insomnio

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Mi insomnio no tiene nombre ni apellido, siquiera un rostro o una voz.
Sólo está por estar. Obligándome a dar vueltas en la cama, suspirando cada dos por tres.
Regalandome desvelos infinitos, ojeras profundas y pensamientos a las 3 am, de aquellos que te destruyen sin querer.
Y si lo consideramos un regalo, hemos de aceptarlo con gusto, ya que gracias a ello, pensamos con sensatez.

Te invito a leerme la mente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora