Sesión de espiritismo

20 1 2
                                    

Lunes, 10 de Marzo.

Silencio. Oscuridad. Sólo las velas emitían la poca luz que había en el cuarto cerrado. No volaba ni una mosca. El suelo estaba pulcro, listo para todo. La tabla en el centro. Tres chicas tomadas de las manos, formaban un círculo alrededor del objeto. Sentadas, los ojos cerrados. Inspiración, exhalación.
-Estamos aquí reunidas para celebrar un ritual de espiritismo-. Susurre.
-Eso se dice en las bodas-. Susurró también Anali.
-Shhhh. Nadie lo sabe-. Continue-. Estamos aquí reunidas para pedirle a los espíritus que nos ayuden en esta dura etapa que nos espera: el año escolar.
Se sentía la tensión. El ambiente estaba cargado de electricidad.
-¡¡¡OYENOS, ESPÍRITU QUE GUARDAS TODOS LOS SECRETOS DE ESTE MUNDO Y AYUDANOS A QUE PODAMOS GUIAR LOS PASOS DE LOS ENAMORADOS EN ESTE CRUEL CAMINO QUE LLAMAMOS VIDA!!!
Una luz destello en las sombras. Mis manos estaban alzadas al cielo y mis ojos estaban clavados en el objeto. Encima de la madera habia una goma de borrar, que de un lado decía Sí, en el otro No, y en los costados, No sé.
-¡¡¡HABLANOS MAESTRO!!!¡¡¡TE ESCUCHAMOS, LAS FIELES SIERVAS DE CUPIDO!!!
La luz aumentó la velocidad de intermitencia. La energía del lugar parecía que iba a hacerlo estallar. Unas manos comenzaron a zarandear el tablero. Uno, dos.
-¿¿¿NOS ESCUCHAS???
Tres. La goma dio varias vueltas sobre sí misma y cayó. Sí.
En ese momento se abrió la puerta y se encendió la luz.
-¿Se puede saber por qué están jugando a la Ouija?
Lástima. La luz nos iluminó a mí, a Karen, a Anali... a la tabla de planchar que no sabemos qué hacía en el aula de informática y a Mariana, que estaba en un rincón sosteniendo la linterna.
-No puede ser que nos interrumpa. Ya casi estábamos por establecer contacto-. Anali se paró.
-Contacto van a tener con el director si vuelven a hacer esto-. Dijo el profesor de informática -. Además, que yo sepa son todas católicas, no sé qué piensan.
-Pensábamos hablar con el amo supremo de los corazones. El gran Cupido-. Dijo Karen, sumándose.
-Luciana.
Ay,no. Le sonreí tiernamente.
-¿Sí señor?
-Sé por experiencia en estos últimos años, y lo digo porque la conozco perfectamente, que es una chica bastante... apasionada a estos temas del amor.
-Sep.
-Pero hágame el favor de no arrastrar a pobres e indefensas criaturas a su paso ¿Me explico?
-Perfectamente, señor.
Tengo entendido que la única en esa habitación que merecía tales calificativos era Mariana.
-Bien. Me alegro que nos entendamos.
Hizo un amague de irse.
-Ah, eso me recuerda... Ustedes tres compinches van a tener que realizar un trabajito extra.
-¿Queeeeeee?
No podía ser. Debía ser un chiste.
-Sí señoritas, se lo merecen después de haber bombardeado la sala de tronquitos.
Nos quedamos mudas.
- Y usted... ¿Cómo es que lo sabe?
-No saberlo después de las amenazas que le infringieron al encargado de mantenimiento, sería más una rareza.
Viejo lamegatos.
-Y su castigo, mis niñas va a ser...
Por favor que no nos tocara nada que lleve mucho tiempo.
-Será casar al encargado.
¿Qué?
-¿Perdone?
-Lo que escucharon. El pobre quiere hace mucho dejar su casa, pero su mamá no le permite irse a menos que consiga una mujer.
-Pero no es un castigo equivalente a lo que hicimos. Es algo... diría que imposible.
Anali, como guerrera del amor, decir que alguien tiene imposibilidad del matrimonio es una falta grave.
-Es lo que es. Su pequeño acto de generosidad logró que tuvieran que ser aún más solidarias. Ustedes deberían poder. Al menos intentarlo.
Profesor, usted está muerto ¿Intentarlo? ¿Sabía realmente quién soy? Iba a lograr que se le cayera la mandíbula al ver las docenas de hijos que iban a tener.
-Acepto.
Me miró sonriente.
-No es que tuvieran muchas opciones de todas formas.
Touche.
-Cuento con ustedes , chicas.
Y finalmente, se fue. Con un suspiro, me dispuse otra vez a llamar al espíritu. Me senté en frente de la madera y la goma en posición de indiecito.
-¿Qué se supone que estás haciendo?
-Pues qué más, haciendo el llamado.
-Se supone que no podemos hacerlo más o nos va a llamar el director.
-Lo sé. Pero si no lo hacemos, tal vez no logremos casar al encargado, y les aseguro que vamos a ser las madrinas en la maldita boda.
-¿Cuál es tu nueva idea?
-Todavía no lo pensé- Era Cupido, no superhéroe.
-Bueno, está bien. Pero ya perdimos el clima aterrador , no creo que tenga el mismo efecto si volvemos a empezar ahora.
-Sí Ann. Guau, a veces tenes muy buenas ideas.
Me sacó la lengua.
-Gracias.
-No hay de qué.
Me paré y recogimos todo. Nos dispusimos a salir y ¿Adivinen a quién vimos?
-¡¡¡Ernestoo!!! Muy bien trabajo con las aulas, lo felicito.
Le pegué un codazo a Ann. No era conveniente hacerlo enojar. Yo ya quería decidir el vestido que iba a usar en la ceremonia.
-Hola mis queridas vandalas.
Sonreimos inocentemente.
-¿Cómo está señor?
-Perfectamente. Así que... ¿lograron lo que querían con la cinta? ¿ O me van a decir que todo lo que pasó fue en vano?
-Sí señor. Y fue maravilloso-. Karen se limpió una lágrima imaginaria, recordando lo que habíamos visto.
-Me alegro. Asi que bien, nos vemos en la proxima aventura que tengan.
Nos sonrió malevolamente ¿Quién diría que estaba soltero si era tan adorable?
-Nos vemos.
Ernesto se fue a paso de caballo haciendo tintinear las llaves que tenía en el bolsillo. Nos reunimos.
-No vamos a lograrlo.
Miré mal a mi amiga¿ Qué le costaba ser positiva?¿O es que no creía que un hombre de nariz chata, ojos de cabra, pelo peinado a lo Elvis y carácter de una hiena podía conseguirse una mujer?
-Debimos seguir con los llamados, Lu, no hay forma alguna que ese tipo se lleve bien con nadie.
-No te apures. Es un hombre un tanto irritable, en eso tengo que darte la razón, pero todo el mundo tiene su alma gemela en alguna parte del mundo. Es mi deber hacerlo y lo voy a hacer.
-Si te enteras de que esa media naranja está en Indonesia, probablemente conviene llevarlo a que la conozca.
-No seas tan malvada, no es tan malo. Solamente hizo lo que una persona cuerda haría -dije convencida.
Y era cierto.
-Okay.
Nueva tarea. Este año sí que iba a estar ocupado. Espero que me quedase tiempo para la escuela. Si no, ya vería cómo aprobar.
-Vamos Liga, tenemos que lograr los fines que nos propusimos alcanzar.
Puse una mano en el aire y las otras apoyaron las suyas. Cuenta de tres y las largamos con un "VAMOS".
Mariana ya se había ido hacía un buen rato. Y menos mal, porque íbamos a decidir cómo hacer para que terminara su vida feliz con el hermano de Sharon.

Flechazo a CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora