlos y después se dirigió a mí y me miró- la regla comienza desde ahora -Dijo apareciendo el sobre protector y dejando en frente mío, una botella de cerveza. Lo miré pensando qué decir pero, simplemente me callé y tomé mi primer sorbo.

𝐌𝐈 𝐕𝐄𝐂𝐈𝐍𝐎 || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora