Invitado no deseado

Capitulo 14

Capítulo 14



Ellos llegaron y empezaron a agarrar las cámara y conectarlas en su computadora para ver las grabaciones de está noche juntó a nosotros, no había nada con qué asustarse, ni alterarse... Por ahora.

Pusieron esta vez la grabación del cuarto de mi hermano que parecía un sonámbulo, sentándose en la cama cada minuto, unas que otras veces se levantaba para volver a acostarse, se volvía a sentar veía a todos lados para volver a la misma posición inicial.

Lo miramos un rato y nada sucedía, decidieron adelantarla un poco y pararon hasta que llegó el pedazo de la llamada; allí el abrió los ojos y se sentó en la cama adormilado, agarro el teléfono y se escucho un "¿quién es?" De su parte, se podía ver el pánico en sus ojos al igual que el miedo.

Había dejado el teléfono a un lado varios minutos después y se a cobijo hasta la cabeza de allí lo adelantan y no hay nada que más de que preocuparse.

-paren el video- dice o más bien grita mi hermano.

Ellos lo detienen y lo miramos extrañados.

-¿qué sucede?- le pregunte.

-retrocedan un poco- nos manda y José confundido lo hace -paren, allí- señalo una parte de la pantalla; la esquina de su cuarto.

El pedazo que señalo se veía algo borroso; parecía que había como un simple muñeco, eso fue lo poco que podía diferenciar.

-yo nunca he visto eso en mi cuarto, ni siquiera recuerdo haberlo comprado- aclaro y un pequeño escalofríos recorrió mi cuerpo dejándome la piel de gallina.

José acerca le pone zoom y es unos de los muñecos que parecía en mis sueños al lado de esa cosa que no quiero pensar y mucho menos recordar.

Me quede congelada viendo la imagen con terror.

-¿estas seguro?- pregunto Antonio que tenía la misma libreta que escribían la otra vez.

-demasiado seguro- afirmo Frank.

-¿hay una forma de deshacerse de eso?- pregunte.

-si- afirmo uno de ellos dos.

-¿cuál?- preguntamos al mismo tiempo Frank y yo, con desesperación en nuestras voces.

No sabía como debía actuar en esta situación, tenía unas ganas de lanzarme por la ventana, comprar el primer boleto de avión a suiza o España e ir a un psicólogo para olvidar lo ocurrido; pero trataría de actuar como un adulto en esta situación, no dejaría solo a mi hermano con esto y menos huiría como cobarde aunque deseara hacerlo.