''Por cierto, tienes un bonito cuerpo...''

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En ese momento todos se voltearon al escuchar aquella alzada de voz provocado por Nicolás y lamentablemente eso había hecho aumentar más aquella acción física al que le llamaban ruborizarse por vergüenza, supongo.

–Puse mi mano sobre la de él para calmarlo– Si me quieren un poquito alguno de los tres, no me griten ni reclamen delante de toda la clase. Saben que soy conocida como la "antisocial" del grupo, pero no quiero ser tampoco la "dejada", por así decirlo, chicos.

Lo siento, pero sabes que tienes prohibido tener una amistad con otro chico que no seamos alguno de nosotros tres y menos sin nuestro consentimiento. –Habló Dakota con la mirada baja, en señal de arrepentimiento–

Aún me pregunto ¿Por qué les sigo obedeciendo con su prohibición? –Fruncí el ceño, aún más–

Porque nos amas –Respondió Josh sonriendo– Y sabes que nosotros no soportamos verte con otros chicos, eres nuestra. 

Tampoco me explican el por qué de sus acciones posesivas hacia mí –Dije ignorando lo último que dijo–

Son cosas de nosotros, Victoria –Respondió Dako, mirando hacia donde se encontraba sentado Bieber–

Al menos quiero escuchar la voz de alguien disculpándose por lo ocurrido hace unos cuantos segundos –Dije observando a Nicolás, quien se encontraba jugando con sus manos–

–Bufó– Lo lamento… –Susurró–

Lo siento, no escuché… –Dije riendo, pues en raras ocasiones él se disculpaba– ¿Chicos ustedes escucharon algo? –Les pregunté riendo–

Victoria, no lo provoques –Me advirtió Dakota–

Lo siento pero yo no he escuchado nada… –Dije ignorándolo– ¿Qué dijiste Nicolás?

¿Eres sorda o te haces? –Me reclamó– ¡Te he dicho lo siento!

Ahora si –Dije lanzando una carcajada–

Bueno chicos –Nos llamó Josh– A nuestros lugares… y tú –Dijo apuntándome con su dedo índice– No intercambies palabras y menos miradas con alguno de nuestro salón… si no quieres provocar la tercera guerra mundial

Toda la mañana transcurrió normal, excepto por aquella mirada proveniente de esos profundos ojos color miel en mí.

La sentía, y la sentía clavada en mí.

No importaba en que parte de la escuela me encontraba, disimuladamente buscaba la dirección por donde provenía aquella mirada sin que se dieran cuanta Josh o Dakota y menos Nicolás, pero efectivamente él estaba ahí.

Observándome.

Ni si quiera se limitaba a observar hacia otro lugar cuando nuestras miradas se encontraban, él seguía ahí junto con aquella misteriosa pero perfecta mirada en mi. Intenté ignorarlo pero era demasiado incomodo, incluso pensar que hace unas horas me vio tal y como mi madre me trajo al mundo era más incomodo aun.

El toque del timbre de la escuela me sobresaltó, pues estaba perdida en mis pensamientos, lo bueno era que ya era hora de retirarse para sus respectivas casas. Me dirigí hacia mi casillero para sacar algunos cuadernos y libros de algunas tareas de las materias que tenia para mañana y de paso mi patineta, pero lo sentí otra vez, sentí esa mirada clavada en mi espalda y supongo que me ruboricé más de lo que había estado anteriormente.

Decidí cerrar mi casillero para acto seguido dirigirme hacia la puerta de salida sin ni siquiera percatarme quien estaba observándome, pues suponía que era él. Pero, al dirigirme hasta esta, alguien me detuvo agarrándome mi brazo en señal para que también me volteara a ver quién era. Supuse que era Josh o tal vez Dakota, pues Nicolás nunca me tocaba, solo se limitaba a hacerme gestos, hablarme o gritarme. Pensándolo mejor, él era el que peor que me ponía en vergüenza de los tres.

Pero al voltearme mi sonrisa recién formada en mis labios, se borró instantáneamente. Pues, era el acosador de mi vecino quien quería captar mi atención.

Bufé fuerte y lo miré con el ceño fruncido, para darle a entender que estaba disponible a escuchar las excusas que ponía sobre la escena de horas antes, pero este no emitía ningún sonido alguno. Bufé, otra vez, solo que esta vez tendría que hablarle para que prosiga o tal vez empezara.

Te escucho, pero primero suéltame –Dije notoriamente incómoda–

Si te suelto, ¿No escaparás, verdad? –Dijo Justin, ruborizado– Necesito explicarte…

Claro que no –Lo interrumpí– Yo no soy esa clase de chicas, que se escapan de sus problemas ignorando su realidad –Dije con el ceño fruncido–

–Justin me soltó el brazo y suspiró– Lo que paso, no fue intencional –Dijo cerrando sus ojos– Yo siempre miro el amanecer, pues este me parece una de las más grandes maravillas del mundo… –Sonrió– Ni siquiera me percate que te habías despertado… –Su sonrisa se desapareció al decir eso– Y cuando baje mi mirada, desgraciadamente miré hacia tu ventana y ahí estabas tú, completamente… des…–Suspiró por las incomoda explicación–…des… –Siguió tartamudeando–

¿Desnuda? –Le ayudé a terminar la frase–

Completamente…–Admitió a lo que abrí mis ojos de golpe– ¡Pero no fue intencional! –Explicó, una vez más–

 Escúchame… –Pensé qué decirle a éste nervioso chico– Si lo hiciste por equivocación, te perdono… –Dije y él sonrió–  Pero si lo hiciste intencionalmente eso queda a tu conciencia –Le advertí–

Él solo guardó silencio, lo que significó que ésta incomoda conversación había acabado. Suspiré y asentí, mi vista se dirigió hacia la puerta de salida y caminé hacia ella…

Por cierto, tienes un bonito cuerpo… –Escuché a Justin susurrar–

''A thousand years''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora