Capítulo 10.

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Fui a insultar al que había echo eso, pero mis ojos se unieron con los de Jake, haciendo que una sensación algo extraña, me recorriera todo el cuerpo, de pies a cabeza.

Me ofreció su mano para levantarme, pero como buena orgullosa que soy, me levanté por mi cuenta.
Le dirigí una última mirada y salí de su campo de vista.

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Seguí mi camino hasta que por fin pude visualizar la cabeza de Daniel, el que creo que nos estaba buscando a nosotras también. Respiré tranquila cuando ya estuvimos a su lado.

-Demasiada gente... -susurró Lucy algo fastidiada.

-La verdad esque sí, -corraboró Daniel- demasiada.

Instintivamente empecé a mirar entre todos intentando encontrar la cara del chico que me traía loca desde hace no mucho. Noté un toque en el hombro y me giré.

-¿Sí? -pregunté a Daniel.

-¿No has escuchado nada de lo que te dije? -miré a Lucy en busca de ayuda pero ella sólo sonreía divertida.

-No, lo siento. -dije mientras rascaba mi nuca nerviosa- ¿Qué me dijiste?

-Que si les incomoda estar aquí podríamos ir a otro lado más tranquilo.

-Por mí bien, -dije algo contenta- esto es muy agobiante.

Asintió y los tres empezamos a caminar hacía fuera, hasta que me giré y pude ver a mi mejor amiga abrazada por su chico, Frank. Creo que sería mejor dejárlos solos. Le sonreí pícara y salí de allí.

Daniel y yo fuimos a una zona más tranquila, donde se podía descansar del fuerte volumen de la música, hablar y mirar el bonito cielo estrellado.

Ambos nos recostamos sobre la fresca hierba mientras mirábamos atentos el cielo.

-Dakota.

-¿Sí? -dije mirándolo.

-Háblame de ti.

Pensé durante unos segundos en qué decirle sobre mí, al fin y al cabo era una chica más, del montón a la que nadie suele poner importancia. Pero empecé por lo básico.

-Bueno, me llamo Dakota Tompson, tengo 16 años, unas de mis mayores aficiones son escribir y escuchar música, prefiero el Invierno mil veces, mi color preferido es el naranja, como el de una puesta de sol, mi sueño es viajar por todo el mundo con la persona ideal y bueno... sonreí- nose que más decirte.

Asintió sonriente. -Me gusta, pero ahora me toca a mí... Me llamo Daniel Lewis, tengo 18 años, me encanta escuchar música e ir al campo, amo el Invierno y la lluvia, mi color favorito es el verde, y mi sueño es conocer a la chica ideal. -me miró y me guiñó un ojo, haciendo que cada fibra de mí se moviese como loca.

Noté como mi corazón empezaba a latir más rápido. Estos momentos me hacían recordar al idiota de Jake, y aquellas frases bonitas que me decía antes de acostarse con otra. Quité ese pensamiento de mi mente y volví al presente, donde estaba con el sexy primo de mi mejor amiga.

-¿Dónde conociste a Lucy? -preguntó de un momento a otro mientras removía su pelo.

-Bueno, es una historia larga. -admití mientras mordía mi labio.

-Tranquila, tengo tiempo.

Lo miré y asentí. Algo en él me decía que podía contarle lo que me llevaba atormentando desde hace tiempo. Esa época de mi vida en la que deseé haber estado lejos de absolutamente todo.

Respiré profundamente, porque lo necesitaría y comencé a contarle mi historia.

-Bueno, cuando tenía 10 años me mudé de ciudad y acabé aquí. Era una niña normal con una familia normal. Unos padres trabajadores que me querían y me cuidaban sobre todas las cosas. Pero todo eso cambió cuando unas personas cambiaron mi vida. Secuestraron a mi padre y lo mataron sin piedad, entonces la niña que yo solía ser, desapareció por completo, sustituyéndola una deprimida y sin amigos. -guardé silencio un rato, intentanto hacer desaparecer ese nudo en la garganta que me impedía hablar. - Sólo con 11 años ya tenía sueños suicidas y me cortaba. Hasta que un día, en el baño del colegio, me vió Lucy. Una niña bajita y con gafas que parecía una muñeca. Se acercó a mí y como si me conociese desde siempre, me ofreció sus brazos como refugio del exterior. Desde ese día no hicieron falta muchas palabras entre nosotras para conocernos y hacernos mejores amigas. -le miré con los ojos algo cristalizados, enseguida me incorporé y sequé esas pequeñas lágrimas que me bajaban por las mejillas.

-Wow, -susurró- yo, lo siento. -me dijo compasivo.

-No tienes que sentirlo, no me gusta darle pena a la gente. -intenté sonreír, pero en cambio, sólo me salió una mueca.

Vi cómo él abría sus brazos para acogerme. Dudé un par de segundos, pero enseguida me acurruqué en él y pude percibir el rico aróma de su perfume. Sonreí aunque no me pudiese ver y cerré los ojos intentando relajarme un poco.

-Puede que nos hayámos conocido hoy, pero quería decirte que aquí me tienes, para lo que sea.

Asentí y agradecí con una flamante sonrisa. Se necesitaban más personas como él en el mundo.

Ambos nos quedamos mirándonos durante un rato, hasta que noté cómo su cara cada vez estaba más cerca de la mía, y como su respiración chocaba con mi nariz. Juro que en ese instante, quería matar a Jake, por haberle pegado un puñetazo en la nariz a Daniel justo antes de que nuestros labios se fuesen a unir. Juro que me las pagarás Jake, lo juro.

...



Enamorada de la persona equivocada. #Wattys2016 [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora