Necesito tu ayuda –Dice pero lo interrumpo–
¿Mi ayuda? –Pregunto con los ojos abiertamente como platos–
–Zach suspira frustrado– Si, ahora déjame terminar –Dice y asiento– Los Vétalas en el mundo se acaban gracias a una nueva raza de sangre pura en Europa –Dice y jadeo– Habrá una batalla y deberás estar ahí –Dice firme–
¿Me ves con cara de ir a una batalla a defenderte a ti? –Le preguntó riéndome en su cara–
–Ríe, lo cual no me lo esperaba – No me importa si peleas o no, tienes que ir si quieres seguir viviendo –Dice y me tenso–
No puedes amenazarme... –Le advierto– Soy un Vétala...
Has hecho los votos, Victoria. No te estoy amenazando –
¿Me crees tan estúpida? Solo los novicios tienen que hacer los votos para ser neófitos –Digo incrédula–
Esos son los votos de lealtad de un novicio hacia un Vétala... –Lo interrumpo–
Yo no soy un novicio, ¡Soy un Vétala! –Grito afirmándolo–
Los ojos de Zach se abren de golpe y en su rostro aparece una sonrisa. Mi estómago se revuelve dentro de mí. Joder, hasta para mí ha sido demasiado esa afirmación.
Por lo tanto también has hecho un juramento –Continúa Zach diciendo–
No recuerdo haber hecho uno –Digo a la defensiva–
Claro que lo hiciste –Confirma y mis ojos se agrandan–
Entonces Zach se acerca a mí, pero no me alejo. Estoy lo bastante atónita como para mover un músculo. Su mano helada se ubica en mi frente y cierra los ojos, mi mente se torna en blanco y mis ojos automáticamente se cierran.
Hay una niña de vestido blanco, hay otros niños también pero mi vista se enfoca a esa niña, marginada de los demás. Está sentada en el césped arrancando el pasto, tiene el ceño ligeramente fruncido por el sol que le da. Veo como otras personas, adultos, recogen a los niños y ella se queda sola, veo que empieza a llorar. De la nada aparece un hombre que recoge a la niña en brazos y se la lleva dentro de un hospital que no había notado. Llegan a un dormitorio con una camilla, en ella está un hombre a quien recuerdo vagamente, el hombre quien cogió a la niña en brazos, acerca ligeramente a la niña al hombre en la camilla.
Ella es hermosa –Dice el hombre en la camilla y quita unas cuantas vendas de su brazo–
Lo sé –Frunce su ceño el hombre que se encuentra de pie– No tienes que hacer esto sino...
Lo haré, solo que necesito que Telah no lo recuerde –Dice y el otro hombre asiente–
El hombre en la camilla eleva su brazo que tiene una cortadura, el otro hombre acerca a la niña. En ese momento mis ojos se agrandan, la niña mira confundida la herida y de pronto observo que sus pupilas se agrandan, abre ligeramente la boca y lambe la herida. De pronto el hombre en la camilla grita y mi vista se ubica de nuevo en la niña que tiene sus labios llenos de sangre.
Ha finalizado, ella se ha transformado.
Ella soy yo, me digo a mi misma.
Maratón cap. 5/5
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''A thousand years''
VampireTodo empezó con aquella ventana... Un simple incidente... Al menos eso pensé, pero no tenía idea de lo que empezaría con aquella situación de aquella madrugada. No era normal, ni él, ni ellos, ni yo.