Cadáver exquisito

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La luna era un hielo.

Iluminaba un camino obscuro.

Donde me había perdido en el transcurso.

Mientras, a lo lejos se escuchaba una tormenta.

A mala hora, dejando rastros.

Y el sabor del amargo vino del vacío.

Dime, ¿crees en los fantasmas?

Pues anoche soñé con el tuyo.

Y con tus labios, esos labios sellados.

De un color rosa que significa tranquilidad.

El amor te vuelve tonto.

Y te ataca como duras espinas.

Ahora han pasado 84 años.

He vivido en miles de universos alternos.

Donde los viernes son mejores si pienso en comer a solas.

Y comprendiendo que lejos de ti, se aprenden cosas nuevas.




Cadáver exquisito. Escuela de artes.

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