Lo que él me hizo

La noche en que mi mundo se derrumbó

Recomiendo tener pañuelos a la mano
*~*~*

Desperté a mitad de la noche con un horrible dolor en el vientre. Al parecer, me había estado quejando, porque Nico me miraba preocupado.
-Me duele, no me siento bien.
-Tal vez si salimos a tomar un poco de aire. -Me levanté de la cama y vimos el enorme charco de sangre en mi camisón y en la cama. Seguía corriendo. Bajaba desde mi vientre a mis piernas. Nico me miraba preocupado. -Tenemos que llevarte al doctor. -Me cubrió con una cobija y me llevó cargando a su auto.
Condujo lo más rápido que pudo hacia el hospital más cercano. Entramos a urgencias. Escuché a Nico gritar que necesitaba un médico. No tengo memoria de qué sucedió después.
Desperté dolorida en un cuarto de hospital. Estaba confundida y no veía a nadie cerca. Sentía un enorme vacío dentro de mí, como si algo me faltara. Por la ventana divisé a Nico llorando, apoyado en Pan.
Un doctor entró y me preguntó cómo me sentía. No respondí, yo sólo quería saber qué pasaba.
-Anoche tú... Tuviste una hemorragia muy fuerte, y no pudimos salvar a tu bebé. Lo siento mucho.
No era cierto, no podía serlo. Mi bebé seguía dentro de mí. Él crecería fuerte y hermoso. Él estaría bien. Ambos.
El doctor salió y Nico entró a verme, con lágrimas en los ojos. Estaba temblando.
-Nico, ese doctor estaba mintiendo, ¿verdad? Nuestro bebé está bien. Ayer sólo sangré un poco. -El me miró sin decir nada, pero en sus ojos estaba la verdad.
Mi bebé se había ido, mi hermoso y lindo bebé. Ya no estaba. No lo vería sonreír, no estaría con él cuando comenzara a caminar o hablar. No sentiría sus pequeños piececitos patear dentro de mí. No escucharía el latir de su corazón. No vería sus hermosos ojos intentando comprender el mundo. Mi bebé, mi hijo.
Sentí que no podría ser feliz de nuevo. Vi como todo lo que me hacía feliz se esfumaba junto con mi bebé. No podía parar de llorar, Nico se acercó a mí y trató de sostenerme, pero lo alejé. No quería que nadie me tocara.