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Las semanas fueron pasando, cada día era peor Mateo me odiaba mucho, todos los días me humillaba; me a obligado a limpiar la cafetería frente a todos, me toca hacerle la tarea a toda mi clase y mis notas van bajando, cada vez que intentó resistirme a alguna orden, me jalonea dejándome moratones y me amenaza con la beca. Tengo tanta rabia, ya estoy arta de dejarme pisotear por todos esos imbéciles; Sofi me dio la espalda porque yo no la dejé defenderme; pero no puedo meterla en mis problemas.
Hoy es sábado y por órdenes de Mateo debo ir a la fiesta que hace Paula en su casa.

Cuando llegue a la fiesta, ya en la entrada te daba asco ver a todos drogandoce, los esquive y entre. Había mucha gente y todo el ambienta apestaba a alcohol y a drogas. Me acerqué a la barra a pedir un refresco.

- Hola muñeca que te sirvo?- me preguntó el barman giñandome el ojo.

- Hola tienes algún refresco?

- Ja ja cariño te confundistes de lugar, aquí no servimos refrescos- me contestó divertido.

- uff....Y que es lo más suave que tienes?

- Cerveza muñeca.

- dame una- dije con fastidio.

- toma cariño- me la entregó rozando sus dedos con mi mano.

- gracias- y me fui a algún rincón, no se para que estaba allí, si no había ni señal de Mateo.

- Niñata sorda- dijeron en mi oído.

- deja de decirme así tu sabes muy bien mi nombre!- le dije enfadada a Mateo.

- Si y no sabes cuánto odio tu nombre y a ti- me dijo con mucho desprecio a centímetros de mi rostro- ven vamos a bailar.

Me arrastro hasta la pista de baile. El me tenía cogida de la cintura y de mi mano; el me miraba con odio y decidí preguntarle.

- Porque me odias? Que fue lo que hice?- pregunté con muchas ganas de llorar.

- sos una sinica,  A mi me preguntas? Que pasó perdistes la memoria?- me contestó con ironía.

- Nunca su...

- Teo mi amor!!- grito chillona Paula interrumpiendo nuestra conversación.

- No me digas mi amor- respondió Mateo fastidiado.

- No te enojes Teo, vamos deja a esta estúpida- dijo Paula colgada del cuello de Mateo.

- si vamonos- Mateo cogió la mano de Paula y se alejaba.

- espera, para que me hiciste venir?- le pregunté

- No se, largate- y se fue

Maldito imbécil, me obligó a venir para nada. Con mucha rabia me dirigí a la salida; pero alguien me pecho y derramó su bebida sobre mi vestido.

- pero que haces imbécil!?- grité esasperado.

- disculpame, estaba distraído- dijo Sebastián uno de los amigos de Mateo.

- Si claro, fue sin intención- dije irónicamente; era obvio que fue a drede.

- Si te juro que fue así, ven deja que te ayude.

- No tu que piensas que soy estúpida, eres amigo de Mateo.

- Si soy amigo de Mateo, pero eso no tiene nada que ver- intento explicarme.

- Ja ja si claro, dejame en paz- lo empuje y me fui de allí.

Siempre Serás Tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora