CAPITULO DOS: HACIENDOLO MAL.

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CAPITULO DOS: HACIENDOLO MAL.


                                                                                                       ***


Llegué a la casa totalmente exhausto, con ganas de dormir placentero. Todas las luces estaban apagadas por lo que supuse que mi tía talvez había salido de fiesta con algunos de sus amigos, entré a mi habitación arrastrando los pies, llevaba mucha hambre, pero lo único que tenia de comida luego de revisar el refri y la cocina era la bolsa de papas fritas que había comprado y no pensaba devorármelas ahora, si no ¿Qué comería mañana?... resoplé obligando a mi estómago a soportar más días como estos. Quise colocarle seguro a la puerta, pero luego de varios intentos deduje que la puerta tenia dañado el pasador por lo que no cerraba completamente. Lo dejé así y me recosté en la cama pensando en lo que haría mañana sin llegar a una conclusión veraz.

Pensar en lo mucho que necesito ayuda ahora y no conseguirla por ninguna parte, como mi mente me empieza a culpar por todos los errores cometidos me están volviendo loco. Podía jurar hace unos años que todo saldría bien, que siempre tendría apoyo y alguien con quien contar en las peores adversidades, pero ahora ya no tengo a nadie, ni un solo amigo, nada. Y aunque siempre he podido solo, eso no deja por un lado el deseo de querer tener a alguien al lado. El tiempo se encargó de darme lo necesario para verme rodeado entre cuatro paredes sin oportunidad de salir ileso.

Puse mis manos en la cara para después sentarme en la cama y prender un cigarro en medio de la oscuridad. Con mi mente en blanco... resoplé humo mientras a lo lejos escuchaba el ruido de las sirenas que emitían las patrullas. Maldición ser pandillero y tener dinero sonaba tan fácil en aquella época cuando era todo un adolescente, quisiera volver el tiempo atrás y recobrar esa chispa de valentía que tanto me distinguía. Podría decir que ahora ni yo mismo me conozco, he cambiado tanto en todos estos años que dudo que mantearme así por más tiempo vaya a mejorar mi vida. Yo no soy así, yo soy más de calle, pero me propuse cambiar, aunque, pronto tirare la tolla, estoy más que seguro.

Apagué la colilla de cigarro y me decidí por dormir, mañana sería un largo día intentando buscar trabajo de vuelta.

...

Era, si no muy bien recuerdo, como las tres de la mañana, empecé a ahogarme entre el sueño, sentía que no respiraba, y de pronto en medio de mi profundo sueño sentí como alguien estaba sobre mí, sentí de golpe al ser consciente de lo que estaba pasando, abrí los ojos rápidamente tirando a quien fuese que perturbaba mi intimidad.

-Te Voy A Hacer Hombre-mencionó mi tía tirada en el suelo en medio de la oscuridad. Me paré algo débil por el sueño.

- ¿¿¡¡Qué Demonios Te Sucede??!!-grité tomando todas mis sabanas mientras caminaba algo mareado por el sueño rumbo al baño. Pasé a un lado de ella, esa mujer enserio daba lástima en esas condiciones. Me recuerda a mí.

- ¡Oliver! -exclamó ella perdida-No Te Haré Nada Malo...

-Jodete Perra! -exclamé somnoliento tropezándome varias veces para después encerrarme en el baño, colocándole seguro a la puerta para después tirarme sobre la bañera tapándome para dormir. Me quedaría aquí, daba igual. Era mejor esto a tener que soportar a esa vieja borracha. Con cualquiera otra mujer cogería en mis 5 sentidos sanos, pero con eso, no, me daría asco, posiblemente ni siquiera voy a suponer que algo vaya a pasar.

Ella empezó a tocar la puerta mientras con muchas apalabras inconcuerdes me incitaba a salir, empecé a cerrar los ojos ignorándola por completo... esto iba de mal en peor.

No Deberías Amar 2 (Historia Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora