Capítulo 20: Mi estrella

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AMBER

Ya no estoy acostada en mi cama junto a Ethan. Estoy al aire libre. Es de noche y hay muchas estrellas en el cielo. Nunca había estado en este lugar pero no estoy asustada. Camino en silencio. Me doy cuenta que estoy descalza y el pasto que piso es demasiado suave. Hay muchos árboles y flores alrededor. Sigo caminando, disfrutando de este hermoso lugar y de las estrellas.

—Es asombroso ¿Verdad?—oigo que me preguntan mientras miro el cielo. Rápidamente dejo de mirar el cielo y observo a la persona que acaba de hablar.

—¡Papá!—digo emocionada y corro a abrazarlo—Te extrañé

—Yo también princesa—dice papá y me sigue abrazando. Caminamos en silencio un rato más disfrutando del brillo de cientos de estrellas que están sobre nosotros. Él no se ve como en mis otros sueños. Se ve más feliz y tranquilo—¿Recuerdas que querías ir a acampar?—pregunta.

—Sí, pero tú decías que aún era pequeña—recuerdo. Mamá y papá pensaban que todavía no tenía edad suficiente para quedarme quieta y tenían miedo de que me escapara en secreto y me perdiera en el bosque. Me rio al recordarlo—Era muy hiperactiva

—Creo que el término queda corto—dice papá nos reímos. Pasa otro tiempo en silencio antes que hable de nuevo—Prometí llevarte algún día...—susurra muy bajo, pero yo lo escucho muy claro—Lamento no haber cumplido mi promesa

Tiempo atrás, me hubiera puesto a llorar y gritar hasta que obtuviera una respuesta crucial: ¿Por qué me pasó esto a mi? Pero ahora, solo suspiro y abrazo a mi papá. No tuve el tiempo suficiente para disfrutarlo a mi lado, pero fueron cinco años llenos de amor y abrazos. No los cambiaría por nada del mundo. No imagino un mejor papá en el mundo que Aaron Johnson.

—Lo estas cumpliendo ahora—digo con los ojos llorosos. No estoy triste, al contrario. Soy muy feliz—Gracias papá—papá se inclina y me besa en la frente.

—Estoy orgulloso de ti, princesa—confiesa—No podría haber pedido una hija mejor

—Gracias a ti—digo—Y mamá. Yo no sería quien soy si no fuera por ustedes

Y es cierto. Lo que soy es gracias a ellos. Es gracias a cada momento que me dedicaron. Me llenaron de amor, cuidados y me enseñaron a ser una buena persona. A pesar de que ambos vivian dedicados a sus trabajos, no me descuidaron un solo momento y me transmitieron el amor y el servicio a los demás.

—Estoy seguro que algún día serás una gran médica. Incluso serás mucho mejor que yo—dice firme papá. Yo sonrío. Adoro que tenga tanta fe en mi.

Hay algo que muero por preguntarle. No consigo resistir la curiosidad, así que suspiro profundamente y lo miro.

—Tú lo sabias, ¿Verdad?—pregunto. Papá me mira confundido—Sobre el papá de Ethan. Trataste de decirme la verdad en sueños ¿Cierto?—Papá mira unos segundos al cielo y cierra los ojos. Se ve como si estuviera recordando algo u ordenando pensamientos.

—Griffin Edmund—dice claro—Lo atendí una vez—me mira—El hombre estaba fuera de si. Lo atendí en una de mis visitas a la villa en donde atendía gratis. Llegó al consultorio bastante ebrio y dijo que le dolía la cabeza. Él pensaba que era fiebre, pero en realidad había recibido un golpe en la cabeza. Hablé con él y me confesó que tenía una mujer y un niño pequeño y que no tenía dinero para mantenerlos

—¿Qué hiciste?—pregunto recordando el sueño en el que había visto a mi padre concentrado escribiendo algo importante en su consultorio—¿Tu...escribiste una nota a servicio social indicando que ese niño estaba en riesgo?—pregunto recordando hablar a mamá sobre lo que hacen los médicos cuando encuentran casos similares. Papá asiente.

Detrás de la RupturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora