Capítulo 21: Buena Suerte

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ETHAN

Despierto. Todavía es de noche. Lo sé porque el cielo sigue oscuro. Amber duerme profundamente y me muevo lo más silencioso que puedo para no despertarla. Tengo que llegar a mi casa o Cheryl tendré un infarto si me encuentra aquí.

En mi huida, hago caer algo accidentalmente. Es el libro de Amber que estaba sobre su mesa de luz. Rápidamente lo levanto y lo coloco en su lugar. Miro a Amber. Afortunadamente, ella sigue dormida. Me pregunto que estará soñando. Debe ser un sueño bastante lindo si sigue durmiendo a pesar del ruido que hice. Me acerco a ella y le susurro que la amo antes de darle unb eso.

—No puedes irte ahora—oigo una voz desde la puerta de la habitación de Amber. Mierda. Es Cheryl. Definitivamente no espera encontrarme con ella de esta manera. Tiene todo el derecho de patear mi trasero y echarme. Yo lo haría sin dudarlo si encontrara a un chico en el cuarto de mi hija. Cheryl mira a su hija dormir y luego dirige toda su atención hacia mi—Hablamos afuera—ordena. Ella se retira de la habitación y la sigo.

Una vez que llegamos a la sala suspiro lentamente. Las cosas se ven mal. Cheryl debe creer que soy una especie de chico pervertido o alborotado por las hormonas al encontrarme en la habitación de su hija, en plena noche sin compañía adulta. Trato de pensar algo positivo: al menos, no me vio durmiendo con ella. Aunque, si lo pienso bien, creo que es bastante obvio que lo hice. Bien, ahora no encuentro nada positivo. Así que en vez de esperar a que ella se descargue conmigo, decido enfrentar la situación.

—Lo siento tanto señora Jonhson. Sé que no está bien que viniera a esta hora, pero no podía esperar hasta mañana y...

—Espero que no se te haga costumbre irrumpir en la noche al cuarto de mi hija, Ethan—dice Cheryl con los brazos cruzados—No está bien

—Claro que no—coincido aunque mi corazón salta cada vez que estoy con Amber. Cheryl suspira.

—Al menos tuviste consideración con tus padres y les dijiste que estabas aquí—Me congelo ante sus palabras. Nadie sabe que dejé una nota a mis padres. La única forma de que Cheryl lo supiera es que...

—¿Mis padres la llamaron?—pregunto nervioso.

—Por supuesto—responde Cheryl. Rayos. Supongo que tendré que enfrentarme a mi castigo. Hubiera deseado que ellos no encontraran la nota y siguieran durmiendo. Y por si eso no fuera poco, llamaron a Cheryl. Gracias mamá. Gracias papá. No olvidaré esto.

—Lo siento—digo avergonzado.

—Dudo mucho que lo sientas realmente—dice Cheryl sonriendo. Lo admito, tiene razón. No estoy arrepentido de haber pasado la noche con Amber. Aun así, tengo que explicarle que no estoy aquí por las razones que ella piensa.

—Le juro que no hicimos nada de lo que está pensando—digo rápidamente—Solo hablamos. Necesitábamos hablar y...nos quedamos dormidos sin darnos cuenta

Cherly se queda callada en silencio y me mira fijamente. Supongo que está analizando si mis palabras son ciertas. Luego, se acerca lentamente hacia mi y me da un abrazo. Me sorprendo ya que esta no era la reacción que esperaba. Hubiera tenido más sentido que me gritara o que me dijera que me fuera.

—Me alegra tanto que estés de vuelta, Ethan—susurra feliz. La miro cuando retira su abrazo. Ella se ve tan feliz como mi mamá. Supongo que todas las mamás son iguales. Bueno, todos menos mi madre biológica.

—¿Usted...usted también lo sabe?—pregunto nervioso. Cheryl asiente. Me siento incómodo. Ella siempre me trató con mucho cariño a pesar de que yo fui el causante de la muerte de su esposo. No puedo creer que lo haya hecho—¿Por qué...por qué nunca...?

Detrás de la RupturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora