Miércoles.
Anali estaba sentada en el techo de su casa, pensando. A veces le gustaba ejercitar su cerebro, no desconfien tanto. No creía tener razones para no hacerlo esta vez, la Liga estaba en peligro, lo intuía. No necesitaba que alguien la retara a jugar Plantas vs Zombies porque ya sabía que iba a ganar. Y ahora tenía esa sensación de que algo no marchaba bien.
Desde el día anterior no sabía qué hacer. Su líder y mejor amiga había estado muy decaida. Y eso era más raro que cualquier otra cosa rara que hubiese visto antes. Y miren que vio demasiadas.
Suspiró. Pensar le daba hambre. Un descansito no le iba a hacer nada.
Saltó hacia la escalera de incendios y bajó de dos en dos. Se apresuró y corrió para buscar su bolso y salir a la calle. Salir al centro no le iba a hacer ningún mal.
Pensaba que las cosas que había visto eran demasiada coincidencia. Era... demasiado. Pero admitía que le encantaba estar al tanto de esas cosas, en el fondo era una chismosa de primera. Hacia dos años había sido la periodista del colegio, pero lo dejó después de que provocara que una de sus noticias hicieron llorar a tres chicas. Había aprendido que hay cosas que no se pueden publicar ni decir sobre otras personas, porque podía herirlas.
Iba por el camino saltando como una nena mientras reboleaba el bolso en el aire. La gente reía, el dia estaba brillante, la luz del sol lo calentaba todo. Le encantaba el aire fresco. Le fascinaba el viento en la ca ...¡¡¿¿Pero qué??!!
Se escondió atrás de una planta y observó el negocio de ropa de en frente. No podía creer lo que veía. Se acercó un poco más para ver mejor, usando de sus técnicas para espionaje aprendidos. No podia ser, se dijo. No.
Con una pila enorme de paquetes en la mano y una enorme sonrisa, estaba Karen. Lo raro no era eso, sino que atrás de ella, bajaba un chico alto, con lentes, castaño tirando a rubio, que estaba cubierto hasta por las tapas de cajas, cajas, y bolsos y bolsos ¿¿¿Karen en una cita???
Sigilosamente se acercó por el costado para mirarlo mejor. Quizás lo conocía. No podía ver muy bien, pero...
No.
No.
Mil veces, no.
No.
No.
¡¡¡¡ERA ONAN!!!
¿Qué hacia su amiga saliendo con el chico que le gustaba a su otra amiga? Bueno, no estaban seguras de que realmente le gustará. Todavía no entendían cómo podía Luciana haberlo ayudado a salir con la chica que le gustaba. Sabían que estaba bien loca, igual.
Tenía que hablar con Karen urgentemente. Luciana era su amiga y su jefa, le debía respeto y lealtad por partida doble.
Desde ahora, Anai iba a tomar las riendas.
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Flechazo a Cupido
Teen FictionLuciana nunca ha salido con nadie pero tiene un particular tacto para el romance; sus amigas siempre le piden consejo. Ahora, es la primera vez que un chico le pide ayuda. Ella acepta encantada, ayudarlo a conquistar a su amor secreto es un desafìo...